Corren otra vez a miembros del Escuadrón de la Muerte del zócalo de Oaxaca
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Corren otra vez a miembros del Escuadrón de la Muerte del zócalo de Oaxaca

Policías municipales retiran a los crónicos del zócalo capitalino ante las quejas de que molestan a las personas


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El hombre recoge unos pedazos de cartón luego de una larga siesta bajo un frondoso árbol de laurel; se echa saliva en el cabello y se pasa los tres dedos en el copete al ver que una güerita pasa distraída viendo hacia los balcones de Palacio de Gobierno. El crónico no pierde tiempo y le chifla, “adiós corazón de otro”, le dice, lo malo es que la persigue y casi la quiere tocar.

Ante este tipo de amenaza, un grupo de indigentes, también llamados miembros del Escuadrón de la Muerte, fueron nuevamente retirados ayer del zócalo capitalino. Mucha gente aplaudió a los policías, porque algunos dicen que ya no los soportan, porque no solo molestan a las mujeres con piropos obscenos, sino hasta han querido tocarlas.

Aparentemente es el mismo grupo que hace un mes habían corrido los uniformados de esta zona, sin embargo regresan, insisten en estar en el zócalo, frente a palacio, al igual que los integrantes de la 22 y de otras organizaciones aunque con diferentes motivos y bajo otras circunstancias.

Testimonios de globeros, eloteros y boleros indican que ese es el problema, de que de pronto se ponen insultantes, agresivos.

“Hasta se pone bravo uno de los más jóvenes del escuadrón cuando pide una moneda a algún ‘gabacho’ y no se la da”, dice un limpiador de calzado, quien también chifla pero al tallar el zapato de un empresario para sacarle brillo.

Entre el grupo de indigentes se encontraba también una mujer. “Qué lástima, el gobierno debe tener algún proyecto o programa en apoyo a estas personas, sean lo que sean siguen siendo humanos”, comentó una señora.

“Y no sólo este tipo de personas, todo el tiempo el zócalo está proliferado de niños o personas de la tercera edad pidiendo limosna, jóvenes madres con hijos en el rebozo, algunos músicos que viven de las limosnas, sin contar a los carteristas que son otro tema, algo se debe hacer entre autoridad y sociedad”, agrega.

Usuarios de los cajeros de las distintas sucursales bancarias establecidas en el primer cuadro del Centro Histórico, también se ven afectados, porque estas personas en situación de calle y víctimas del alcoholismo duermen en estos espacios.

“Se meten al área de los cajeros y ahí realizan sus necesidades fisiológicas, llega uno temprano por necesidad a retirar algún dinero y se encuentra uno con esta peste, además de que se teme que te agredan al ver que uno retira efectivo”, comenta un cuentahabiente que se acerca cuando los crónicos son invitados a retirarse por la policía.

“La otra vez vi a una pareja de norteamericanos saboreando una nieve acá en el zócalo, cuando llegaron estos señores y les empezaron a gritar, ‘lárguense del país, asesinos, váyanse con Trump, acá no los queremos’, y los otros pobres, ya de edad, no sabían ni por qué les gritaban, así que mejor se fueron, daban ganas de llamar a los policías”, comentó un estudiante que miraba la escena.

A mediados del pasado mes la policía tomó por sorpresa a los crónicos en este mismo punto.

En esa ocasión 11 personas dedicadas al alcohol día y noche, fueron retiradas del zócalo, pero volvieron.

Al igual que el operativo de ayer, ese día fue presenciado por turistas nacionales y extranjeros que paseaban o desayunaban en los restaurantes de los portales.

Esa fecha, la gente también pidió que se les retirara definitivamente, que se buscara al resto de los indigentes y se les llevara a algún espacio, que el gobierno viera por estos humanos.
Ante decenas de personas ese día los “borrachitos” corrieron durante el operativo, por lo menos 20 se perdieron entre tanto puesto ambulante.

Hay quienes comentan que varios de estos crónicos llegaron ante el cobijo de las protestas que existen frente al palacio de gobierno, “se han amparado para tomar bebidas embriagantes en plena luz del día e insultar a las personas”.

“Se les ve en distintos puntos del zócalo, algunos viven en casas de campaña instalados en las jardineras, en el atrio de la iglesia de San Agustín, a un costado de la puerta de la catedral, en los cajeros”.


aa

 

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