Asesinan a taxista del ADO en San Juan Guelavía, Oaxaca
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Asesinan a taxista del ADO en San Juan Guelavía, Oaxaca

Hallaron el cadáver tirado y maniatado de pies y manos en un paraje a Dainzú; su taxi estaba abandonado cerca de San Juan Guelavía


Asesinan  a taxista del ADO en San Juan Guelavía, Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

Hallan muerto, tras varias horas desaparecido, al taxista del ADO, Arturo Enrique, de 50 años de edad. Lo encontraron atado de pies y manos con sus agujetas en el camino que conduce a la población de Dainzú, en tanto que su vehículo estaba abandonado en inmediaciones de San Juan Guelavía, sin pertenencias.

Salida sin regreso

El pasado lunes, Arturo se encontraba en su domicilio después de que dejó de trabajar dos días en el taxi del sitio Aldama ADO y Cristóbal Colón con número económico 00-747, ya que había estado enfermo de su brazo.
Calculan que eran las 16:00 horas del día lunes cuando Arturo Enrique se levantó del sillón y decidió salir a trabajar en el taxi. Le comentó a su esposa que sólo iría a dar unas vueltas ya que necesitaba reponerse después de dos días de descanso.
Aún cuando la mujer le sugirió que sería mejor que se quedara a recuperarse del todo y salir otro día, Arturo Enrique no le hizo caso y se salió de su domicilio ubicado en el fraccionamiento El Retiro perteneciente a Santa María del Tule.
Su familia sólo vio cuando el taxi se alejó. Antes de partir le recordó a su mujer que si no contestaba el teléfono podía llamar a la base de su sitio.

La zona de intervención fue acordonada en lo que se realizaban las investigaciones.

La larga espera

Las horas pasaron y llegó la noche. La preocupación de la mujer comenzó a hacerse latente al notar que su esposo no regresaba.
Tomó el celular y llamó al teléfono de Arturo Enrique, pero no contestaba. Mandaba directo a buzón.

Las horas pasaron y se retiró dormir. A las dos se la mañana despertó y supo que no estaba su esposo en casa. No había llegado a dormir.

Llamó a sus familiares y les avisó de la ausencia de Arturo Enrique, pero la consolaron diciéndole que no se preocupara, que tal vez estaba con uno de sus amigos, pero contesto que él no tenía amigos.

La preocupación de la mujer aumentó. No pudo esperar más y se comunicó a la base de los taxis ADO, así como con el dirigente. Le informaron que no sabían nada del taxista, ya que no se había reportado en todo el día, ni su entrada ni salida en el trabajo.

EL HALLAZGO

Alrededor de las 08:00 horas un campesino que caminaba en la carretera que comunica a las ruinas de Dainzú perteneciente a Tlacolula de Matamoros se topó con un hombre tirado boca abajo a la orilla de la carretera. Estaba atado de las manos y de los pies con una agujeta así que decidió parte a las autoridades de la población.

El síndico llamo a la oficina de la comandancia de la Agencia Estatal de Investigaciones, cuyos elementos llegaron al lugar donde confirmaron que estaba un cadáver tirado, con lesiones visibles en la cabeza, por lo que enseguida acordonaron la zona de intervención y cerraron por completo la circulación.
“A este señor lo vinieron a tirar aquí, lo traerían amarrado en la cajuela y lo botaron, ya han venido a tirar a varios aquí, un embolsado y uno que decapitaron más adelante”, especuló como una primera hipótesis un agente investigador, casi enseguida recibió una llamada donde le avisaban del vehículo abandonado.

El taxi fue abandonado en un camino tipo vereda.

Taxi abandonado

Justo en los momentos que se encontraban acordonando el lugar de intervención, el comandante recibió una llamada donde le informaron que estaba un taxi abandonado.

Minutos después se trasladó al lugar a la orilla de la carretera que conduce a San Juan Guelavía, 300 metros adelante de la carretera 190 Oaxaca-Istmo.

Estacionado estaba el taxi con las ventanas abiertas, el estéreo y la radio de banda civil ya no se encontraban, se los habían robado, el lugar también fue acordonado para preservar los indicios.
Intervienen peritos

Horas más tarde llegaron los peritos de la Fiscalía General del Estado, quienes realizaron las diligencias correspondientes levantando indicios. Al término se encargaron del levantamiento del cuerpo y su traslado al panteón de Tlacolula donde le practicarán la necrocirugía.

Se confirmó más tarde que el cuerpo tenía un impacto de bala en la cabeza, del lado de la nuca.

No daban crédito

En cuestión de minutos, al lugar llegaron compañeros del taxista.
Uno de ellos se paró a corta distancia de donde se encontraba el difunto para corroborar su identidad. “No chingues, era bien tranquilo Arturo, casi no tenía amigos, en las juntas llegaba y solo saludaba, no se quedaba a platicar, pero era muy buena persona y respetuoso”, comentó en voz alta.

Al poco rato su esposa llegó al lugar, quien preguntaba a gritos qué le había pasado a Arturo. La calmaron para evitar que sufriera una crisis nerviosa y tuviera que ser hospitalizada.

Cuando terminó la diligencia, los agentes investigadores encargados del caso se trasladaron a la carretera a San Juan Guelavia, donde estaba el taxi, mismo que fue asegurado.

Extrajeron huellas de las ventanas y puertas para recabar evidencias dactilares; enseguida, ordenaron el arrastre del vehículo a las oficinas de periciales para seguir recabando más indicios.

“Ayer como las cinco de la tarde cuando patrullábamos por la carretera 190 Oaxaca-Istmo, vimos al parecer este taxi por Totolápam, pero no le dimos importancia, seguido vienen a dejar pasajeros por este rumbo”, comentó un elemento policiaco.

Comentó que se podrían revisar las cámaras que se encuentran en la entrada de la población.

Uno de los agentes se entrevistó con la señora, a quien invitó a acudir a las oficinas ministeriales para realizar la identificación formal del cuerpo y poder devolvérselo en cuanto terminara la operación del médico forense.

En tanto, la mujer partió con sus conocidos para iniciar los trámites funerarios y poder despedir a su marido.

Sustento legal

En el homicidio calificado se considera premeditación cuando el delincuente reflexione sobre el delito que va a cometer; ventaja cuando el infractor es superior por las armas que emplea y el número que los que lo acompañan, la víctima no está armada y el infractor no corra riesgo; la alevosía cuando se sorprende intencionalmente a alguien de improvisto o empleando un medio que no dé lugar a defenderse. Si se les sentencia como culpables de homicidio calificado la pena es de 30 a 40 años de prisión.


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