Exhiben punto ciego en el caso Dafne; acusado presenta apelación
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Exhiben punto ciego en el caso Dafne; acusado presenta apelación

La defensa pone en duda evidencias presentadas por el Ministerio Público e invoca a las pruebas científicas para corroborar la versión del sentenciado; probanzas que no fueron analizadas por el juez que falló en su contra


Exhiben punto ciego en el caso Dafne; acusado presenta apelación | El Imparcial de Oaxaca

La defensa de Alejandro Enrique, condenado por feminicidio agravado por la muerte de Dafne Denisse, quien fue su novia, presentó la apelación en segunda instancia, ya que el juez, al emitir la sentencia, nunca consideró los argumentos que presentaron, ni los rebatió, “es más, ni siquiera los mencionó, ni la declaración de él la tomó en cuenta, por lo menos para refutarla”, lamentó un familiar del joven.

Consideró que la presión ejercida por organizaciones sociales y el giro político que dio el caso, en virtud del momento histórico del feminicidio, influyeron en que el juez ni siquiera valorara las pruebas presentadas.

La otra versión

Ante el juez, Alejandro Enrique declaró que acudió al edificio de departamentos ubicado en la colonia Guadalupe Victoria, Santa Rosa Panzacola, a visitar a Dafne, su exnovia, con la que tenía algunos temas que platicar; sin embargo, en lo que ella estaba en otra área del departamento, él se quedó dormido.

Todo indica que Dafne aprovechó para revisar su teléfono, lo que provocó que pasadas las 00:00 horas del día 9 de abril de 2013, comenzaran a discutir.

Alejandro cuenta que la discusión se sale de control, ya que Dafne lo amenaza con un cuchillo, por lo que él decide retirarse. Sale del departamento y baja por las escaleras para dirigirse a la entrada del domicilio.

Justo cuando intenta abrir la puerta, lo alcanza Dafne mientras le grita, “te voy a matar pendejo”, sujetándolo de los cabellos y jalándolo para atrás, mientras lo hiere con el cuchillo en el cuello.

Ambos empiezan a forcejear y a luchar, dándose patadas, golpes incluso contra la puerta y se provocan mutuamente múltiples heridas en brazos, dedos, muñeca y estómago debido a la posición del cuchillo.

Cuando Alejandro logra darse vuelta para quedar frente a Dafne, le sujeta con su mano izquierda la mano derecha en la que ella portaba el cuchillo, mientras con la derecha la sujeta del cuello, “pero ella me quería seguir enterrando el cuchillo y comenzamos a forcejear, golpeándonos en la pared (…) dándome de puntapiés y gritándome que me iba a matar, logrando lesionarme en el costado y el estómago”.

Siguen forcejeando y él logra rotar la muñeca de la mano con la que posee el cuchillo (manita de puerco) lo que provoca que el arma le penetre bajo del pecho. Al lacerar el pulmón, sale la sangre disparada.

Cuando siente el piquete, Dafne se aleja y camina hacia atrás. Se dirige a la entrada del departamento de la planta baja y golpea la puerta, apoyándose en ella.

Cae cuando le abren, quedando tirada boca arriba. Alejandro se retira y es alcanzado cuadras adelante.

Exhiben contradicciones

Una vez que se inicia la averiguación previa por feminicidio, los policías llevan ante el Ministerio Público a Alejandro en calidad de detenido y como presentadas a las tres personas que estaban en el departamento donde murió Dafne.

Los presentados son coincidentes en decir que escucharon a Dafne y Alejandro discutir. Una testigo cuenta que salió y al hablar con la joven, ésta le dijo que su exnovio la pretendía agredir y ella quería que se fuera.

Más tarde, escuchan que ambos pasan frente al departamento y se dirigen al estacionamiento. Uno de ellos, incluso oye que Dafne le dice que se vaya y al contestar Alejandro, su voz es suave, por lo que no entendió lo que decía, (lo que hacía suponer que Dafne dominaba la situación).

A los pocos segundos escuchan que alguien corre y a Dafne pedir auxilio, al entreabrir la puerta, la ven parada, queriendo entrar. Alejandro la tiene atrincada contra la puerta, a la vez que con un cuchillo le tira golpes al pecho.

Entreabrieron la puerta para meter a Dafne, pero a pesar de que intentaron cerrar, Alejandro tenía medio cuerpo metido y logró entrar. Como quiso seguir hiriendo a la joven, uno de ellos le hizo la finta de golpearlo y éste le tiró varias cuchilladas sin lograr lastimarlo.

Dos testigos aseguran que Alejandro le dijo a Dafne, “gracias por los momentos que me regalaste” y se empezó a herir en el cuello, mientras que el otro ateste señala que entró a la cocineta y se salió corriendo, en tanto, los otros dos ya estaban llamando a la policía.

Sin embargo, los policías, al rendir su informe, indican que al acudir al auxilio, los interceptaron los tres testigos, quienes informaron que al abrir su puerta la joven ya estaba herida y Alejandro, al entrar a su departamento llevaba un cuchillo que se quebró en dos pedazos, metiéndose al área de la cocina tirando el mango del cuchillo quebrado en la barra y tomando otro.

Los policías informaron que le dieron alcance a Alejandro en la prolongación de Calzada Madero, y éste, al darse cuenta que no podría escapar, con el cuchillo que llevaba en la mano se lesionó el cuello.

Agregan en su informe que tras detenerlo, uno de los uniformados resguardó el cuchillo que traía; sin embargo, en la inspección ocular realizada por la autoridad ministerial, certifican que el cuchillo lo encontraron tirado sobre la banqueta.

Noviazgo violento

Familiares del ahora sentenciado cuentan que al poco tiempo de iniciar su noviazgo, Dafne y Alejandro se van a vivir juntos. Como el joven no tenía trabajo, lo apoyan con una cafetería en la casa.
Recuerdan que justo el día de la inauguración, Dafne le da una paliza a una joven, afuera del local, por lo que circula en redes “Lady Guelaguetza”, en donde familiares de ella la someten para que deje de golpearla, video que exhibieron como prueba.

Más tarde, ella mete a trabajar a algunos familiares a la cafetería, con lo que es difícil mantener la pequeña empresa.

Pronto comienzan a notar que continuamente Alejandro está golpeado; en una ocasión tiene una herida profunda en el antebrazo y éste explica que se hirió al cargar un bulto de café.

Uno de sus hermanos le cuenta al papá que fue a visitarlo y vio cuando Dafne lo correteaba con un cuchillo.

Cansados de la tibieza del joven, lo llevan a denunciar violencia intrafamiliar y lesiones, copias certificadas de la averiguación previa que también anexaron al expediente.

Al enterarse Dafne de la denuncia en su contra, llega a un acuerdo con Alejandro. Se separan en buenos términos y terminan el negocio, a cambio, no continúan integrando la indagatoria.

Tiempo después, el joven va a despedirse del que era su suegro y le cuenta que ya tiene una nueva relación.

Pruebas ignoradas

Entre las pruebas exhibidas por la defensa, están las conversaciones de Dafne en Facebook, donde intentan demostrar la personalidad de la joven y sobre todo, su carácter fuerte, “no era de las mujeres que se dejaba, al contrario, imponía”.

Corroboran con los mismos dictámenes médicos, que las lesiones que presentaban ambos corresponden con la mecánica de lo ocurrido narrado por Alejandro, ya que Dafne tiene las marcas de los dedos en un solo lado del cuello, heridas superficiales en la muñeca, mano, antebrazo, abdomen y la que le causó la muerte, de mediana profundidad, debajo del pecho, que es de abajo hacia arriba y que le lastimó el pulmón.

Subrayaron que si las heridas las provocó Alejandro de manera frontal como lo refieren los testigos, serían más profundas por la fuerza de éste, la herida mortal de arriba hacia abajo y tendría otras a los costados, al tenerla atrincada.

Alejandro presentaba múltiples heridas producidas por un arma punzocortante en el cuello, una que le perforó la tráquea, (que si fueran suicidas serían de izquierda a derecha y de arriba abajo, y no horizontal como las que tenía) y en el abdomen, así como varias equimosis.

Con base en su dictamen en criminalista, exponen que al entrar Dafne al departamento, todavía con el cuchillo enterrado, pierde el equilibrio, cae de frente dando un giro y se rompe el arma, quedando boca arriba, por eso la postura de su mano conserva la posición de una persona sujetando un instrumento (el mango del cuchillo), que sobresale por tratarse de un espasmo cadavérico (la que fija la postura que tenía al momento de morir).

Además, en la inspección ocular, la sangre la encuentran en el estacionamiento, lugar donde refiere Alejandro que forcejearon, y otra mancha por embarradura en la puerta, donde ella se apoyaría cuando fue a pedir auxilio.

Por otra parte, subrayan que en ambos cuchillos, el encontrado en el interior del departamento y el recabado en calzada Madero, no tenían las huellas dactilares de Alejandro, y en éste último, sólo encontraron sangre de Dafne, cuando se supone que lo tomó después de que ésta murió.

Concluyen que la herida por la que murió Dafne, fue provocada por un forcejeo, producida durante maniobras de lucha, en la que prevalece el control del arma y el desarme.

Sin protocolo

La defensa argumentó que no se puede hablar de feminicidio, ya que si bien el caso de Dafne es el primero que se abrió a proceso judicial por este delito después de que el 22 de octubre de 2012 entrara en vigor el tipo penal en la entidad, el Código de Procedimientos Penales exige que la investigación debe apegarse al protocolo de investigación para este ilícito, que en la fecha en que ocurrió la muerte, no existía.

Puntualizando que al interrogar al perito médico, éste admitió que no realizó la investigación conforme a ningún protocolo “porque no me lo pidieron”, sino como un homicidio común, por tanto, carece de sustento.

Además de que, conforme lo dicta este tipo penal, la víctima no presentaba signos de violencia sexual, sus heridas no tenían implicaciones sexuales o realizadas para generar sufrimiento, y por último, no existían antecedentes o indicios anteriores de amenazas, acoso o maltrato.

Señalaron que la única amenaza anotada en el expediente, es cuando un familiar de Dafne dijo que éste la buscaba y le aseguraba que si no volvían se suicidaría, por tanto, la amenaza era para causarse daño él, no a ella.

Ahora, al apelar la sentencia por feminicidio agravado, en el que el juez condenó a Alejandro a purgar 78 años de prisión, esperan que al emitir la resolución, tomen en cuenta las pruebas presentadas, “sabemos que se trató de un homicidio y lo sentimos mucho. Es doloroso porque Dafne vivió una historia personal muy dura y eso explica su carácter indomable, pero era una chica noble, que cobijaba a los suyos y los protegía. Nada justifica la violencia y lo único que pedimos es un juicio imparcial”.


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