Sentenciado por secuestro a 30 años en prisión
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Sentenciado por secuestro a 30 años en prisión

Es la tercera vez que recibe una condena después de apelar la resolución en dos ocasiones


Sentenciado por secuestro a 30 años en prisión | El Imparcial de Oaxaca

Eduardo Carrasco Herrera fue sentenciado por el juez segundo penal a 30 años en prisión por su responsabilidad en la comisión del delito de secuestro en agravio de la señora Angelina Acevedo Martínez.
Asimismo, fue condenado al pago de la reparación del daño y al pago de 28 mil 632.50 pesos por multa.

Trascendió que Eduardo ya había sido sentenciado, por ello interpuso el recurso de apelación, es por ello que magistrados de una sala penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) resolvieron y ordenaron la reposición del procedimiento debido a que faltaban algunos careos con unos testigos.

Ahora, tras emitir una nueva condena, el juez sentenció a Eduardo por el delito de secuestro y dejó sin efecto, en su contra, el delito de homicidio calificado

El 8 de diciembre de 2014 ya había sido sentenciado a 50 años de prisión, pero por medio de su defensa, Eduardo interpuso un recurso del amparo, mismo que fue otorgado por un Juez Federal, quien ordenó la reposición del procedimiento; sin embargo, el Juez al emitir una nueva condena, volvió a sentenciarlo a 50 años.

Debido a ello, Eduardo volvió a inconformarse, por lo que el juez federal ordenó de nueva cuenta una nueva resolución, por lo que se ordenó en la ejecutoria de amparo que solamente lo sentenciaran por el delito de secuestro y no por el homicidio calificado con alevosía ventaja y traición.

El secuestro

En el expediente penal 52/2007 se establece que, la mañana del 20 de agosto de 2005, la comerciante Angelina se encontraba en su establecimiento comercial ubicado en Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca.
A ese sitio se presentaron varios hombres armados, quienes la tomaron por la fuerza y la subieron a un taxi, luego se dieron a la fuga.

Familiares de la comerciante comenzaron a recibir llamadas telefónicas, mediante las cuales les exigían tres millones de pesos para no matar a la víctima.

Por esta situación, la Procuraduría General de la República (PGR) inició la averiguación PGR/SIEDO/UIES/2005, por lo que un grupo de elementos de la Policía Federal arribaron a esa comunidad para investigar el caso.

El 15 de septiembre del mismo año, se logró la captura de Eduardo, de 21 años de edad, así como el albañil Gerardo y el taxista Filiberto, además de dos adolescentes.

La dependencia impartidora de justicia aseguró que los implicados en el caso revelaron cómo planearon y cometieron el plagio de la comerciante de avanzada edad, a quien mataron de un balazo en la cabeza, para después lanzar el cuerpo a una barranca.

Los detenidos llevaron a los policías al sitio donde habían aventado el cadáver, mismo que fue devorado por aves de rapiña.

Otro de los sujetos implicados en el secuestro fue identificado como Filiberto, quien logró escapar a Estados Unidos, pero fue detenido en mayo de 2010 y deportado a la capital oaxaqueña.

El 13 de mayo de 2013, el entonces Juez Séptimo Penal dictó sentencia condenatoria de 110 años de prisión a Eduardo, Gerardo.

Asimismo, a Filiberto, de quien se estableció que sólo participó en el secuestro de la comerciante, pero no en su ejecución, se le impuso la sentencia condenatoria de 65 años de prisión.

La participación

Establecieron que la función de Eduardo, quien tenía 21 años de edad cuando se perpetró el secuestro, de ocupación comerciante, con domicilio en Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca fue planear el secuestro e interceptar a la víctima. Al momento de su detención le fue decomisada una pistola Colt automática, calibre 45 y un cargador abastecido con siete cartuchos útiles al calibre.

Gerardo, de 18 años de edad, de ocupación albañil, con domicilio en barrio Santo Domingo, Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca, tenía la función dentro de la organización delictiva supuestamente fue la de interceptar a la víctima.

El taxista Filiberto, de 23 años, con domicilio el barrio de Santo Domingo, Santiago Juxtlahuaca tenía la función dentro del grupo criminal de interceptar a la víctima, así como el traslado al sitio donde la asesinaron.

Un estudiante de secundaria se encargó de planear el secuestro, interceptar a la víctima y negociar el pago del rescate.

Otro estudiante fue ocupado dentro de la organización para vigilar a la víctima antes del secuestro, interceptarla y ayudar en la negociación del rescate.


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