“La solidaridad siempre nos mantiene en pie”
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Policiaca

“La solidaridad siempre nos mantiene en pie”

En un punto de la ciudad, casi a la medianoche, Diego estaba a punto de terminar su jornada laboral, al igual que Humberto, Omar, Gonzalo y Jorge, todos en los…


“La solidaridad siempre nos mantiene en pie” | El Imparcial de Oaxaca

En un punto de la ciudad, casi a la medianoche, Diego estaba a punto de terminar su jornada laboral, al igual que Humberto, Omar, Gonzalo y Jorge, todos en los últimos retoques de sus encomiendas, cuando de pronto el tercer piso de un céntrico edificio comenzó a zigzaguear.

“Está temblando, no corran, sigue temblando”, gritó alguien mientras el movimiento telúrico arreciaba cada segundo, los muebles seguían sacudiéndose más y más hasta que fueron cayendo algunos equipos de cómputo.

No faltó quien decidió poner tierra de por medio y descendió por las escaleras al quedar a ciegas, ya que la luz se fue a la par; le siguieron dos compañeros más, mientras Humberto maldecía, gritaba “ya basta, ya cálmate”, quería sacar su miedo “porque no es bueno guardárselo”, le habrían dicho sus ancestros.
Abajo, Diego también gritaba, desahogaba sus temores quizás “no maaaanchees, no manches, esto no para, mi esposa, está embarazada”. Quería “volar” y ver a su reina, pero el ingrato sismo no cedía, fueron 153 segundos de movimiento oscilatorio, hasta que decidido a todo, arrancó su motocicleta y salió como alma que lleva el diablo.

“Sismo moderado, fuerte, muy fuerte, tiembla fuertísimo, qué fuerte”, palabras más palabras menos inundaron las redes sociales y grupos de WhatsApp, la noche del septiembre 7, 2017, pero por poco tiempo porque la señal también se saturó mientras los cables telefónicos y de luz eléctrica seguían meciéndose.

Desde ese momento, el ulular de las sirenas no dejó de escucharse, al sur, al norte, poniente u oriente de la ciudad.
“Después del sismo de 8.2 grados en la escala de Richter suscitado a las 23:49 horas de este jueves 7 de septiembre, con epicentro en las costas de Chiapas, se activó un operativo especial en las 9 delegaciones de Cruz Roja Mexicana, ubicadas en todo el estado de Oaxaca, ante el reporte de afectaciones y personas lesionadas derivado del movimiento telúrico.

“Hasta el momento la institución ha realizado diferentes recorridos en las ciudades más importantes del estado confirmando que existen considerables afectaciones principalmente en casas habitación y edificios públicos las cuales en algunos casos ponen en riesgo la integridad de dichos inmuebles.

“La delegación de la capital del estado ha atendido aproximadamente 38 personas las cuales en su mayoría han presentado crisis nerviosa y lesiones menores por la caída de objetos durante el temblor.

“Por el momento el personal de la Cruz Roja Mexicana continuará con los recorridos y atenciones médicas de urgencia, poniendo mayor atención en las zonas que fueron afectadas con mayor consideración como lo es el Istmo de Tehuantepec, donde los primeros y escasos reportes señalan que es la zona del estado con mayores afectaciones y personas lesionadas”, precisaron fuentes de la benemérita institución esa misma noche-madrugada.

Al dificultarse la señal, en esos momentos no se tenía un saldo preliminar, poco a poco fueron reportándose autoridades municipales “Juquila, hasta el momento no se reportan daños materiales”. “Bajos de Chila, parte de la comunidad fue desalojada, El Azufre, comunidad desalojada. Campamento Cerro Hermoso, fue poco la gente que decidió desalojar la comunidad”. En esta región de la costa, los rumores sobre un posible tsunami, fueron sembrando psicosis.

También poco a poco fueron concentrándose los saldos, al amanecer ayer eran 23 los muertos, 17 en Juchitán, 1 en Niltepec, 2 en Ixtaltepec, 2 en Huamelula y 1 en Xadani, además de decenas de lesionados, hotel y casas destruidas.

Anoche continuaba el recuento de daños, pero trascendió que el número de personas fallecidas había aumentado a 45.

En Ejutla de Crespo, se celebraba la fiesta patronal, centenares de feligreses tuvieron que ser evacuadas y llevadas a zonas seguras. 24 pobladores fueron atendidas con crisis nerviosa.
Tan pronto cayeron los primeros rayos del sol, el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa inició su recorrido en Cheguigo, Juchitán, donde se reportó el saldo de mayor gravedad, para conocer los daños y expresar su solidaridad con las familias de este municipio.

Por eso, ayer no había persona que al amanecer no hablara más que del terremoto, muchas amas de casa con el Jesús en la boca salieron a platicar con la vecina y preguntar cómo le fue.

“Doña Licha que feo estuvo, Dios mío pensé que se iba a acabar el mundo, ay Jesús, bendito sea el señor que todo pasó, pero pobre de los que fallecieron”.

Pasado el susto, por supuesto que el mexicano tendría que reírse de sus propios miedos: “No sé si me asusté más por el temblor o de ver a mis vecinos semidesnudos a media calle”.
En cambio en Juchitán, todo era desesperación, llanto, gritos de ayuda.
Sin importarle nada, con piyama, la regidora de Energía de Juchitán, Pamela Itsamaray, salió de su casa y recorrió las calles para auxiliar a las personas que escapaban de sus casas derrumbadas.

“Apenas pude salir de mi cuarto, así como estaba, salimos por las calles para auxiliar a estas personas, es este sentimiento, esa desesperación que en esos momentos sentimos, porque era una pesadilla”, dijo para algún medio local.

“Prácticamente no estamos preparados para vivir esto, es muy triste ver que están llorándole a sus muertos, quiero agradecer a todas las organizaciones de Oaxaca que nos están brindado el apoyo lo que queremos son voluntarios, las manos son necesarias”, rogó en un video que se hizo viral.

En tanto, el Centro de Advertencias de Tsunamis del Pacífico emitió una alerta por la posibilidad de “olas generalizadas y peligrosas de tsunami en algunas costas” de México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Honduras y Ecuador.
A las 14:30 la alerta había sido desactivada en la costa y el istmo de Oaxaca. Así lo informó el gobierno del estado a través de la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPCO).
El jefe del Servicio Mareográfico de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), Jorge Zavala, informó más tarde el tsunami sí ocurrió y que lo hizo 15 minutos después del sismo en las costas de Chiapas, con manifestaciones de olas de dos a tres metros de altura.

“El tsunami sí ocurrió. Tuvimos un tsunami de relativa importancia alcanzando hasta tres metros, en otros sitios de alrededor de dos metros. Afortunadamente no tuvo una amplitud tan grande”, señaló durante una conferencia de prensa ofrecida en el Instituto de Geofísica de la Unam.

A todo esto, el Arzobispo Mons. José Luis Chávez Botello y a nombre de todos los sacerdotes y fieles laicos de la arquidiócesis expresó “toda nuestra solidaridad a las personas que han sufrido daños por el terremoto, especialmente a los familiares de las personas que lamentablemente fallecieron.

“Pedimos también conceda a todos, especialmente a los niños ancianos y enfermos el consuelo la tranquilidad y la paz. Hacemos llegar a todas las personas de buena voluntad la fuerza de la fe y confianza el señor creador de la naturaleza.

“Imploramos también su misericordia para todo los afectados en sus bienes materiales”.

Consideró que esta clase de desastre da la oportunidad a todos de recapacitar y mirar hacia delante “estos fenómenos naturales nos hacen fortalecer en la oración, la solidaridad y la unidad más allá de cualquier diferencia política, religiosa económica o social”.

Hizo un llamado a prevenir y tomar medidas de seguridad, siguiendo las indicaciones de protección civil “tenemos que corregir lo que estamos haciendo mal, dañando a la naturaleza, a nuestro planeta, para los católicos es un llamado a enderezar nuestra vida cristiana como camino hacia Dios”

Debemos dijo, fortalecer nuestra oración y la caridad con quienes padecen los embates de desastres, sabiendo que nuestras vidas está segura en las manos de Dios.

El terremoto y los huracanes deben ser una oportunidad para fortalecernos con Dios, con los demás y con la naturaleza, aprovechemos para crecer en responsabilidad social y hacer todo lo que podamos por la justicia la unidad y la paz, añadió.

”Expresemos nuestra solidaridad con quienes sufren consecuencias de este terremoto y también por quienes han muerto y sufren con motivo de las inundaciones y derrumbes por los huracanes y tormentas”.

“Pido que coordinadas por Caritas Diocesanas se inicie de inmediato una campaña de acopio de vivieres no perecederos para apoyar a quienes necesiten de nuestra ayuda ante las recientes tragedias, la esperanza y la fe en Dios y la solidaridad siempre nos mantiene en pie”.


aa