Pasó tres noches abrazada del cadáver de su esposo

Una mujer de alrededor de 75 años de edad, durmió tres noches abrazada al cadáver de su esposo que murió de un infarto desde el pasado domingo.

El terrible caso quedó al descubierto la tarde de ayer miércoles en una humilde vivienda ubicada en la esquina de la calle Francisco I. Madero, en el municipio de Escobedo.

Se trata del hogar de la señora María Rocha y de Ricardo de León Salazar, un humilde matrimonio sin hijos, dedicado a la crianza de chivas y que en los últimos años, debido a su avanzada edad, subsistían de las comidas que el DIF Municipal les llevaba.

Según los vecinos, el domingo fue el último día que vieron a la pareja sentada en una silla cerca del corral de las chivas, desde entonces nada supieron de ellos.

Ayer, cerca del mediodía, los fétidos olores que emanaban de la vivienda marcada con el número 206, alertaron a vecinos que al acercarse pudieron encontrar a la señora María recostada junto al cadáver de su esposo en muy avanzado estado de descomposición.

La mujer sin inmutarse por el nauseabundo olor, ni la presencia de gusanos en la cama y el piso, se negaba a abandonar el cuerpo de su pareja, incluso intentó impedir que personal de Servicios Periciales de la Procuraduría se lo llevara, afirmando que estaba vivo.

Interrogada por sus familiares que llegaron a las pocas horas, Doña María señaló que el domingo su “viejo” se había caído de repente en el cuarto y ella como pudo lo ayudó a subirse a la cama donde permaneció hasta el miércoles al mediodía.

Las primeras investigaciones indican que Don Ricardo sufrió un infarto desde el domingo, pero su mujer que padece de sus facultades mentales, no se “percató” de su muerte y siguió haciendo su vida normal, sin darse cuenta que ya había muerto.

Debido a su avanzada edad y a que no convive con sus vecinos, la mujer permaneció encerrada sin comer, esperando llegaran las comidas que periódicamente les lleva el DIF Municipal y que el pasado martes no acudió, debido a la lluvia.

“La encontramos muy débil, casi desvaneciéndose porque tenía desde el domingo que no comía, era su esposo el que la atendía y al morir, ella se quedó a su lado, pero no asimila que está muerto”, relató una cuñada que vive en otro ejido.

“Queríamos que nos dieran el cajón abierto para que mi cuñada lo viera y se haga a la idea de su muerte, pero por esta situación nos dijeron que lo van entregar para enterrarlo directamente”, relató la cuñada.

Indicó que el Alcalde de Escobedo a través del DIF se harían cargo de los gastos funerarios, y a la señora María le darían hospedaje en una vivienda del ejido Sombrerete, aunque conociéndola temen que vaya a escaparse para regresar a su hogar, donde seguramente seguirá buscando a su esposo.