Le autoriza juez sacar sus cobijas, pero no la chiva
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Le autoriza juez sacar sus cobijas, pero no la chiva

Efrén, habitante de Santa Inés del Monte, fue vinculado a proceso al ser acusado por su esposa de violencia familiar.


Le autoriza juez  sacar sus cobijas, pero no la chiva | El Imparcial de Oaxaca

Efrén, habitante de Santa Inés del Monte, fue vinculado a proceso al ser acusado por su esposa de violencia familiar. Como medida cautelar, un juez de control ordenó que el hombre sesentón deberá, separarse de la vivienda conyugal hasta el cierre de la investigación y para ello sólo podría sacar de la casa los insumos necesarios, no así una chiva que alegó, durante la audiencia, es de él y de nadie más.

La historia

Un 21 de diciembre de 1984, Efrén y Aurelia se casaron en su pueblo natal perteneciente al municipio de Zaachila, región de Valles Centrales.

Los primeros años fueron de felicidad, pero conforme transcurrieron las décadas de matrimonio esta felicidad se fue deteriorando.

Quizás el vicio del alcohol por parte del campesino atizó al fin de la armonía de este núcleo familiar. Quizás Antonia soportó años de insultos, humillaciones o golpes, pero un día dijo basta.

El 17 de abril del año pasado, eran las 15:00 horas, Aurelia estaba en la cocina cuando llegó Efrén, de 60 años, borracho como siempre.
Comenzó a reclamarle porqué no le había lavado su ropa, “eres una pinche p…tú te entiendes con otro hombre, eres una p…”.

El ama de casa quiso evitar la discusión, pero Efrén se molestó más y la empujó, le lastimó una pierna a la indefensa, sumisa Aurelia.
Al siguiente día, se repitió la agresión física y verbal.

Era la misma hora, Aurelia estaba en la cocina comiendo con su hija cuando llegó el hombre de sombrero, enchamarrado y por supuesto con unas ‘copas encima’.

“Pinche pe…tu comiendo, porqué no me das de comer”, le dijo, a la vez que le soltaba un puñetazo en el rostro.

Las mujeres decidieron cerrarle la puerta, se percataron que el señor de pequeña estatura y complexión delgada estaba más encorajinado que el mismísimo Satanás.

“Si no abres la puerta la voy a tirar y te voy a matar, abren hijas de su pinche m…seguro están con sus machos”, les gritó.

Ante tanta violencia, humillación, doña Aurelia decidió pedir apoyo a la Fiscalía General del Estado.

Un ministerio público adscrito a la Fiscalía de Especializada para la Atención de Delitos Contra la Mujer por Razón de Género, le tomó su declaración y la canalizó con personal especializado del área de peritos.

Datos de prueba

Como datos de prueba, el fiscal presentó la denuncia misma de la ofendida, el testimonio de la testigo (hija), los dictámenes de los peritos en psicología, fotografía y médico.

Certificado de lesiones, documental de actas de nacimiento y de matrimonio, así como resultados de la inspección ocular practicada por un elemento de la Agencia Estatal de Investigaciones.

Una psicóloga emitió en su dictamen que Aurelia presentaba un estado de ánimo deprimido, relacionado con lo vivido, entre otros datos de prueba.

Calle ante el juez

En su intervención, Efrén prefiere no declarar respecto a la acusación, pero si solicita que en esos momentos el juez le determine su situación jurídica.

 

Vinculado

Con base a cada uno de los datos de prueba, a los cuales se les dio valor probatorio, el juez resolvió dictar auto de vinculación a proceso en contra de Efrén, a quien le explicó con palabras sencillas.

“Usted señor Efrén la empujó contra un tambo causándole lesiones en una pierna, usted le gritó ‘si rompo la puerta no te vas no te vas a escapar, te voy a matar desgraciada’.

“Con esto realizó insulto y humillación a la víctima, lastimó la dignidad con estas expresiones, lastimó la dignidad de una mujer, representó también una amenaza.

“Todo esto, impactaron en el ánimo de Aurelia, tal como lo sustenta una psicóloga, por ello llego a la conclusión que sí tuvo la intención de lesionar física y verbalmente a su esposa y por ello lo vinculo a proceso”.

Medida cautelar

Como medida cautelar, el ministerio público solicitó que Efrén se presentara cada quince días con el fiscal, que se le prohibiera concurrir a lugares donde acude la víctima y testigo.

Que se le prohíba convivir o acercarse con la víctima y separación inmediata del domicilio ante el riesgo de nuevas agresiones.
El fiscal hizo del conocimiento que anteriormente se le había impuesto medida de protección, pero Efrén no cumplió y por ello se insistía en la separación.

Sobre esto, doña Aurelia enfatizó que su esposo no entiende de razones y que solicitaba la separación inmediata, “Es muy agresivo, sobre todo cuando se va a la ranchería Del Carmen a ingerir alcohol, y miente al decir que trabaja, el no trabaja, yo soy la que conseguía el dinero haciendo leña y por eso llegan a mi casa las vecinas a cobrarme que él quedó a deber 50, 60, 100 pesos en bebidas, ya no se aguanta señor juez”.

En su intervención, Efrén sólo tuvo dos inconvenientes, una que se le permitiera ir cada mes a presentarse con el ministerio público, porque dijo que se iba ir a trabajar y que regresaría cada fin de mes, lo cual fue admitido por el juez.

Lo que no se la autorizó es que sacara del hogar conyugal una chiva que según él era suya, que la había comprado. “Tengo una chiva ahí, yo la compré, es mía pues, y puedo llevármela también”, preguntó.

“No, solo podrá llevarse los insumos necesarios, nada de muebles o animales porque eso es parte de bienes conyugales y esta medida será sólo hasta que se le dicte o no alguna sentencia y si no obedece se le puede imponer otra medida más grave como lo es la cárcel”, sentenció el juez.


aa

 

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