Murió al lado de su mejor amigo en Santa Cruz Xococotlán
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Policiaca

Murió al lado de su mejor amigo en Santa Cruz Xococotlán

Falleció ayer en la primera ampliación de Santa Cruz Xococotlán tras una presunta congestión alcohólica. Raúl, quien vive escasos metros del lugar en el que ocurrió el deceso de su…


Murió al lado de  su mejor amigo en Santa Cruz Xococotlán | El Imparcial de Oaxaca

Falleció ayer en la primera ampliación de Santa Cruz Xococotlán tras una presunta congestión alcohólica.
Raúl, quien vive escasos metros del lugar en el que ocurrió el deceso de su amigo, a quien conocían como “El Chico Malo”, dio aviso a la policía.
El hombre, al que le calculan 40 años de edad, falleció en la avenida Miguel Domínguez casi esquina con la tortillería de la colonia.
Quedó tirado debajo de un árbol de dos metros de altura cuyas ramas alcanzaban a cubrir el cuerpo de la escasa lluvia. Policías acordonaron, mientras Raúl avisó a los familiares de su amigo para que fueran a verlo.
Contó que lo encontró tirado boca abajo. Se tomaba un trago más de licor que guardaba en una botella de cristal con capacidad de medio litro.
Curiosos observaban lo ocurrido. Las autoridades no lograron hacer a un lado a quien fuera el amigo fiel del fallecido, que permaneció sentado en el lugar.
Se trata del perro blanco que siempre lo acompañó, “quienes lo conocimos sabemos que ese animal jamás lo abandonó y en donde se quedaba dormido, ahí estaba a un lado, tal como ahora”, contó Raúl.
El perro, después de terminada la diligencia, cruzó la carretera siguiendo la carroza.
“Murió por al alcohol”, repetía Raúl una y otra vez. “Vino la policía, acordonaron y el cuerpo del buen amigo lo subieron a una carroza”, platicó después.
Confió que era su amigo de trago. “Acá nos juntábamos para tomar y platicar nuestras penas. A veces la familia no te entiende, pero entre nosotros sí nos comprendemos”.
“Por la mañana aún tomamos. Nos sentamos juntos pero él se quedó dormido debajo de ese árbol”, dijo mientras señalaba el lugar.
Al lugar llegó otro amigo y se acercó a Raúl. Comentaron lo ocurrió. El recién llegado indicó que aunque llevaban rato como amigos jamás supieron su nombre. Sólo sabían que vivía en la colonia, a unos metros de donde murió.
También se supo que en los últimos días el fallecido era quien hacía los mandados de la colonia y cuando podía se desempeñaba como ayudante de albañil.


aa