Fiesta patronal de Huanacaxtle, termina en tragedia
La desgracia ocurre en Huanacaxtle, Yosondúa, Tlaxiaco
Al encontrarse festejando en la fiesta patronal de Huanacaxtle, municipio de Santiago Yosondúa, distrito de Tlaxiaco, un hombre terminó gravemente herido luego de que el torito pirotécnico que se encontraba cargando y bailando explotara repentinamente.
De acuerdo a la información proporcionada por la autoridad local, la noche del pasado miércoles habitantes y visitantes se encontraban celebrando la fiesta anual en la comunidad indígena de Huanacaxtle, Yosondúa.
Durante la noche y como es costumbre, los pobladores comenzaron con la quema de juegos pirotécnicos como los son los tradicionales toritos de luz, los cuales son elaborados de forma artesanal y llevan una gran variedad de cuetes, como los buscapiés y los cañones.
El señor Fiaban Pérez de 60 años, vecino originario de la comunidad de Yucumaño, Yosondúa, pidió un torito para bailar al ritmo de la banda de viento, momento en que los buscapiés comenzaron a prenderse haciendo correr a toda la gente que se divertía.
Enseguida una fuerte explosión hizo retumbar la explanada del pueblo.
Hombres y mujeres corrieron al ver que don Fabián se estaba incendiando luego de que el torito le explotara en la cara.
Como pudieron los presentes lograron apagar el fuego de la ropa del particular, quien a simple vista presentaba quemaduras en la mayor parte de su cuerpo. Enseguida lo trasladaron en un vehículo de la comunidad a la Unidad Médica Rural del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Chalcatongo de Hidalgo, donde recibió los primeros auxilios.
Por la gravedad de sus lesiones, posteriormente fue llevado al Hospital Rural Prospera número 34 del IMSS en la ciudad de Tlaxiaco, donde fue intervenido inmediatamente por los médicos en turno.
A las 7:50 horas, la trabajadora social del nosocomio Reyna Palacios Cruz informó a las autoridades de la zona que el señor Fabián había dejado de existir, por lo que más tarde llegaron elementos de Fiscalía Local para dar fe del deceso.
El cuerpo del finado fue reclamado por su esposa, quien luego del proceso de ley lo recibió para trasladarlo a la comunidad de Yucumaño para realizar la sepultura correspondiente.
