Guelaguetza, herencia indígena
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Guelaguetza, herencia indígena

 


El estado de Oaxaca como el resto del país donde las diversas etnias mantienen vivas sus expresiones culturales y artísticas, nacidas de una profunda sabiduría popular, tiene mucho que dar para recuperar lo que la sociedad dominante desconoce o ha perdido por preferir las cosas superficiales e intrascendentes.
En estos días hemos tenido tantas actividades dentro de las denominadas Fiestas de los Lunes del Cerro, que miles de personas, turistas nacionales y extranjeros, como también los oaxaqueños hemos disfrutado, además de los beneficios económicos que dejan a los diversos sectores turísticos y culturales y los meramente comerciales.
¿Quiénes son los que hacen la gran fiesta? Pues la gente que viene de los pueblos, los indígenas o descendientes de los zapotecos, mixtecos, mixes, mazatecos, chinantecos y las otras etnias, así como los afromexicanos, que están en las montañas, los valles y cerca del mar, en las diferentes regiones de este bello y muchas veces incomprendido estado de Oaxaca.
Son las mujeres y hombres herederos de la cultura ancestral, quienes se esfuerzan por mantener vigentes sus expresiones culturales y las comparten con alegría con el mundo. Traen a la capital del estado sus bailes, su música, su vestimenta y sus productos, lo más original y auténtico que pueden.
La Guelaguetza en la cultura zapoteca tiene un profundo sentido humano de solidaridad y ayuda mutua, de dar y recibir, que en las demás etnias del estado tiene diferentes nombres, pero las mismas o semejantes expresiones entre las familias y pueblos, lo que hace posible una convivencia fraternal, de colaboración mutua, sin que la práctica no conlleve algunos problemas que hasta cierto punto son naturales y se superan. Los indígenas o descendientes se esmeran por conservar sus tradiciones con originalidad, valores que el gobierno debe respetar y ayudar a que se preserven como tales.
La Secretaría de las Culturas y las Artes y el Comité de Autenticidad tienen una gran responsabilidad de cuidar que estos valores fundamentales no se pierdan; seguir trabajando con las comunidades indígenas y mestizas y sus representantes autorizados; lo mismo los pueblos y autoridades municipales de los Valles Centrales donde se celebran las guelaguetzas para no perder su sentido y profundidad. Creo que es la forma más práctica y responsable para preservar nuestros grandes valores culturales.
Este senderista estuvo en la fiesta patronal de Santiago Zacatepec Mixe el pasado fin de semana, donde hubo cinco días de eventos religiosos, deportivos y socioculturales. Las bandas de música de las comunidades mixes de El Rodeo, municipio de Santiago Atitlán, y de Mosquito Blanco, municipio de Santa María Tepantlali, llegaron el martes para participar desde la calenda con las tres bandas anfitrionas: la filarmónica, la infantil y la de Konk Oy, hasta la despedida el sábado.
Las bandas visitantes correspondieron la presencia de las bandas de Zacatepec, primero en la fiesta de la Santa Cruz en Mosquito Blanco, del 1 al 5 de mayo, y después en El Rodeo, del 7 al 11 de mayo, en honor a Jesús Nazareno. Entre los mixes esto es muy común, un intercambio entre hermanos, lo que entre zapotecos se da y se conoce como gozona. Es el dar y recibir con amor y respeto, la ayuda mutua entre los pueblos indígenas. La selección de bandas y las respectivas visitas se realizan con anticipación.
En la atención a los filarmónicos se ofrecieron voluntarios para dar de desayunar, comer y cenar y, desde luego, disfrutar también la música en casa. Las bandas tocaron en el templo parroquial y en los espacios municipales. El jueves 25, después de la misa solemne oficiada por el obispo Salvador Cleofás Murguía Villalobos, cien integrantes de las bandas locales dieron un concierto con obras de autores mixes y zapotecos como Antonio Romero Jacob, Rito Marcelino Rovirosa y Jesús “Chu” Rasgado, bajo la dirección de Sergio Sánchez Rodríguez, Esaú Marcial Sánchez, Antelmo Romero Sánchez, Hetelberto Solís Martínez y Cirilo Cruz Cristóbal, maestros de la localidad. El viernes siguiente se efectuó otro, ya por separado, con las dos bandas visitantes y la juvenil e infantil locales. Néstor Jairo Vásquez Castañeda y Espiridión Vásquez Martínez son los directores de las bandas de El Rodeo y Mosquito Blanco, respectivamente.
En la recepción de bandas, las autoridades municipales anfitrionas recordaron la importancia de mantener estos intercambios musicales que datan desde hace muchos años, como una forma de apoyarse mutuamente entre pueblos por más pequeños que sean. Ofrecieron la hospitalidad dentro de las condiciones posibles, pero con gusto. Entregaron primeramente velas y flores a las autoridades que acompañaron a los músicos; después, sombreros y golosinas a todos; el café, pan y los exquisitos platillos se sirvieron más tarde en las casas particulares y en el comedor de la comisión de festejos.
Las autoridades municipales visitantes, quienes acompañaron a las bandas, expresaron también su alegría por llegar a Zacatepec para corresponder el respaldo fraterno que recibieron en sus fiestas en el mes de mayo. Una guelaguetza muy singular en el paraíso de Konk Oy.