Como cada año
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Horizontes

Como cada año

 


Como cada año los mexicanos conforme a la tradición católica -nueve días antes de la navidad-, celebramos las tradicionales posadas, dedicadas a conmemorar el peregrinar de José y María por los rumbos de Belén, se comenzaron a realizar en nuestro país desde tiempos de la colonia.
Aunque conforme al paso del tiempo y de generación en generación las posadas han ido cambiando, cada uno conforme a sus posibilidades realiza el festejo, es tiempo de olvidar un poco los problemas que nos agobian y rescatar aunque sólo sea por unos días nuestras fiestas y el placer de compartir con familia y amigos, de tal forma hace su magia la navidad en cada uno de nosotros, preparándonos para recibir a Jesús niño en nuestro corazón.
Las casas son adornadas conforme al gusto propio, después de todo, la procesión es lo más importante, los invitados deben formar una fila y cantar los párrafos de la letanía, al frente de ellos deben ir los Santos Peregrinos.
Posteriormente los asistentes se dividen en dos grupos: el primero pedirá posada fuera de la casa y el segundo se colocará dentro de ella para responder a los cantos y dar posada. Todo ellos llevan velas encendidas en el peregrinar para celebrar el nacimiento del niño Dios.
Entonces se reparten canastitas con colaciones y algunos acostumbran encender luces de bengala, todo entra en la diversión.
Llega el momento más especial de la noche, la hora de romper la piñata. Generalmente en estas celebraciones se usan las ollas adornadas en forma de estrellas o enormes esferas. Eso sí, todas exhiben hermosos adornos elaborados a base de diversos papeles, desde el más brillantes hasta los opacos; eso si, todos de gran colorido, que representan nuestras artesanías, elaboradas por manos diestras y gran creatividad. Finalmente luego de varias rondas y del tradicional cántico: “No quiero oro, ni quiero plata, yo lo que quiero es romper la piñata” y otros tantos que se cantan, cuando los asistentes del más chico al más grande con los ojos tapados, y un palo en la mano, intentan tener el buen tino de poder quebrarla. Entonces brotan del interior de la piñata los dulces, frutos como cañas, tejocotes, limas, mandarinas hasta cacahuates y algunos juguetes. En algunos casos los anfitriones son más excéntricos y llenan las piñatas de adultos con globos de colores inflados que en su interior contienen un número, que indica el obsequio al que se hace ganador quien lo obtiene; en tal caso los regalos van desde tarjetas USB, CDs, libros o cajas de cigarrillos, como digo todo es conforme a las posibilidades.
Desde luego no puede faltar el ponche con piquete y sin piquete, una cena mexicana o algo más elaborado según el gusto de los anfitriones, y para terminar los sabrosos muéganos o buñuelos.
Por hoy no me resta más que desearles celebren con alegría y sin excesos estos días previos a la navidad; sintámonos alegres preparándonos también para iniciar el próximo 2020 con los mejores augurios. México necesita como nunca de nuestro optimismo y nuestro granito de arena, para salir adelante y lograr unidos una mejor nación.