De asilo político
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De asilo político

 


Don Porfirio: de Zelaya a Evo

Hace 110 años, en noviembre de 1909, el presidente de México, General Porfirio Díaz desafió a la soberbia estadounidense al rescatar al presidente legítimo de Nicaragua, José Santos Zelaya, que había sido amenazado con ser juzgado en Estados Unidos, por haber mandado juzgar y fusilar a dos agentes yanquis que provocaron un acto de sabotaje. Por entonces Estados Unidos aplicaba la política del “Gran Garrote” (“Big Stick”) para el control militar y geopolítico de Centroamérica y el Caribe.
Hubo un conato de rebelión instigado por EE.UU. contra Santos Zelaya, quien años antes pretendió construir un canal interoceánico en Nicaragua, que obviamente interferiría en los planes yanquis de construir el canal en el Departamento de Panamá, perteneciente entonces a Colombia. La Casa Blanca propició la independencia panameña para apoderarse de la zona del canal a perpetuidad, y de esa manera controlar el comercio internacional y el dominio militar de la región.
Washington amenazó con deponer a Santos Zelaya y llevarlo a juicio en Estados Unidos. Por ello, el presidente nicaragüense solicitó asilo político a México, mismo que fue concedido, dando notoriedad y grandeza nuestra diplomacia. Porfirio Díaz envió el buque cañonero “General Guerrero”, y en el puerto de Corinto rescató al mandatario, en medio de una amenazante flota americana, dispuesta a invasión. Salina Cruz, el nuevo y grande puerto de altura fue el punto de llegada del presidente Santos Zelaya.
Fue un hecho histórico poco recordado hoy, pero elogioso y elogiado en la historia diplomática del régimen porfiriano. Diversos historiadores y biógrafos (Bulnes, Iturribarría, Katz, Garner, Orozco Ríos) coinciden que fue uno de los pretextos para crear una animadversión americana contra Porfirio Díaz e inducir la rebelión de 1910.
Hoy, en 2019, se ha dado un hecho de cierta semejanza, pero no de la altura que protagonizó México en 1909. Evo Morales, trató de reelegirse como presidente de Bolivia en contra de las disposiciones constitucionales, con fines de perpetuarse en el poder. Se generó una rebelión luego de las elecciones celebradas el 20 de octubre. Se detectó fraude y la Organización de Estados Americanos confirmó irregularidades en el conteo de votos. Evo anunció nuevas elecciones, que ya serían ilegales, acentuándose la rebelión popular y finalmente renunció el 10 de noviembre. El comandante de las fuerzas armadas bolivianas, Williams Kaliman, informó que se sugirió a Morales que renunciara para no acentuar el conflicto interno y evitar más violencia. No hubo golpe de Estado como se ha invocado. Evo sí había pretendido darlo, al violar su legislación.
A EvoMorales, en la línea ideológica de Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Díaz-Canel (Foro de Sao Paulo), se le oreció asilo en México (no lo pidió como Santos Zelaya). El gobierno envió un lujoso avión (Gulfstream 550, matrícula 3916) de la Fuerza Aérea Mexicana y luego de trámites para cruzar, sin riesgo, espacio aéreo de otros países, llegó, sano y salvo el 12 de noviembre. Fue recibido como héroe por el canciller mexicano, que narró las cosas como si fuera una hazaña. El erario nacional se encargará de su estancia y manutención.
A diferencia de Evo Morales, Salvador Allende, presidente legítimo, luchó hasta la muerte para defender su institucionalidad: en Chile sí hubo golpe de Estado.
No se descarta que Evo Morales recupere fuerza política con apoyo de Venezuela, Cuba, Nicaragua, México y pronto Argentina, e intente retomar el poder en Bolivia, lo cual sin duda generará otra crisis política que puede comprometer a México.
El gobierno actual ha tratado de emular el hecho, a la recepción de refugiados españoles, a Trotski, a Sandino, al Sha de Irán y otros exiliados. Con esto se han ocultado graves hechos como Culiacán y la masacre de la familia mormona LeBaron, la fractura de instituciones y la crisis económica que parece avecinarse.
Santos Zelaya fue rescatado honrosamente. Lo de Evo es cuestionable y está sirviendo para tratar de componer la imagen actual del gobierno.