Obsolescencia programada
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Obsolescencia programada

 


Hace ya algunos años, nos tocó revisar algunas investigaciones sobre las formas de vida que hemos adquirido y que han servido para conocer al mundo como lo percibimos en nuestros días, y uno de esos documentales realizado por la Corporación de Radio y Televisión Española, S.A (rtve.es), nos habla sobre la Obsolescencia programada, el video se llama “Comprar, tirar, comprar. La historia secreta de la obsolescencia programada”, que en su sitio web, http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-documental/documental-comprar-tirar-comprar/1382261/ nos describe de manera sencilla, como empezó todo y las consecuencias de esos actos, comienza la lectura así:
¿Por qué los productos electrónicos duran cada vez menos? ¿Cómo es posible que en 1911 una bombilla tuviera una duración certificada de 2,500 horas y cien años después su vida útil se haya visto reducida a la mitad? ¿Es compatible un sistema de producción infinito en un planeta con recursos limitados?

El documental, dirigido por Cosima Dannoritzar y coproducido por Televisión Española, es el resultado de tres años de investigación, hace uso de imágenes de archivo poco conocidas; aporta pruebas documentales de una práctica empresarial que consiste en la reducción deliberada de la vida de un producto para incrementar su consumo y muestra las desastrosas consecuencias medioambientales que se derivan. También presenta diversos ejemplos del espíritu de resistencia que está creciendo entre los consumidores y recoge el análisis y la opinión de economistas, diseñadores e intelectuales que proponen vías alternativas para salvar economía y medio ambiente.

Tal parece que esta característica que se inicia en Europa o al menos son los primeros indicios documentales de ello, se replica de forma natural en nuestros tiempos, como dice el dicho “llego para quedarse”, te la encuentras en muchos lados y se percibe como algo normal.

Cuantas veces no hemos comprado un celular, que al paso de un año, sabemos que la garantía expirará en breve, después de su uso, actuando de forma automática al cambiarlo de inmediato, porque el siguiente modelo, ya tiene mejores características, mejor cámara, mejores aplicaciones, es más delgado o más potente para recibir su señal, y como una acción reaccionaria se adquiere uno nuevo, sin medir las consecuencias que de ello se genera, porque aunque usted, no tire el celular en la basura, porque sabe que la batería de Litio que tiene llega a contaminar de forma exponencial los mantos acuíferos, que el plástico al ser reducido a cenizas genera una gran cantidad de bióxido de carbono que hace daño al ambiente, y lleve sus celulares “viejos” a un depósito que los tratará, para evitar su contaminación, como un acto de buena fe, las demás personas (en su mayoría) los tiran como si se tratara de basura biodegradable, generando un problema mayúsculo, por su falta de consciencia social.

Este ejemplo se repite en cada momento de nuestras vidas, ¿se ha fijado?, ¿qué pasa con las relaciones personales?, se aplica en típico usar y desechar, ya que lo que causa emoción, esas endorfinas que produce “el amor” o muchas de las veces maridado con la emoción de la atracción con otra persona, se pierde de forma violenta y se generan odios y vacíos entre las personas, las cuales insisto, se usan y se desechan, el sustento de ello, puede ser analizado en las redes sociales.

Si nos vamos al trabajo de investigación que muchos pregonan que realizan, nos encontramos con frases y textos sacados de la red de comunicación más grande, denominada Internet, donde cualquier persona dice en vos de otra, lo que no puede o no sabe decir por sí misma, se copia y pegan contenidos de todo tipo, para sacar una tarea que algún profesor nos pide, y terminar rápidamente una actividad que pensamos que no, nos dejará nada útil.

A los políticos también se les incluye en esta clasificación de obsolescencia programada, ya que buscan por todos los medios, llegar a las altas esferas del poder, haciendo cualquier cosa por conseguirlo, inclusive robar y mentir (por citar solo dos de los vicios frecuentes que hacen), para que llegado el momento de estar al frente de la política, recuperen todas aquellas “inversiones” que hicieron, abusando de su fuerza por que el sistema político así lo establece, no porque este escrito, sino por usos y costumbres, dígame cuantas veces ha dado seguimiento a su diputado, senador, presidente municipal, cabildo o presidente de la república, de sus actos, seguramente pocas veces, porque no hay índices de evaluación que en un periodo determinado (antes de irse) pueda usted tener acceso y se van por diferentes motivos por “la puerta de atrás” con las manos llenas y dejando al que sigue, trabajo que resolver o continuar con su labor de engaños.

Que decir de las formas en las que se está enseñando a los futuros profesionistas, utilizando programas de trabajo, que tuvieron sus utilidades en tiempos anteriores y dejaron a un México que conocemos, que dicho sea de paso un México que pide a gritos una revolución de ideas y enseñanzas del México que debería afrontar las exigencias de nuestros tiempos, pero no aquellas que locamente nos están llevando a generar tantos conceptos basura, aquellos que nos incluya la visión de cuidado de nuestro ambiente, coordinado con los que quieren hacer negocios, pero no de la forma perversa que llevan, para que podamos consumir sus productos y se mantengan con sus extravagancias y excesos de vida, nos estamos ahorcando y lo peor del caso es que nos acostumbramos que así es, ¿no hay manera de reaccionar ante ello?

Las únicas formas de manifestarse ante, esta voracidad de tener más, de “lograr más”, de sentirse superior al otro, es revisar si en nuestras decisiones incluimos aunque sea una vez, a la otra persona que no conocemos para su beneficio, al ecosistema, al medio ambiente natural y al aspecto social, reflexionando si es necesaria su adquisición, si no tiene compostura o si aquello que nos piden entregar en clase, es de nuestra autoría, aunque no salga muchas líneas de texto, que para eso los profesores estamos, para contribuir a la formación de personas capaces de sacudirse sus zonas de confort y enfrentarlos a la disonancia cognitiva, que todo ser humano debe practicar para su evolución.
¿Forma usted parte de la obsolescencia programada?, su servidor sí, pero estoy tratando de enfrentar eso que lo genera y con lo que fui educado, desde mi familia, pasando por mi primer círculo social, hasta mis actos como profesionista, dando mis primeros pasos, ¿usted, se siente cómodo como está o se arriesgará como su servidor.

Twitter@g_vasquez