El conflicto como medio de expresión
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Hagamos Conciencia

El conflicto como medio de expresión

 


Las relaciones interpersonales que sostenemos y que son evidentes por lo que narra nuestra historia, comprueban que hemos caminado sobre la ruta de la conveniencia, trayendo con ello, la evolución social, donde gozamos de estabilidad entre los individuos, sin embargo, también, conlleva situaciones que nos confrontan por intereses personales y/o grupales, por una lucha de ideas que han construido la sociedad que conocemos.

Resulta ser interesante la forma en que cambia, la manifestación de ideas provocadas por el inconformismo percibido en nuestro entorno, estas muestras van, desde gritar a las autoridades que violentan nuestros derechos a través de redes sociales, o generar una oleada de denuncias ciudadanas ante instancias de procuración de justicia o en las calles mediante pancartas, tomas de edificios gubernamentales, cierres de carreteras y cualquier expresión que muestre nuestro deseo de ser escuchado, a esto, en términos generales le denominan algunos pensadores, el conflicto.

En el texto del Dr. Dalmacio Negro Pavón sobre El estado moral de Rousseau, escribe sobre “el contractualismo de Hobbes, donde negaba que el hombre fuese naturalmente sociable y político (como lo afirmaba Aristóteles y Santo Thomas), sólo puede llegar a serlo gracias al poder. La sociabilidad y la politicidad como creaciones del poder. Desde su punto de vista puramente político, afirmaba igual que Maquiavelo, que el hombre es un ser esencialmente desconfiado por lo que resulta ser conflictivo, destructivo. Maquiavelo lo decía, desde su óptica puramente política, juzgando por lo que veía en su tiempo, para Hobbes, es una cuestión antropológica: el hombre es enemigo de los otros hombres porque la libertad es poder, Freedom is Power. Esta es la raíz de la desconfianza permanentemente que reina entre ellos. La desconfianza recíproca les lleva a verse como objetos del poder. En el estado natural, los hombres son, pues, potencialmente enemigos entre sí. Y era preciso organizar la libertad mediante una forma de orden que diese una seguridad común concentrando en un punto el poder-libertad de vida o muerte. De ahí el orden estatal”.

Así que el conflicto, puede verse como algo inherente a la persona, el conocimiento de las cosas produce una revolución en contra de lo que es y lo que se piensa que será, (o como conocemos las cosas) el miedo y las amenazas al status quo o en varios casos a la zona de confort, genera en el individuo y a las personas que gozan de esos beneficios, el “alzar la voz” con movimientos que permiten modificar las formas de convivir al sentir amenazada su libertad, que dicho sea de paso, éste último término, merece un apartado.

Como dice Lewis A. Coser 1913-2003, “La lucha por los valores y por el estatus, el poder y los recursos escasos, el curso de la cual los oponentes desean neutralizar, dañar o eliminar a sus rivales”, lo que nos lleva a pensar si el conflicto, está fundamentado en el razonamiento de la conciencia colectiva o sólo se trata de una lucha de poder, como en la selva donde nuestro instinto animal (Complejo R o cerebro reptiliano), nos guía a conseguir estados de salvajismo por poseer y no sólo para vivir, aunque el otro sobreviva y lo peor del caso, que sepamos que así es y lo sigamos provocando.

El conflicto, pone de manifiesto un proceso que tiene sus repercusiones en algún momento donde las situaciones son insostenibles y las partes involucradas chocan por una pugna, siempre y cuando no aparezca la violencia puede ser empleado para mejorar situaciones o ponerlas en balanza, para encontrar soluciones.

Entonces aparece la mediación como una alternativa para encontrar acuerdos que disminuyan los problemas, los cuales no siempre concluyen, sino se transforman en nuevas manifestaciones que dependerán de los actores, si es en beneficio de todos, en perjuicio de una de las partes o bien en perjuicio de las dos partes.

Vincenç Fisas, en una publicación de la Revista Futuros del año 2005, titulado Abordar el Conflicto: la negociación y la mediación, menciona que “En ella debe existir la negociación, como un proceso que avanza a medida que en el mismo se genera respeto y confianza, y se abren expectativas positivas entre las partes. Aunque un tercero puede alentar ambas cosas, son las mismas partes las que deberán hacer el esfuerzo para transmitirse mensajes positivos, clarificar aspectos dudosos y mal entendidos, disminuir las malas percepciones y sacar a la luz diferencias latentes que podrían entorpecer el proceso. La estructura de las actitudes es por tanto fundamental, ya que da cuenta de las actividades recíprocas de quienes negocian y de su forma de relacionarse.”

Suele, ser para un servidor, la piedrita en el zapato, aceptar los conflictos por los que atraviesa nuestro país y el pueblo de Oaxaca, el hecho de acostumbrarse a los conflictos que se suscitan en nuestra entidad, que lejos de encontrar mejoras para todos los habitantes, continúan alimentando a un grupo de personas que han perdido el rumbo de sus ideales sociales, a quienes les fueron contratados para dar las herramientas de conocimiento a nuestra niñez y hoy se postulan para cargos políticos y hacen “leña del árbol caído”, han pasado negociaciones durante muchos años y la parte “débil” del asunto que sería el magisterio, ha superado por mucho a la parte fuerte “el estado” para cumplir con sus demandas. ¿Hasta dónde las negociaciones se pueden convertir en chantajes para abanderarse con la pobreza del pueblo y las necesidades de los demás, sólo con la intención de lograr poder?

Se concluye comentando como dice el Dr. Pablo Romo Cedano en la revista de Derecho UNED del año 2015 con el título Hacer posible la Paz: “Hacer la paz posible es un tema permanente en la historia de la humanidad. Vivir en armonía, en una sociedad libre de violencia es un anhelo inalcanzado hasta ahora por la humanidad, por más que ha habido grandes y serios esfuerzos por que la paz sea posible. La paz es término que ha vivido en correlato, en un binomio permanente con el de la guerra. La paz, no es la ausencia de guerra y no es una realidad que gana terreno en tanto la guerra o el conflicto lo pierde. La paz, como concepto, trasciende la guerra y se ubica en sociedades «sin guerra», pero en constante conflicto.

Agradezco al Dr. Pablo Romo Cedano, las reflexiones que han surgido ante los conflictos, y hoy, se plasman en este documento, esperando sirva de tema de discusión, porque no, en una sociedad polarizada como nuestro estado de Oaxaca y que se resiste a perder sus formas de vida cotidiana, buscando la igualdad de los que menos tienen, pero observando, que éste proceso, no abona a un crecimiento de los que quieren ver a una sociedad próspera en todos los aspectos. ¡Es cuanto!

Twitter@g_vasquez