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En crítica a los políticos insensibles, he dicho que permitir que cualquier sea diputado, gobernador o presidente municipal, no es democracia es irresponsabilidad. Esa incapacidad se manifiesta patéticamente en la actitud de varios diputados y presidentes municipales del Morena.
Más que turbador resulta, por ejemplo, la prepotencia con que el presidente municipal de San Blas Atempa, Antonino Morales, persiste en el grave delito que significa bloquear carreteras federales. Muchos días ha impedido el libre tráfico de miles de oaxaqueños que necesitan viajar por la carretera al Istmo y no hay razón que lo mueva. No entiende que, con su partido Morena, ya es gobierno. Es condenable que siga actuando como activista o porro que recurre a medidas ilegales para obligar al gobierno cuando él mismo es parte del gobierno como presidente municipal que es.
Inalterable en su índole de porro, golpeador y agitador social, despojó hace tiempo de sus predios a varias personas. Como en todo Estado de derecho, los afectados lo denunciaron penalmente y para seguir el proceso judicial, fue citado ayer por el juez de Tehuantepec. El tal Antonino, en su intento de evadir la acción de la justicia, ordenó a sus expertos amotinadores de la Fuco, que es el membrete que controla, bloquear la carretera y allí siguen en su necedad como una expresión de absoluta impunidad.
Resulta paradójico que mientras el presidente AMLO, dueño absoluto del partido Morena, todos los días recuerda a sus correligionarios en sus “mañaneras” que este es un gobierno “diferente”. Que los abusos, los excesos y la corrupción quedaron en el pasado, el edil de marras, señalado en diversas investigaciones por presuntos nexos con los guachicoleros de la zona, siga actuando desde el poder como lo que es, un vil delincuente pero con investidura de presidente municipal.
En la capital
Qué decir del presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Oswaldo García Jarquín, apegado a la desidia y la frivolidad que en nada ayuda a su imagen de titular del gobierno municipal. Enfrentado con los grupos de poder al interior de su propio partido Morena, encuentra poco margen de operatividad. Su incapacidad política lo ha llevado a confrontaciones degradantes con el senador Salomón Jara y con el diputado Benjamín Robles “cara sucia”. Esto va en detrimento de la gobernabilidad porque se trata de guerra sucia entre personajes siniestros y Oaxaca está quedando entre las patas de los caballos.
Nunca en la historia de Oaxaca, la capital había padecido tal abandono y menos en vísperas de la fiesta racial más importante del mundo. Como consecuencia de la venta de espacios al mejor postor, el Cetro Histórico está convertido en una gran cloaca, sus calles semejan paisaje lunar por tantos hoyos. Delincuentes de todo tipo encuentran en la ciudad una zona fácil para sus atracos ante la inacción de la policía municipal que, en este momento, tiene la amenaza de un paro de uniformados que ven a sus jefes como individuos abusivos, oportunistas y sin plan de trabajo estructurado.
A qué niveles de ingobernabilidad ha llegado la capital que han tenido que intervenir las instancias de gobierno federal y estatal, para tratar de restablecer el orden en la zona de la Central de Abastos y las márgenes del Río Atoyac. Ojalá veamos esta misma acción de reordenamiento en el primer cuadro de la ciudad para que el turismo que, afortunadamente, viene en avalancha por la Guelaguetza, no se lleve la impresión de que Oaxaca es una ciudad sucia, desordenada con malandrines en el palacio municipal lo mismo que en las calles.
Trágico
Pero nada más impresionante en las filas del Morena que lo ocurrido ayer en Juchitán. Resulta que la cabecilla de una de las bandas de asaltantes -con razón tanta impunidad- es Eloísa Blas Chiñas, hija del diputado federal plurinominal del partido Morena, Víctor Blas López.
Esta joven fue detenida por la policía municipal al asaltar a un motociclista repartidor. Al resistirse al atraco, el victimado fue herido por Eloísa con un disparo de pistola. Aunque sus dos cómplices huyeron la hija del diputado fue detenida al ser señalada por el robo con violencia y disparo de pistola.
Lo más sorprendente es que no bien terminaban las diligencias cuando el fiscal adscrito en Juchitán, fue advertido por un abogado altanero: “si no sueltas inmediatamente a la detenida (Eloísa) te vas a atener a las consecuencias”. Le insistía que por ser hija de un diputado federal no podía ser detenida.
Lejos de inhibirse, este diputado incapaz de educar a su hija de 24 años que termina como jefa de una banda de ladrones, hasta anoche insistía en sus influencias para que su hija no fuera molestada. Para mayor mordacidad política, el diputado Blas, pertenece a la Comisión de Transparencia y anticorrupción de la Cámara Baja.

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