Por el hueso
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Escaparate Político

Por el hueso

 


Dos bravos canes protagonizaron el sábado pasado un papelón político que no es otra cosa que el feroz pleito por el jugoso hueso que significa el nuevo negocio municipal: los arrendamientos. El denigrante espectáculo no fue cualquier cosa. Se fajaron directamente, casi a golpes, Josué Monterrey en nombre de Oswaldo García Jarquín (Morena), y el “señoritingo” Lenin López Nelio en nombre del famoso “cara sucia” Benjamín Robles Montoya (PT) ¿Y que pelean?
Pagar 140 millones de pesos por la renta de 40 camiones para recoger basura en la ciudad, equivale a comprar cada uno en 3.5 millones más lo que guste cobrar la arrendadora al término de 3 años para que sean propiedad del municipio. Un negocio muy leonino y también sospechoso entre Oswaldo García Jarquín y una empresa asentada en el Estado de México. En esta lucrativa transacción influyó el ex Secretario de Ecología José Luis Calvo de amplias relaciones políticas y empresariales en aquella entidad. Algo turbio descubrieron en la negociación por lo que, finalmente, le costó el cargo.
Arrendamiento tan ventajoso para el presidente municipal Oswaldo García Jarquín, despertó la codicia del diputado Benjamín Robles Montoya. Con la idea de obtener su tajada y tener enclaves en el gobierno municipal para enterarse de los negocios, pidió cargos para algunos de sus achichincles cuestión que le negó el presidente municipal. A eso se debe el affaire que armaron el sábado pasado en el zócalo.
El famoso “cara sucia” se estaba tardando en mostrar su naturaleza pérfida. Como representante del PT en Oaxaca, era de esperarse que de un momento a otro clavara su ponzoña traicionera contra el partido Morena. Mandó a su achichincle Lenin López Nelio a organizar una supuesta consulta pública para medir la aceptación que pudiera tener el presidente municipal de la alianza Morena-PT-PES. Una acción aviesa, obviamente.
En eso estaban cuando arribaron los esbirros de Oswaldo García encabezado por su porro mayor Josué Monterrey. Llegaron con el argumento risible de que debían tener autorización para ocupar un espacio del Zócalo cuando allí es tierra de nadie. Ambulantes, merolicos, prostitutas, teporochos, “maistros” y toda laya de mercenarios de la política, invaden el zócalo, pero al PT le exigían permiso municipal. Vaya, ridiculez.
Obvio. Nadie les hizo caso. Los balandrones del PT contra los camorristas de los hermanos Monterrey. Le hicieron ver su suerte al exquisito Lenin López Nelio que, gritando sus ínfulas de “soy líder del PT” quiso impedir que se llevara el aparato de sonido y el módulo, pero se topó con la temeridad de otros porros más rústicos. Ese zipi zape sabatino superó los estruendos de los mercachifles más bulliciosos asentados en el zócalo.
Esto fue producto de la ambición del “cara sucia” Benjamín Robles que quiere su tajada de poder municipal, y de un aprendiz de brujo como Oswaldo que cree que realmente ganó la presidencia municipal por méritos propios.

Lo que viene
Sin duda que el aquelarre sabatino en el zócalo traerá consecuencias.
Por un lado, puede obligar a Oswaldo a ceder posiciones en el gobierno municipal para los personeros del “cara sucia”.
Por el otro, este suceso puede ser el golpe definitivo que rompa la cadena que une al PT con el Morena. La particularidad traicionera del Robles Montoya puede acelerar que el presidente AMLO ponga fin a la alianza coyuntural que tuvo su partido con el PT. El primer alejamiento fue cuando AMLO detuvo el multimillonario presupuesto que habían autorizado para las guarderías que manejaba el partido de Alberto Anaya dueño absoluto desde hace décadas del membrete PT.

El salto del chapulín
Qué pena que en un gobierno que se dice “diferente” y que pregona la “honestidad valiente”, sigan vigentes cacicazgos de horca y cuchillo en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.
La imposición del yerno de Abraham Martínez, como director de la Escuela de Leyes, habla de la permanencia de las peores prácticas políticas en nuestra Universidad. ¿y el conocimiento?
Alumnos que cursan una licenciatura en la demeritada UABJO, me detallan el modus operandi de algunos “catedráticos” adictos al cacicazgo, para aprobar/reprobar a sus alumnos.
Me aseguran que en la escuela de Enfermería, no importa qué tanto hayas aprendido. Confiesan que el conocimiento no sirve para aprobar porque para esto… ¡hay que pagar!
La situación en Leyes es peor. Los grupos porriles imponen su ley. Para una sola materia un profesor dice a sus alumnos que el costo de la aprobación es de 1500 pesos. Una vez recibido los pagos pasan su lista de “aprobados” al titular de la materia.
El ilícito negocio se perfecciona. Uno de los porros llegó a uno de los salones y comentó que el catedrático tuvo un imprevisto y ofreció que quien pagara ese mismo día 500 pesos estaba aprobado. Pidió que tomaran en cuenta que tendrían un «ahorro significativo» (mil pesos) contra la tarifa convencional para aprobar la materia; el porro aguardó un breve tiempo (en lo que conseguían dinero los estudiantes) y cobró ese mismo día.

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