“No todo está podrido”
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“No todo está podrido”

 


En Comitancillo, en la región del Istmo de Tehuantepec, surgió una verdad. Dolorosa pero cierta: “las instituciones mexicanas han perdido recato, respeto”. La Sedatu, SCT, Bansefi, entre otras dependencias sumidas en la corrupción y el burocratismo, han cumplido a medias en el apoyo a damnificados.
El señalamiento fue duro y más cuando asoma de las palabras de Carlos Peralta, representante de la Fundación Alejo Peralta, empresa que ayer hizo posible que las mujeres de ese pueblo expresaran que “no todo está perdido” ¿saben para quienes fue el reconocimiento? Para el empresario que aportó el dinero para construir 200 viviendas destruidas por los terremotos de septiembre pasado, para el gobernador Alejandro Murat pero, especialmente, para la Marina Armada y el Ejército Mexicano.
Carlos Peralta, expuso que para llevar a cabo dicha labor “se necesitaba de una institución de probada honestidad, con capacidad de organización y ejecución, con amplias capacidades técnicas y logísticas, gran liderazgo y un inquebrantable compromiso y amor a México”. Y, ¿qué entidad puede tener tantos atributos? Para tal obra recurrieron a la Marina Armada de México. Los aplausos fueron atronadores.
Que un empresario reconozca así la actitud de los soldados de México, nos lleva a recordar lo que expresó una istmeña agradecida, de San Pedro Comitancillo. Ella misma pidió el micrófono para expresar agradecimiento a los Marinos que colaboraron en el acarreo de material y apoyo logístico para construir las primeras 55 casas que fueron entregadas ayer. El compromiso es llegar a la meta de 200 viviendas.
En el evento de entrega de las primeras casas que resurgen en el devastado Istmo, pobladores de Comitancillo externaron gratitud a soldados y marinos que “nos tendieron la mano desde el primer momento de la desgracia”. Expresiones de agradecimientos para “los que dejaron a sus propias familias” que también necesitaban de su presencia para amortiguar la desgracia del 7 de septiembre”. “Nuestra mayor gratitud, reconocimiento y profundo aprecio por siempre”, dijo una mujer, emocionada.
Además del significado que tiene la entrega de las primeras casas como expresión de solidaridad social, el evento alcanzó emotividad aunque haya quienes ponen en entre dicho el honor, la integridad e institucionalidad de nuestros Soldados y Marinos, como el dueño del Morena (López Obrador) que los llama “matraqueros”.
En San Pedro Comitancillo, uno de los municipios más afectados, se ha dado muestra de que “cuando se quiere se puede”. Con intervención del gobierno Estatal y Federal llego a esta comunidad la Fundación “Alejo Peralta” la cual se comprometió a levantar 200 casas para quienes lo perdieron todo y, en coordinación con la Secretaria de Marina y Armada de México, están cumpliendo.

Oaxaca tiene memoria

La amenaza de AMLO de que “se va a soltar el tigre” (si no gana la presidencia) puede incluirse en la narrativa de la desgracia política que ha sufrido Oaxaca desde el 2006. La ciudadanía, al borde de agotar la paciencia, fue rehén durante casi medio año de esos grupos temerarios que viven del chantaje político. Hasta la fecha insisten en su modus operandi: el que no grita no mama.
Movidos por políticos siniestros que aportaban mucho dinero e indoctrinamiento, hicieron gran daño y sembraron terror contra la población civil pero su objetivo principal, la renuncia del gobernador Ulises Ruiz, se diluyó entre carretadas de dinero público para los capos.
En esa que candorosamente llamaron “primera revolución del siglo 21”, empezaron a rugir “los tigres” de AMLO. Entre ellos sus personeros como el “Demonio de Tasmania”, Flavio Sosa con su lugarteniente César Mateo; los activistas más radicales del cártel 22 y sus más de 200 organizaciones rémoras incluyendo ese esperpento que llamaron APPO. Esos “tigres” con los que hoy vuelve a amenazar son bien conocidos en Oaxaca. Se ven fieros pero dóciles cuando reciben los costales de dinero público. Obvio hay algunos dogmatizados. Ah, también cargos públicos. Los capos se atribuyeron el ascenso de Gabino Cué y cobraron posiciones de poder durante el gobierno “del cambio”. El mismo AMLO traía de la mano a Gabino y lo presentaba como “el salvador de Oaxaca”.
Desde entonces, ese tigre camina o retrocede de acuerdo al mecate en las manos de AMLO.
En aquellos años su plataforma política era el PRD donde tenía ciertos contrapesos de poder. Hoy que es dueño absoluto del Morena, su poder es ilimitado. Camina obcecado con la idea: “el poder al precio que sea”. Ya lo estamos viendo con las nuevas movilizaciones violentas y amenazas del cártel 22. Su advertencia de soltar al tigre nuevamente, no es simple amago.
Oaxaca padeció las barricadas, las bazucas hechizas con las que mutilaron a muchas personas, policías y violaban cerraduras de casas particulares que saqueaban e incendiaban, ataques a las vías de comunicación, robo de vehículos, daños en propiedad ajena, allanamiento de hoteles, daños a establecimientos comerciales (llevando a varios a la quiebra) y asesinatos de tontos útiles. Días tenebrosos aquellos que Oaxaca no debe olvidar cuando escuchamos la amenaza de los que insisten reeditar el ramalazo.
No es casual, por ejemplo, que dirigentes de grupos radicales como el FPR, CODEDI, Sol Rojo, hoy estén en las calles, en tono amenazante, cobijados por las siglas del cártel 22. Los dirigentes de estos grupos han logrado del gobierno inmensos recursos económicos sin la mínima transparencia.

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