En Oaxaca se fortalece la cultura de solidaridad
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Es mi opinión

En Oaxaca se fortalece la cultura de solidaridad

 


Es muy importante observar la humanitaria labor que a lo largo y ancho del territorio estatal desarrollan. Alejandro Murat Hinojosa, Gobernador del Estado y la señora Ivette Morán de Murat, Presidenta del Consejo Consultivo del Sistema DIF de Oaxaca. Los organismos civiles coinciden en el gran objetivo del gobernador y su esposa es la solidaridad humana a favor de los que menos tienen en los desastres naturales, propia de las instituciones cuyo trabajo se inspira en la justicia social universal.

Al observar ese trabajo desinteresado por el gobernador y su señora esposa, realizado para ayudar a miles y miles de oaxaqueños que han sido afectados por los ciclones tropicales, salta a la vista que sus esfuerzos son ejemplo de inclusión social: hacen llegar los apoyos a quienes más los necesitan sin discriminaciones de ninguna naturaleza, lo que constituye una acción de integración social donde las fobias quedan sepultadas por la nobleza de espíritu y la buena fe colectiva.

El Gobierno del Estado y los organismos no gubernamentales a que nos referimos, al hacer su trascendente labor altruista, no toman en cuenta que los beneficiarios que son miles y miles, militen en un partido político u otro; que profesen ésta o aquella religión; que sean de un grupo étnico determinado o se trate inclusive de individuos de otras nacionalidades avecinados en nuestro estado. La visión solidaria es procurar el bienestar de los humanos sin clasificaciones ni discriminaciones.

Es grato a sí mismo ver que los medios de comunicación, todos, se han sensibilizado para unir esfuerzos con el Gobierno del Estado para mitigar el dolor ajeno. De esa forma, el Gobierno del Estado y los organismos de la sociedad civil junto con los medios de comunicación y los propios comunicadores, han generado ya una fuerte cultura promotora de solidaridad humana en constante crecimiento, cuyos resultados están a la vista y que no se veía en gobiernos anteriores.

No podemos pasar por alto, la participación en este tipo de actividades solidarias, de instituciones educativas de todos los niveles. Así vemos que universidades públicas y privadas, no sólo trabajan a la par con el Gobierno del Estado y los organismos no gubernamentales apoyando a quienes lo necesitan en casos de desastres naturales, sino que van más allá. Por ejemplo, las universidades extienden sus acciones culturales, educativas y aún tecnológicas para asegurar el desarrollo integral de los sectores poblacionales marginados.
Junto a lo anterior, mención especial merece la valiente aptitud de aquellos oaxaqueños que exponiéndose a sufrir peligrosas contrariedades, han denunciado públicamente y ante las instancias gubernamentales correspondientes, los abusos de aquellos “arrocitos negros” que nunca faltan, Ésos que han desviado para beneficio personal los apoyos que el gobierno y la sociedad hacen llegar a quienes los necesitan con urgencia. Porque, denunciar a los sinvergüenzas también es solidaridad de la buena.

Llevar a esos amantes de lo ajeno a la cárcel, fortalece la cultura de la denuncia tan necesaria para defender a la población oaxaqueña, de aquellos “pillos” que se atreven a lucrar con las necesidades y el dolor de sus semejantes. Lamentablemente, desvíos de esos recursos se dan muchos más de los denunciados, sin embargo, debemos abrigar la esperanza de que cada día, esas personas deshonestas e inconscientes sean menos. Porque mucho ayuda el que no estorba, cuando de ayudar se trata.

Finalmente diré que abrigo la esperanza, de que esa cultura de solidaridad, de la costumbre pase a ser ley en el gobierno de Alejandro Murat, y en un lapso razonable nuestros legisladores conviertan esa cultura de solidaridad, en una política general de estado, sin dejar a un lado a los organismos no gubernamentales que tan importante papel representan en la extraordinaria labor de compartir el dolor de quienes reclaman auxilio de sus hermanos. Esto es importante. Y ?Hay que decirlo!
Es mi opinión. Y nada más…
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