Un presidente sin oposición política
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

El hombre y su palabra

Un presidente sin oposición política

 


El presidente López Obrador llegó a su primer informe de gobierno con una aprobación del 67 por ciento, según una encuesta realizada por El Financiero. Entre logros y fracasos, la administración de AMLO ya recorrió una parte de los 6 años que le corresponden, además, destaca que en este tiempo no ha existido una oposición política sólida. Si López Obrador era una de las voces más importantes de la oposición en los sexenios pasados, ahora no hay nadie que tenga un rol similar o cercano.
Y es que en toda democracia es importante que existan contrapesos al gobierno, fuerzas que discutan y limiten las acciones de los gobernantes en turno, pero ¿cuál es la explicación de que actualmente no exista una oposición en nuestro país? A mi parecer, quienes quieren ser oposición fueron los mismos que en el pasado tuvieron la oportunidad de cambiar las cosas para bien de México, pero no lo hicieron.
En primer lugar, encontramos a un Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual llevaba más de 70 años en la presidencia del país, y que debido al hartazgo de la población, perdió las elecciones presidenciales del año 2000. Presumiendo que contaba con políticos jóvenes y diferentes, el PRI retornó a la presidencia en 2012, sin embargo, tan sólo seis años fueron suficientes para que nuevamente se desprendiera de ella y ocupara en 2018 una tercera posición con su candidato “ciudadano”, José Antonio Meade. La causa del descontento de la población hacia el PRI ha sido la misma: quienes accedieron a un cargo público prefirieron engrosar sus bolsillos antes que resolver los problemas de la sociedad. En el caso de exgobernadores ligados al uso indebido de recursos públicos, destacan los nombres de César Duarte, Javier Duarte, Tomás Yarrington y Miguel Ángel Yunes; a nivel federal, sobresalen Rosario Robles y Emilio Lozoya Austin. Entonces, ¿dónde está la supuesta renovación en las filas del priismo?
En segundo término, localizamos al Partido Acción Nacional (PAN), éste tuvo el gran mérito de sacar al PRI de la presidencia, no obstante, también carga con el gran fracaso de no haber retenidoel puesto, cederlo al PRI y a su candidato Enrique Peña Nieto. Quienes en el año 2000 se inclinaron por apoyar a Vicente Fox para que transformara la realidad del país, se quedaron con las ganas, pues al final las cosas no cambiaron. Tal fue el disgusto de la población con el gobierno de Fox, que López Obrador se alzaba como el favorito a ocupar la presidencia en 2006, pero los resultados de un proceso electoral poco claro le dieron el triunfo a Felipe Calderón. En sus seis años de gobierno, Calderón tuvo como principal problema la inseguridad, a la que decidió enfrentar directamente, obteniendo como resultado miles de muertes y desaparecidos. El PAN guardará un espacio en la historia como la alternancia que nunca se concretó.
En tercer lugar se encuentra el Partido de la Revolución Democrática (PRD), aquel cuyo origen está ligado a los movimientos sociales y una ideología en defensa de la clase obrera, campesina, entre otros. Ninguno de los fundadores del PRD daría crédito de cómo en las pasadas elecciones presidenciales el partido se unió al PAN, algo que resulta contradictorio, ya que éste es de carácter conservador y religioso. De los tres partidos mencionados, al PRD le ha ido peor, día tras día sus militantes renuncian y ya nadie puede decir que es un partido de izquierda.
De las ruinas de estos tres partidos se pretende crear Futuro 21, el cual ocuparía el registro del PRD y cuyo objetivo, según su manifiesto, es el de convertirse en la principal fuerza de oposición política de AMLO. Entre las filas de este proyecto salen a relucir los siguientes nombres: Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Fernando Belauzarán, Miguel Ángel Mancera, José Narro, Rubén Aguilar, Gabriel Quadri y Purificación Carpinteyro. Pero ¿qué pueden ofrecer estas personas a México? Nada. Son personajes que han vivido a costa del sistema político y que sus nombres no representan causas ni intereses sociales. Contrario a su nombre, Futuro 21 arrastra con una clase política que ya debería ser del pasado.
Si bien no hay una oposición a nivel de partidos políticos, AMLO tiene la gran responsabilidad de trabajar por aquellos que confiaron en él para que frenara la inseguridad y la violencia, generara más y mejores empleos, y combatiera la corrupción. Si no logra cumplir con lo prometido, no debería de extrañar que la gente salga a las calles a exigir que se garanticen sus derechos. Es un error pensar que los partidos políticos recogen las inconformidades de la población mexicana, al contrario, por su misma incapacidad de generar resultados se encuentran batallando para no perder su registro y privilegios.
Tal vez ha llegado el momento de que sean los propios ciudadanos los que se expresen por los aciertos y errores del presidente. No hacen falta más partidos políticos.

Estudiante de economía, UABJO
Facebook: cristian.salazar.h
Twitter: CristianSH1