El ITO y la educación superior en Oaxaca
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El hombre y su palabra

El ITO y la educación superior en Oaxaca

 


En nuestro estado la educación es uno de los temas más importantes debido a los rezagos que existen y porque se ha avanzo escasamente en la solución; si bien la atención se ha concentrado en la educación básica (prescolar, primaria y secundaria), los niveles medio superior y superior no están exentos de diversas problemáticas y que corresponden a distintos ámbitos.
Si nos enfocamos en el nivel superior, antes que nada hay que resaltar que al acceso éste es alarmante, según el Plan Estatal de Desarrollo (PED) 2016-2022, en el ciclo escolar 2015-2016 de cada 100 alumnos que egresaron del nivel medio superior sólo 52 prosiguieron sus estudios, mientras a nivel nacional el promedio fue de 73 de cada 100; además, de los 53 jóvenes que lograban acceder a un instituto de educación superior, 8 de ellos abandonaban sus estudios; así mismo se calculaba que la tasa de terminación era de 52.5%
No hay duda de que el acceso y permanencia de los jóvenes se relaciona con su situación económica. De acuerdo con el Coneval, en 2016 el 43.5% de los oaxaqueños se encontraba en pobreza moderada y el 26.9% en pobreza extrema; esta condición, así como la búsqueda de empleos que permitan complementar el ingreso, perjudican en el aprendizaje y aprovechamiento académico. A pesar de que existen apoyos económicos del gobierno federal y estatal, estos no son suficientes para pagar el material, la renta y alimentación que exige la vida como estudiante; en otros casos, los conocimientos que no fueron adquiridos anteriormente dificultan la obtención y mantenimiento del promedio que solicitan las becas.
Aunque prevalece la idea de que universidad y sistemas análogos representan un espacio para el desarrollo intelectual y donde el ambiente debería ser el más adecuado para tal propósito, éstos presentan vicios, como cualquier otra institución de la sociedad mexicana, que impiden la formación de los jóvenes. Los centros de educación superior están sujetos a intereses económicos y políticos; hay grupos de choque que defienden tales intereses y estos mismos son los que comercian con sustancias nocivas; no hay procesos transparentes que permitan conocer el gasto realizado por las autoridades; no se toma en cuenta la opinión de los estudiantes en el desarrollo de las instituciones; el personal docente se aprovecha de su rango para intimidar, lucrar e inclusive acosar al alumnado, por mencionar algunos de los problemas.
Parte de lo mencionado corresponde a la situación que se vive en el Instituto Tecnológico de Oaxaca, donde los alumnos han salido a las calles a manifestarse por la falta actualización de equipos, por ejemplo, algunos son de hace cinco décadas y su reparación resulta ser sumamente costosa y tardada; el software que utilizan es pirata o una versión de prueba; hay obras que no se justifican, mientras algunas otras fueron pagadas por encima de lo que habían sido reportadas; asimismo, exigen la contratación de docentes especializados; los estudiantes también piden más y mejores espacios para recibir clases y realizar sus prácticas.
Como da muestra la historia, las demandas sólo cobran relevancia cuando las personas, toman las instalaciones del centro de trabajo o estudio, salen a las calles y visibilizan sus exigencias; a pesar del desgaste físico y emocional que llegan a tener estas luchas, así como descalificación que llegan a recibir, quedarse de brazos cruzados o esperar a que las cosas cambien por sí solas, no resuelve nada. En el caso de los estudiantes del Tecnológico, paralelo a la toma de sus instalaciones seguían estudiando; cuando salían a manifestarse aprovechaban para recoger la basura; también repartieron juguetes y árboles, en general, le han impreso un sello propio a su lucha, que puede gustarle a unos y a otros no.
La semana pasada trascendió que el director del ITO renunció a su cargo y lo cual también era parte de las peticiones de los estudiantes. Esto es solo una muestra de que es posible avanzar mediante la acción colectiva. Por el bien de los jóvenes y Oaxaca, los centros de educación superior deben dejar de ser espacios donde se prioriza todo menos la educación; sin duda, el progreso de nuestro estado debe ir de la mano de instituciones de educación superior sólidas y comprometidas con el cambio social.