“Oaxaca nos necesita”
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Opinión

Editorial

“Oaxaca nos necesita”

 


La reconstrucción de la zona devastada por los sismos del 7, 19 y 23 de septiembre, no es sólo competencia de la Federación o del gobierno estatal, sino una labor que nos compete a todos y, por supuesto, a la mano generosa de empresarios, ciudadanos y demás apoyos. Ello quedó de manifiesto en la campaña: “Oaxaca nos necesita”, que el pasado martes puso en marcha el gobernador Alejandro Murat, para atender las tareas de reconstrucción en las comunidades afectadas por los sismos. Para llevar a cabo estas tareas, Oaxaca requiere de al menos 8 mil millones de pesos, empero la Federación, como lo anunció el pasado lunes el presidente Enrique Peña Nieto, aportará sólo 7 mil millones de pesos, para vivienda en Oaxaca y Chiapas. Sin duda, una cantidad menor a la que esperábamos, si se parte de la premisa de que hay cerca de 100 mil oaxaqueños sin casa, pues es daño total y sólo se están tomando en cuenta las afectaciones en la zona istmeña, poco se ha reparado en los efectos de los meteoros en la zona Mixe, en la Sierra Norte y los coletazos del sismo del 19 de septiembre en la mixteca, principalmente Huajuapan de León.

Por ello, insistimos, la larga y onerosa tarea de la reconstrucción debe ser responsabilidad de todos. La sociedad civil que ha aportado su grano de arena para ayudar a los damnificados ha hecho su parte; el gobierno estatal la suya y la Federación también. En el caso de las escuelas que han tenido afectaciones, los padres de familia y Comités, deben participar junto con las autoridades municipales. Sería un error dejarle todo el paquete sólo al gobierno. En la entrega de las tarjetas para los afectados que perdieron por completo su vivienda, el discurso presidencial dejó en claro que un factor relevante será la autoconstrucción. Hay que dejar atrás posturas intolerantes y fijaciones políticas. Lo importante hoy es que la gente tenga un lugar decoroso dónde vivir y con seguridad. Lo que está en el eje de la discusión es que la población que resultó afectada tiene también que ponerse a trabajar. Los fenómenos de la naturaleza, en efecto no son predecibles ni responsabilidad del gobierno. No estamos preparados para hacerles frente o prevenir sus efectos letales. Ello tampoco se puede atribuir a nadie. La tarea pues de la reconstrucción nos implica a todos por igual.

¿Transportistas u oportunistas?

De nueva cuenta el Frente Estatal de Sindicados de Oaxaca (FESO) que dirige el ex presidiario, Gilberto Luis Martínez, alias “El Plátano”, volvió a la carga el pasado martes con sus clásicos mecanismos de presión. Una veintena de camiones y otras unidades bloquearon cruceros importantes en protesta porque las autoridades aseguraron unidades piratas, en tanto que camioneros de la CTM, hicieron lo propio en Ciudad Judicial para exigir, lo que ellos dicen, les adeudan del acarreo de materiales para la construcción del Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca (CCCO), ubicado en Santa Lucía del Camino. Las manidas formas de chantaje se ponen de manifiesto como dijimos hace un par de días, en momentos cuando Oaxaca trata de ponerse de pie luego de los sismos que afectaron a muchos miles de oaxaqueños. La presión de dichos transportistas no sólo suena a indolencia sino a oportunismo burdo y torpe. Si tuvieran algo de sentido común deberían estar participando en las tareas de reconstrucción que, sin duda alguna, algún beneficio económico les habrá de traer, pues su trabajo será el más socorrido en algunas regiones del estado. Sin embargo, vuelven a los lugares comunes. Resulta extraño que FESO se movilice pues se presume que su dirigente, que salió de prisión hace pocos meses, fue condicionado a abandonar el estado.

El tema del transporte es común en este espacio editorial, pues en los últimos tiempos se ha convertido en un serio asunto de seguridad. Han sido los sindicatos: CTM, Libertad, FESO, CNP y otros, los que han devenido en verdaderas mafias que controlan a sangre y fuego a operadores y unidades. El gobierno perdió, desde hace mucho, el control en todo lo que se refiere al transporte, sea de pasajeros, de acarreo de materiales pétreos, de combustibles, agua para beber y hasta las pipas de vaciado de fosas sépticas están bajo el control férreo y criminal de dichos sindicatos. El resultado es fatal. Hace un par de semanas, en este mismo espacio, comentamos sobre la decisión del gobierno del vecino estado de Puebla en cancelar los servicios de una empresa trasnacional de taxis, luego de un evento criminal. No hubo mayor problema más que la defensa legal. Aquí en Oaxaca jamás se dará una situación similar, justamente porque el gobierno perdió el control en la regularización del transporte y el otorgamiento de concesiones. Sin duda alguna será una labor bastante compleja que vuelva a recuperar la rectoría sobre dicho rubro, habida cuenta de la fuerza que dichos gremios han tomado con la complicidad del mismo gobierno.