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Editorial

Buena temporada

 


Hay que reconocer que al menos en el ámbito turístico, Oaxaca ha repuntado en los últimos años. Sería injusto no reconocer los buenos oficios y dedicación de quienes están al frente de la Secretaría de Turismo (SECTUR), para lograr ese posicionamiento que el mismo gobernador Alejandro Murat reconoció en su III Informe de Gobierno. Ha mejorado la conectividad aérea, de tal suerte que tanto la capital como los destinos de playa, han tenido un alza en la afluencia de visitantes. Por ejemplo, las Bahías de Huatulco, que en el pasado fin de semana registraron un lleno casi total, lo que significa afluencia y derrama económica para nuestra industria hotelera, situación que se traduce en creación de empleos y mejora económica para la gente que trabaja en dicha industria.
No podemos sino deplorar la forma en la que el turismo ha sido minimizado por el mal llamado gobierno de la Cuarta Transformación. Las tareas de promoción, difusión y publicidad, tan necesarias para fomentar la afluencia de visitantes, carecen de presupuesto. Se sabe que incluso, quienes antes asistían a ferias y tianguis turísticos a nivel mundial, como la FITUR de España o la de Alemania, tienen que hacerlo por sus propios medios, habida cuenta de la reducción presupuestal para tal fin. Es más, en este año, quienes participaban por parte del gobierno estatal, se sabe que no asistieron a ninguno de los eventos internacionales que mencionamos líneas arriba. No hay recursos y, por tanto, todo tiene que someterse a políticas de austeridad, no obstante ser una industria prioritaria.
Lo importante es que Oaxaca sigue como uno de los destinos privilegiados a nivel nacional. La misma capital, como nuestros destinos de playa, tienen un poderoso imán que atrae a propios y extraños. Ello no implica que sea lo único a lo que debemos estar atenidos, sino también llevar a cabo campañas de promoción que permitan añadir a ese poderoso imán, las tareas de difusión de lo que Oaxaca, tanto la capital, los Valles Centrales, nuestros sitios arqueológicos, los monumentos coloniales y los destinos de playa, pueden ofrecer al mundo. Sin embargo, dicha tarea debe ser corresponsabilidad tanto del gobierno estatal como de las cámaras y asociaciones de prestadores de servicios turísticos, algunos de los cuales siguen con la mentalidad de que el clientelismo gubernamental los saqueadelante, ignorando que los tiempos han cambiado de manera dramática y que no hay recursos.

 

Seguro Popular: Aberrante decisión

El Seguro Popular se une a otros programas absurdamente desaparecidos por el llamado gobierno de la Cuarta Transformación, con un rechazo generalizado de cerca de 50 millones de mexicanos que fueron, en su momento, beneficiados. Pocos entienden la política de ir borrando algunos programas que sirvieron para paliar la mala salud de muchos mexicanos. El argumento de corrupción y la ignorancia de la forma en la que operaba, llevó al régimen del presidente Andrés Manuel López Obrador a decretar sus desaparición y crear un nuevo mecanismo, sin reparar en el daño a una cantidad considerable de ciudadanos mexicanos que recibían atención médica con la cobertura del llamado Seguro Popular.
El programa citado, al igual que las Estancias Infantiles, que también fueron borradas de un plumazo, son de las decisiones más torpes y absurdas de este gobierno. Diversos organismos empresariales inclusive, como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), ha lamentado la eliminación del referido programa, después de 16 años de operación, sin dejar en claro los procesos y mecanismos para la permanencia, mejoramiento, cobertura, calidad y financiamiento que permitan proporcionar los servicios de un sector tan relevante como el de la salud, principalmente en atención a los sectores más vulnerables del país.
El dictamen de Reformas a las Leyes de Salud y de Institutos de Salud aprobado por el Senado, contempla la conformación del nuevo organismo llamado Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (INSABI) que, entre otras cosas, centraliza los recursos, elimina partidas como Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos e imposibilita a los estados hacer frente a diversos temas en la materia que por Ley debe de cumplir. Siempre serán necesarias nuevas propuestas que perfeccionen a este complejo sector, sin embargo –reconoce dicho organismo empresarial- deben forjarse en el marco del acompañamiento de la opinión y colaboración de los expertos involucrados en la materia, considerando antecedentes exitosos y esquemas perfectibles.
Al formalizar dicho convenio, los gobiernos estatales con el INSABI, como lo contempla esta iniciativa, quedarían imposibilitados para hacer frente a las obligaciones que la Ley les atribuye y constituyen uno de los pilares para este sector, en rubros como planificación familiar, salud mental, así como la organización, coordinación y vigilancia del ejercicio de actividades profesionales, entre otras muchas funciones.