Torcer la ley: Botín de pillos
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Editorial

Torcer la ley: Botín de pillos

 


La mala conducción de la política interna en Oaxaca, ha dado pie a que crímenes tan graves como el de un elemento de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), ocurrido hace poco más de un mes en la zona de Santiago Xanica, puedan quedar en la impunidad. Hace unos días, la Fiscalía General del Estado ejercitó acción penal en contra de Fredy García, presunto autor material del homicidio del citado agente policial, quien fue asimismo sometido a tortura. Ipso facto, miembros del Consejo Estatal de Defensa de los Derechos Indígenas (Codedi), franquicia de un dirigente violento, Abraham Ramírez Vásquez, iniciaron movilizaciones y bloqueos carreteros, como el del crucero del Aeropuerto, que se mantuvo dos días, con el consecuente daño a la ciudadanía.

Hace al menos tres semanas, justo cuando fue detenido por posesión de armas y como presunto responsable de desaparición de personas, el presidente municipal de San Felipe Jalapa de Díaz, un grupo de diputados (as) del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), exigieron su libertad con el infantil argumento de que la Fiscalía le había sembrado armas para inculparlo, pero nada dijeron de que siete de sus colaboradores, incluyendo dos comandantes de la policía municipal, sí fueron vinculados a proceso. La presión y el chantaje fue de tal nivel, que el mismo senador por dicho partido, Salomón Jara Cruz, desató una campaña en contra de Rubén Vasconcelos, titular de la Fiscalía, de quien ha pedido su cabeza.

Es decir, estamos volviendo a los viejos tiempos, cuando al aplicarse la ley, de inmediato brincaban los redentores espantando con el “petate del muerto”, es decir, con marchas y bloqueos carreteros. El gobierno estatal, como representante legítimo del Estado no debe ceder ante presiones de ninguna naturaleza, pese a los clásicos emplazamientos de grupos y organizaciones sociales, algunas caracterizadas como violentas, tal es el caso de Codedi, que ha sembrado el terror en la zona cafetalera de Miahuatlán y Pochutla. De ninguna manera pueden quedar impunes delitos como el homicidio, la privación ilegal de la libertad de personas o el acopio de armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas. Nadie está más allá ni por encima de la ley. Por tanto, hay que sentar las bases de un Estado de Derecho sólido y firme. Que nada quebrante el espíritu de la ley, menos por conveniencia alentar la impunidad.

Cártel 22: Banderas no faltan

A dos meses y medio de que inició el ciclo escolar 2019/2020, maestros del llamado Cártel 22 han realizado más de veinte marchas y manifestaciones, ello sin soslayar los bloqueos al Boulevard Eduardo Vasconcelos, la Calzada de la República, las oficinas de pagos del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), etc. Es decir, su vida es estar en la calle.

No trabajar frente al grupo, que es su responsabilidad y por lo cual percibe un salario. El Cártel 22 es un ente compuesto por maestros eternamente insatisfechos. El mejor ejemplo es la reaparición del sempiterno ex dirigente, Erangelio Mendoza González, que al frente de un grupo de supervisores y jefes de sector, exige una serie de demandas fuera de la realidad.

Desde el fin de semana pasado, los dirigentes: Eloy López Hernández y Genaro Martínez Morales, Secretario General y de Organización de la gremial, emitieron una convocatoria para la marcha que se llevó a cabo la semana pasada, con la bandera de exigirle al gobierno estatal, la liberación “del compañero Fredy García”. La pregunta es: ¿qué carajo tiene que ver la consignación de un presunto criminal, dirigente de una organización social conocida como violenta, para que el magisterio pida su libertad? Es evidente la complicidad y el concubinato que se percibe en entes aparentemente disímbolos. He ahí el argumento de que cuando la dirigencia magisterial no tiene banderas para marchar y mostrar “músculo”, las inventa.

Con el reiterado apoyo del mal llamado gobierno de la Cuarta Transformación y del mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, la enfermedad por movilizarse por todo y por nada, sin duda alguna seguirá socavando la educación que imparte el Estado en Oaxaca. El rezago educativo, la pérdida de ciclos escolares completos y la movilización perpetua, seguirán a tambor batiente. Los alumnos de los diversos niveles educativos podrán seguir en el abandono, mientras que tal o cual porcentaje de la membresía magisterial marcha hoy por la liberación de un pillo o por la falta de atención de las instituciones médicas. Es decir, como ya hemos dicho, por banderas no paran los maestros. Siempre habrá motivo o justificación para abandonar las aulas y, obviamente, las tareas que les competen. La lectura es infalible: ensoberbecidos, endiosados con el fanatismo que difunde la Cuarta Transformación, en Oaxaca seguiremos como rehenes de estos parásitos.