Anarquía urbana
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Opinión

Editorial

Anarquía urbana

 


Ordenar el crecimiento de asentamientos humanos, dotarlos de equipamiento urbano, infraestructura y servicios necesarios para propiciar su desarrollo es una tarea mayor todos quienes estamos inmersos en el tema. Para ello, debemos lograr armonizar de manera consistente y creativa múltiples aspectos que aseguren que estos espacios sean habitables, dignos y aporten valor agregado al desarrollo.

La reforma al artículo 27 Constitucional en 1992, no previó la incorporación de tierras comunales o ejidales que se ubican en la periferia de las ciudades al desarrollo urbano, cientos de veces más rentable que el uso rural. Es ahí en donde han surgido principalmente los asentamientos irregulares, caracterizados por viviendas precarias y falta de servicios públicos básicos, también ahí se ubica un número importante de los conjuntos habitacionales para familias de escasos ingresos.

Tal situación debe obligar a revertir el círculo vicioso invasión – regularización, que rige la incorporación de suelo al desarrollo urbano, mediante la oferta de suelo barato para las familias de menores ingresos y acciones contundentes para avanzar en la regularización y mejoramiento de los asentamientos existentes. Un aspecto esencial, es reformar la Ley Agraria, la Ley General de Asentamientos Humanos y su normatividad, con el fin de incorporar procedimientos ágiles para regularizar la tierra social que se encuentra en las zonas urbanas y que pueda ser destinada al desarrollo urbano y vivienda.

Las principales ciudades de Oaxaca presenten un crecimiento desordenado que ocasiona cambios en el uso de suelo, afectan negativamente el desarrollo local, inciden al mismo tiempo en los índices de competitividad, debilitan el aparato productivo y lesionan negativamente la calidad de vida de las familias.

Otros centros urbanos de menor dimensión presentan obstáculos para una urbanización ordenada debido a la accidentada orografía del estado y a la carencia de infraestructura y servicios, lo que se traduce en el aislamiento y dispersión de sus asentamientos.


Combatir adicciones

En la lucha contra las adicciones se necesita contar con estrategias, programas y acciones en materia de prevención, tratamiento y rehabilitación en la entidad, sumar esfuerzos entre sociedad y gobierno en una cruzada preventiva del consumo de sustancias adictivas en todos los ámbitos de la sociedad. Sin duda, la prioridad son los hogares, las aulas, los centros de trabajo y los espacios públicos, toda vez que este flagelo afecta principalmente a los niños y adolescentes del país, sin distinción de género o condición socioeconómica.

Según la Encuesta Nacional de Adicciones, el consumo activo de alcohol en México alcanzó un porcentaje de 31.6 por ciento, en tanto, la prevalencia de farmacodependencia registra un porcentaje de 1.8; mientras que el tabaquismo en el país afecta al 21.7 por ciento de la población, lo que representa alrededor de 17 millones de mexicanos.

Hoy más que nunca se necesita de la participación de profesionales de la salud de los dos ámbitos de gobierno y de la sociedad civil, ya que el abuso y dependencia de sustancias como el alcohol, tabaco y drogas, constituyen los principales problemas de salud pública de nuestro tiempo, cuyas consecuencias trascienden el ámbito de la salud individual y repercuten negativamente en la dinámica familiar y comunitaria.

En nuestro estado, los más jóvenes, hombres y mujeres, son las personas que en mayor medida enfrentan problemas de abuso y adicción de sustancias adictivas, además, uno de cada cinco hombres que consumen algún tipo de sustancia se ubica entre 15 y 19 años de edad, mientras que cada una de tres mujeres que consumen alguna sustancia, predominantemente alcohol y tabaco, se encuentran en este segmento de edad.

Las drogas legales de mayor consumo son el alcohol y el tabaco, y de las ilegales la mariguana y la cocaína, inclusive a nivel nacional, ya que el 69 por ciento de adolescentes detenidos en los consejos tutelares afirman ser consumidores habituales de sustancias adictivas.

Ante este panorama poco halagador, preocupan mucho las niñas, los adolescentes y todas las mujeres, porque generalmente las drogas hacen más daño al sexo femenino que a los hombres. El aumento del consumo de drogas es constante, las cifras de adictos va aumentando porque la población va creciendo, lo cual obliga a adoptar las medidas preventivas necesarias antes de que sea muy tarde.