Albergues: Abandono oficial
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Editorial

Albergues: Abandono oficial

 


El domingo pasado, llamó la atención un documentado reportaje de la edición estatal de un diario de la capital del país, respecto a la situación tan dramática en que viven algunos internados y albergues educativos en la entidad. Para EL IMPARCIAL. El Mejor diario de Oaxaca no es nada nuevo. Se trata de un tema que hemos abordado desde hace algunos años. El abandono de los gobiernos federal y estatal en torno a la manutención de niños y jóvenes de escasos recursos, sobre todo indígenas, que asisten a dichas instituciones, ante la pobreza de sus familias para mantenerlos y a la vez darles estudios, es más que evidente.
Hace al menos dos años publicamos la deplorable situación en la que se encuentran escuelas-internados, como la Secundaria Núm. 14, Moisés Sáenz, de Reyes Mantecón y los albergues indígenas de Guelatao de Juárez y Yosundúa, cuyos alumnos sobreviven hacinados, sin alimentación digna y en condiciones de salud preocupantes, que los hacen rehenes permanentes de epidemias y enfermedades. Producto de la Revolución Mexicana, algunas secundarias y normales rurales, así como internados indígenas, tuvieron un pasado más digno y decoroso, pues además de la alimentación y el techo, cada alumno (a) recibía uniformes, ropa de cama y de aseo, además de una partida de recreación estudiantil, conocida como “Pre”, que era dinero en efectivo que se otorgaba cada mes.
Estamos hablando, desde luego, de la década de los 60 y 70, del Siglo XX, años desde los cuales la situación empezó a ir a menos, dado que al ser considerados como semilleros de inconformidad social y rebeldía, la Federación optó por irlos dejando morir. Sin embargo, pese a las miserias que se les otorgan presupuestalmente hablando, dichas instituciones sobreviven. Sus directivos peregrinan de un lado a otro buscando los preciados recursos para dar a los niños y jóvenes una estancia digna y saludable.
Ese abandono ha dado lugar a diversos ilícitos como son los abusos sexuales de parte de maestros a alumnos (as), atropellos y otros excesos. Las instituciones a que nos referimos pues, caminan entre la miseria y la abulia oficial; entre el deseo de superación de alumnos (as) pobres y la apatía de las autoridades para devolverles un poco la dignidad perdida, que algún día hicieron de ellas escuelas de buen nivel de aprendizaje. Empero, no obstante denuncias, reportajes, entrevistas y el papel indiscutible de los medios para que los gobiernos volteen a ver cómo viven, a la fecha todo ha sido inútil.
Seguridad: Las contradicciones
Uno de los rubros más preocupantes a nivel nacional, pero también en la entidad, es el de la seguridad pública. México se ha perfilado junto con Siria, Irak y Afganistán, como uno de los cuatro países más inseguros del mundo. Y es que ni el cambio de gobierno ha podido detener, sino que se ha incrementado, el número de víctimas mortales, producto de las guerras entre los grupos criminales. La estadística ha ido creciendo, hablándose hoy en día de un promedio diario de más de 200 homicidios. La responsabilidad, por supuesto, ya no es de los gobiernos neoliberales, sino de la Cuarta Transformación que, por lo visto, aún no da pie con bola.
En Oaxaca no estamos mejor. No obstante las mediciones sorprendentes que nos ubican como una de las entidades más seguras, aquí la percepción ciudadana es lo contrario. Los últimos hechos. Entre miércoles y jueves, en la zona conurbada de la ciudad se cometieron al menos cuatro ejecuciones: un abogado que estaba desaparecido fue encontrado muerto, con las señales inequívocas de la ejecución; dos repartidores de pizzas, corrieron igual suerte en el poblado Morelos, en el Valle de Etla y el cuerpo de un maestro de educación secundaria, que fue levantado en Zimatlán de Álvarez días antes, fue encontrado el pasado viernes.
El domingo en la madrugada, en el Bar La Dama de Rojo de la ciudad y puerto de Salina Cruz, desconocidos abrieron fuego en contra de tres varones y una mujer, dejando cuatro cadáveres en el lugar. No es la primera vez que se dan ejecuciones en dicha ciudad. Hay que recordar que el trasiego de droga está ahí a todo lo que da. Unos días antes un cargamento de droga fue decomisado presuntamente en Manzanillo o Mazatlán, que tenía como destino este lugar. En meses pasados, al menos tres taxistas han sido ejecutados, incluso mecánicos en grupo han corrido igual suerte, sin que las autoridades hayan dado con los responsables.
Lo que llama la atención es que –insistimos- en Oaxaca parecen haber dos visiones encontradas en torno a la seguridad: la que maneja el gobierno estatal, en donde se insiste en que somos de las entidades más seguras del país y la visión que se diluye en el imaginario colectivo, que nos ubica como un estado que ha ido derivando de la paz a la violencia criminal exacerbada. Aquí también se hace patente lo que mucho hemos publicado en nuestras páginas: ni con la presencia de la Guardia Nacional las cosas se han atenuado en nuestro terruño.