El falso discurso indígena
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Opinión

Editorial

El falso discurso indígena

 


Una cantidad considerable de organizaciones y grupos traen en sus plataformas políticas, el discurso indígena, aunque el mismo sea falso. Es común escuchar organismos que hablan de la cultura, el territorio, los derechos indígenas y los dirigentes se llenan la boca enarbolando la bandera de nuestros pueblos originarios. Cuando se trata de organizaciones genuinas, no hay argumento en contra. Lo hay, cuando vividores y vivales se montan sobre los grupos étnicos y sus necesidades para lucrar, sacar provecho o simplemente chantajear a las autoridades de los tres órdenes de gobierno. Llaman la atención ciertas organizaciones y membretes que con ese discurso han impedido no sólo el desarrollo para las comunidades indígenas, sino que con esa demagogia hasta lucran con los recursos que tienen en sus territorios. Circunstancias que podrían servirle a dichos grupos étnicos para paliar la pobreza, el abandono y el rezago social, es utilizado con dolo para negociar prebendas y dádivas por parte de quienes se han montado en la dirigencia. Ejemplos hay y muchos en nuestro medio, en donde la famosa lucha por los derechos indígenas se ha pervertido, justamente por esta situación.
Por siglas y membretes no paramos. Son centenas. Desde los que dicen prestar asesorías hasta aquellos que sirven como trampolín de actores y partidos políticos. Lo paradójico es que hasta el mismo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en la ceremonia de “El Grito”, esgrimió arengas y vivas para los pueblos originarios, pero en el Presupuesto de Egresos para 2020, la partida asignada al Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), sufrió un recorte de más del 40 por ciento. Ello significa una incongruencia. Nuestras comunidades exigen algo más que discursos: justicia, equidad, no más manipulación sino respeto a sus tradiciones, cultura, usos y costumbres. Los presupuestos asignados a este rubro y al de cultura, son siempre los más castigados. Requieren de mayores recursos para que no sean considerados ni por el gobierno ni por los vivales que se han montado sobre su identidad, como ciudadanos de segunda. Los mismos pueblos indígenas deben sacudirse esa tutela perniciosa; esa gravitación de aquellos que aprovechándose de su ignorancia o pobreza, lucran con las mismas para negociar dádivas debajo de la mesa. Ni discriminación ni xenofobia. Justicia e igualdad.

Preocupante proliferación

Aunque en dos órdenes de gobierno, la Federación y el estado, se escudan en que no hay presupuesto o existe carencia de medicamentos, lo cierto es que el dengue sigue haciendo estragos en la población. Se trata de una situación inédita, habida cuenta de que en la última década al menos no se tiene registro de una proliferación del mal, en esa magnitud. Se trata de una enfermedad transmitida por vector. El mosco Aedes Aegypt se incuba en la humedad o agua estancada en recipientes, llantas, cacharros, etc. Previa la llegada de la temporada de lluvias, las autoridades sanitarias publicitan una serie de medidas destinadas a la población, para que eviten la multiplicación del mosco, destruyendo dichos objetos. Más aún, se llevan a cabo campañas de información en centros de salud, hospitales, escuelas y mercados, entre otros. Asimismo, se realizan operaciones de fumigación, como antes se llevaban a cabo para combatir el mosco que producía el paludismo. Las brigadas llegaban a las casas y sin más pedían permiso para rociar paredes, techos y rincones, y atacar los sitios en donde podían incubarse los insectos tan nocivos para la salud.
La estadística ha crecido en Oaxaca de manera exponencial. Es evidente que no todos los casos están contemplados en la numeralia del Sector Salud o de las instituciones públicas como ISSSTE o IMSS, sino que muchos, hombres, mujeres, niños y niñas, que han contraído el mal, simplemente se atienden con médicos particulares y se hacen las pruebas en laboratorios particulares también. La incidencia se reporta en los lugares de trabajo o escuelas, en el caso de menores de edad. Hay ausentismo escolar precisamente porque los alumnos (as) son enviados (as) sus domicilios, dado que el mal los incapacita para estar en los salones de clase. Algo tienen que hacer las autoridades sanitarias para evitar que este mal se convierta en un freno en la productividad ciudadana y en más rezago y atraso educativo. Si bien es cierto que para la cura los médicos sólo recomiendan reposo y analgésicos, también es cierto que dicha enfermedad viral se ha diseminado no sólo en las zonas rurales como antaño sino también en los centros urbanos. La cuestión es que el multicitado mal no tuvo en este año campañas de prevención y profilaxis. Y el problema creció, como decimos antes, de manera exponencial, poniendo en riesgo la vida de quienes han contraído el mal, cual deviene dengue hemorrágico.