Protesta generalizada
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Opinión

Editorial

Protesta generalizada

 


Por lo que ha trascendido, esta semana habrán de continuar las protestas en la zona del Istmo de Tehuantepec, por la falta de cumplimiento en la reconstrucción de las escuelas que resultaron dañadas por los sismos de septiembre de 2017. Es una afrenta al pueblo el hecho de que a dos años de distancia no se haya cumplido dicho objetivo, al igual que cientos o tal vez miles de viviendas que esperan la mano generosa de la Federación para estar de nueva cuenta en pie. La semana anterior, casi todos los días, padres de familia y maestros –que ya tienen un pretexto más para abandonar las aulas- cerraron al menos tres tramos carreteros para exigirle al gobierno de Alejandro Murat atención inmediata para la reconstrucción de las citadas escuelas dañadas. Desde que ocurrieron los siniestros, ha habido tres titulares del Instituto Oaxaqueño Constructor de Infraestructura Física Educativa (Iocifed), lapso en el cual, cada quien contrató a su manera a las empresas que se comprometieron a concluir los trabajos. Algunas lo hicieron y aún les adeudan; a otros les pagaron completo y nunca terminaron y a los menos, sólo les dieron los adelantos pero jamás iniciaron las obras. Es decir, en una burla a la sociedad y al gobierno.
Lo que ha ocasionado repudio ciudadano es que unos pagan los platos que otros rompieron, esto es, la ciudadanía ha estado a merced de protestas y bloqueos mientras los responsables gozan del dinero mal habido o simplemente se encogen de hombros al no cumplir con los contratos suscritos. En el caso del primer director de Iocifed, Orlando Hernández Montes, diversas fuentes revelan que les concedió obras a muchos de sus colegas de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (Cmic), que nunca le cumplieron. El aludido fue relevado en junio de 2018, pero el titular designado en su lugar, Mario Bustillo, ya no pudo enderezar el barco que ya casi naufragaba. Simplemente renunció al no querer involucrarse en obras sin licitación, favoritismo y un hoyo financiero en la institución. El actual titular, Adolfo Maldonado Fuentes, carece de experiencia en el ramo de la construcción y, en su falta de tacto para sobrellevar este delicado asunto, ha optado por la política del avestruz: meter la cabeza y dejar plantados a diputados o maestros; padres de familia o autoridades que reclaman ya las obras.

 

Cártel 22: Abominable chantaje

Justo cuando no se cumplían aún dos semanas del inicio del ciclo escolar 2019/2020, el delegado sindical del sector Huajuapan de León, emitió un comunicado para citar al 30% de la membresía de dicha zona, afiliada al llamado Cártel 22, a bloquear los accesos al edificio legislativo de San Lázaro, para evitar que los y las diputadas federales discutan y, en su caso aprueben leyes secundarias a la Ley de Educación, que no vayan de acuerdo con las demandas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (Cnte). Desde hace tiempo y desde que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador los ha recibido en Palacio Nacional y ha hecho comentarios favorables a estos zánganos, los capos del Cártel 22 se han cebado en el chantaje, ahora con la peregrina idea de que la Legislatura federal acepte como una especie de programa educativo el sobado Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca (Pteo), un planteamiento que –ya la dijeron los especialistas- es más para adoctrinar que para enseñar. Ya lo vimos la semana pasada cuando medios impresos de la capital del país se lanzaron en críticas, al recibir el presidente el plan alternativo de educación, con retruécanos gramaticales y barrabasadas que nada tienen que ver con mejorar la calidad educativa.
En este espacio editorial lo hemos dicho desde hace al menos quince años: al magisterio afiliado a la Sección 22 –también conocido como Cártel- no le interesa el proceso educativo ni, mucho menos, sacar mejores estudiantes. Lo que le interesa es seguir disfrutando de su nicho de confort y continuar medrando de la docencia. No es fortuito que en menos de tres semanas de este año escolar, sigan realizando marchas y manifestaciones a granel, descuidando los grupos y educandos. Las banderas y pretextos son muchos. Siempre habrá motivaciones para seguir en lo mismo que tanto detesta la sociedad. Lamentablemente todo apunta a que eso habrá de continuar, pues no se atisba en el horizonte una llamada de atención o apercibimiento de parte de la Secretaría de Educación Pública (Sep), para que los maestros oaxaqueños y sus correligionarios de la Cnte dejen atrás sus banderas y perpetua inconformidad y se allanen a favor de los alumnos de este estado, que siguen arrastrando estándares preocupantes de rezago educativo. Empero, a fanáticos e ignorantes es muy difícil convencerlos de lo contrario.