Imparable cadena criminal
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Editorial

Imparable cadena criminal

 


Todo parece indicar que ni la presencia de la Guardia Nacional ni los operativos conjuntos que ha llevado a cabo la Secretaría de Seguridad Pública (SSPO), han tenido resultado. Y es que tal parece que las estadísticas criminales siguen en ascenso sin que nada las haga aminorar. Como una cruel contradicción, durante el pasado fin de semana, en que estuvo en territorio oaxaqueño el presidente Andrés Manuel López Obrador, las ejecuciones, los enfrentamientos y los homicidios dolosos se dispararon. Hay fuentes que contabilizaron diecisiete. Por ejemplo, Tuxtepec y el Istmo se siguieron perfilando como las regiones más violentas del estado. Trascendió por ejemplo un enfrentamiento entre bandas criminales en el Barrio de La Soledad, con un saldo de al menos cinco personas fallecidas. Hace tres semanas, en una comunidad vecina, Santiago Petapa, un comando armado acribilló a siete personas, entre ellas una mujer joven. La secuela de crímenes no se ha detenido, pues la estadística sigue al alza. El martes pasado, por la mañana, dos sujetos más fueron ejecutados en céntricas calles de Tuxtepec. Y la cuenta sigue.
En este espacio, que representa la opinión de EL IMPARCIAL. El Mejor diario de Oaxaca, recogemos las inquietudes y preocupaciones más apremiantes del pueblo. Bajo esa perspectiva, hemos dado el beneficio de la duda a quienes han tenido la responsabilidad de salvaguardar la seguridad en la entidad, partiendo de la tesis de que sin ella no habrá ni Estado de Derecho, ni progreso ni desarrollo. La cuestión es simple: jamás las inversiones vendrán a Oaxaca en tanto no se garantice su seguridad. Es cierto, no somos la excepción en materia de seguridad a nivel nacional. En los parámetros del país y el según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), no somos una entidad que se considere de alta criminalidad. No obstante, la percepción que de ello tiene la ciudadanía oaxaqueña es que ciertas áreas del gobierno estatal y funcionarios responsables no han hecho su trabajo. La solución tampoco es insistir una y otra vez en que somos una entidad segura y de que aquí se respira un ambiente de paz y confianza ciudadana. Por supuesto que no. Persistir en ello es simular o crear un ambiente de demagogia. El alto nivel de criminalidad advierte que Oaxaca se ha convertido en los últimos tiempos en un teatro de homicidios dolosos inédito. Así de simple.

Ilícito en crecimiento

Como lo publicamos en nuestra nota principal el pasado miércoles, el robo de combustible sigue en ascenso, no obstante los operativos que han llevado a cabo tanto las corporaciones estatales como la Guardia Nacional. Ello se da con más frecuencia en la zona del Istmo de Tehuantepec, particularmente Matías Romero, Santa María y Santiago Petapa, Barrio de la Soledad, Asunción Ixtaltepec y otros municipios vecinos. Y aunque parezca casual, son los lugares en que más se ha incubado la violencia criminal en los últimos tiempos. Decenas de muertos ha dejado la lucha entre las bandas que se dedican al huachicol, secuestros y extorsiones. Muchos de los delincuentes no son ni siquiera originarios del estado, sino de entidades como Michoacán o Guerrero. Lo mismo ocurre en poblados intermedios rumbo a la Cuenca del Papaloapan o Veracruz. Es impresionante el nivel de criminalidad que prevalece. Todo ello va concatenado con la ordeña de ductos que provienen o llegan a la Refinería de Petróleos Mexicanos, “Antonio Dovalí Jaime”, ubicada en la ciudad y puerto de Salina Cruz. Insistimos: no obstante los operativos montados por las corporaciones señaladas, el robo de combustible sigue al alza.
Por ello resulta falso que haya disminuido y que las bandas delictivas se dediquen a otros rubros más rentables. Taxistas, transportistas de carga ligera y otros que utilizan gasolina, aparte de los delincuentes, son los que se benefician de dicho delito. La gente busca combustible más barato y por ello estimulan el robo. Se sabe de lugares y poblaciones en donde la gasolina robada se distribuye a plena luz del día y en sitios que todos conocen. Es más, en las mismas carreteras de la región istmeña se pueden descubrir carros cisternas clonados, circulando con combustible robado y abasteciendo a vehículos menores. Más grave aún: hay presidentes municipales que se dedican al robo de ductos y ahí despachan en sus respectivos edificios municipales sin que nadie les toque un pelo. El padre de una expresidenta municipal de la zona, era uno de los principales huachicoleros. Pero como están despachando con los colores del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), son más intocables aún, no obstante la reiterada consigna del presidente Andrés Manuel López Obrador, de que no se permitirá escudarse en el fuero para delinquir.