Una nueva coordinación
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

Una nueva coordinación

 


El pasado sábado y domingo representó la gira número ocho del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. En lo que va de su gestión, ha hecho en promedio una gira al mes, aunque la semana pasada hizo dos en menos de tres días. Ello advierte que Oaxaca está en el ánimo del primer mandatario. Hay que recordar que desde el ex presidente Vicente Fox, 2000-2006, nuestra entidad estuvo en un período como de castigo. Su sucesor, Felipe Calderón vino si acaso tres o cuatro veces en todo su sexenio. Cuando creíamos que las cosas habrían de mejorar en la relación con la Federación, al inicio del gobierno de Gabino Cué, el magisterio afiliado al Cártel 22 hizo su parte: el 15 de febrero de 2011, la capital oaxaqueña vivió un pandemónium durante la visita de Calderón. El aludido jamás volvió. El estado se vio sometido a una especie de aislamiento por parte de la Federación. El Cártel 22 se asumió como el cancerbero de las visitas presidenciales. Nada más trascendía que el mandatario en turno visitaría de la entidad y se soltaban los demonios. Bloqueos carreteros, agresiones verbales y físicas en contra de la Policía Federal y el Ejército, etc.
Con el cuestionado ex presidente Enrique Peña Nieto, que despertó grandes expectativas, justamente porque el gobernador Alejandro Murat había sido su cercano colaborador, todo se vino abajo. Fue peor que los anteriores pues sólo vino a darnos falsas esperanzas y proyectos fallidos. Las contadas veces que vino lo hizo a hurtadillas o de manera desafortunada, como cuando el 7 de septiembre de 2017, un petardo perforó el fuselaje de una aeronave del Estado Mayor Presidencial o motivado por las circunstancias, por los efectos de los sismos de ese año. No obstante, al darles todo en bandeja de plata a los conflictivos mentores y sus demagogos dirigentes, López Obrador ha logrado atenuar esa aversión hacia la figura presidencial. Ante esta situación el gobernador Alejandro Murat Hinojosa tiene frente a sí la gran oportunidad de establecer una nueva coordinación entre el estado y la Federación. Las condiciones están dadas. AMLO ha sido insistente en que Oaxaca será clave en su política de desarrollo social. Ojalá que el ejecutivo estatal aproveche esa cercanía, esa buena imagen, para tender los puentes necesarios y poder darle a los oaxaqueños la satisfacción de que no estaremos más olvidados de la Federación.

Feminicidios imparables

Las protestas de presuntos abuso sexual, violaciones y homicidios, cuyas víctimas han sido mujeres, no justifica los actos vandálicos tanto los cometidos en la Ciudad de México como en la capital oaxaqueña. Coincidimos, sí, que los actos criminales van en ascenso sobre todo cuando se trata de mujeres. Sin embargo, hay que decirlo sin reserva alguna, los feminicidios siguen ubicando a Oaxaca como una de las entidades en donde más crímenes se cometen en contra de mujeres. Desde el viernes 16 de agosto hasta el domingo 20 hubo una racha preocupante, pues la presidenta municipal de San José Estancia Grande, distrito de Jamiltepec, maestra de la Sección 22, Carmela Parral Santos, fue asesinada por desconocidos cuando procedía de la capital oaxaqueña y se dirigía a su comunidad. Con ella viajaba el Coordinador de Protección Civil en el municipio de Santiago Pinotepa, quien también fue asesinado. El sábado por la noche, en Zicatela, Puerto Escondido, desapareció la joven María Eugenia Guzmán, de 19 años de edad y cuyo cadáver, presuntamente fue encontrado en un camino de terracería rumbo a Playa Colorada. Según la necropsia de ley, su muerte fue por asfixia por contenido gástrico y sin lesiones. El domingo, una pareja fue baleada en el municipio conurbado de Santa Lucía del Camino. Falleció el hombre, en tanto que la mujer resultó con lesiones.
Estos crímenes se dieron, mientras el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador recorría la entidad, por lo que, aunque quisieran pasar desapercibidos, representan una mancha para el gobierno de Alejandro Murat. El mismo sábado se dieron en el Istmo dos hechos criminales graves: dos sujetos fueron acribillados por desconocidos en céntricas calles de El Espinal. Posteriormente, en el Barrio de La Soledad, se dio un enfrentamiento entre grupos antagónicos. Sólo durante el fin de semana se contabilizaron 17 homicidios dolosos. Durante su visita a Huautla de Jiménez, AMLO tuvo frente a sí la protesta de familiares de muertos y desaparecidos en la zona mazateca, desde hace más de un año a la fecha. Dicha zona se fue descomponiendo hasta llegar a lo que es hoy, una región totalmente insegura y a merced de grupos criminales. El catálogo de feminicidios siguen al alza, no obstante los reconocidos esfuerzos de la Fiscalía General del Estado, que la semana anterior, detuvo a uno de los criminales, presunto responsable de haberle dado muerte a una mujer en la Séptima Sección de Juchitán. Es decir, se han hecho esfuerzos a marchas forzadas para acabar con este flagelo.