Oaxaca está de fiesta
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Opinión

Editorial

Oaxaca está de fiesta

 


Ha quedado claro que aunque no lo entiendan muchos, Oaxaca tiene un imán que atrae tanto a extranjeros como nacionales, sobre todo en este mes de julio, cuando se celebra la tradicional Guelaguetza y un sinfín de actividades de corte cultural y costumbrista. Nuestra capital está de fiesta. Ya los visitantes empiezan atiborrar no sólo hoteles, que la semana pasada registraban una ocupación de al menos 50%, sino también museos, restaurantes de moda, mercados, tiendas de artesanías, etc. Como hemos comentado en este mismo espacio en días pasados, comunidades y cabeceras municipales que rodean a la capital, aprovechan este mes para realizar sus ferias, festejos patronales, encuentros culturales, etc., todo ello encaminado a aprovechar al turismo que nos visita y que llega ávido de conocer nuestra riqueza multiétnica y pluricultural, que nos distingue a nivel nacional. La Guelaguetza es bien sabido, es un espectáculo único en su género y por ello tiene un gran atractivo, tanto que se le considera nuestra fiesta máxima. Es un disfrute visual ver nuestras calles y avenidas llenas de visitantes. El Andador Turístico “Macedonio Alcalá” está desde muy temprano a reventar de gente, lo mismo que frente a Santo Domingo de Guzmán.
No es pues fortuita y arbitraria la molestia de miles de citadinos con la invasión de comerciantes en la vía pública que se ha dado en dichos espacios. Es una infamia que hasta el Andador Turístico esté invadido por la vendimia de mercancías extranjeras o foráneas, ante un gobierno estatal y otro municipal complacientes. Es obvio –como ya hemos comentado- se requiere un mecanismos de fuerza. Esta invasión se ha extendido de manera burda. Sólo en los pasados seis meses el directorio de ambulantes creció de manera exponencial. La imagen que dicha situación da a nuestro Centro Histórico y a la capital es denigrante. Lo comentan los visitantes y ello representa una publicidad negativa para la capital y Oaxaca. Regular o acotar este mercado gigantesco, permeado ya por grupos criminales y sindicatos violentos, no podrá hacerlo por sí mismo el gobierno municipal, sino que debe hacerse de manera coordinada con el estatal. Y no se trata sólo de ver las competencias de uno y otro, sino del obligado trabajo institucional para un mal que amenaza con convertirse en un serio asunto para la gobernabilidad. Las fiestas de julio se ven opacadas por esta vendimia infame que se ha comido y privatizado los espacios de todos.

San Dionisio: asunto tenebroso

Luego de días de tensiones entre vecinos de San Dionisio Ocotepec y un particular, Edy Monterrosa Méndez, presunto propietario de un predio ubicado en el paraje denominado “Nueve Puntas”, pero terreno comunal perteneciente a la primera, la información que ha fluido en los medios de comunicación y redes sociales, ha dejado a muchos ciudadanos sorprendidos. Se trata de un predio ubicado en la cima de un cerro. Para el viajero, automovilista o transportista que circula por la noche sobre la carretera 190, Oaxaca-Tehuantepec, siempre se trató de instalaciones oficiales o de gobierno iluminadas y con una antena de telecomunicaciones visible desde ahí, todo el Valle de Tlacolula y Oaxaca. En virtud de tratarse de un predio dentro de los terrenos comunales de San Dionisio Ocotepec, un numeroso grupo de habitantes de esta comunidad, la cual se rige por usos y costumbres, acudió a recuperar sus tierras, amenazando con demoler la antena, no sin antes hacerle un llamado al presunto propietario para resolver las cosas por la vía del diálogo. Pero éste nunca apareció. Lo que los vecinos detectaron y detuvieron fue a 16 personas, quince hombres y una mujer, pero además a cinco sujetos provistos de armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas y cientos de cartuchos útiles, custodiando el lugar.
¿Cómo se puede entender que aquí a sólo unos kilómetros de la capital oaxaqueña exista un predio custodiado por un grupo armado, contratado se dice para limpiar el lugar, además de que se haya autorizado el uso de una antena de telecomunicaciones para uso particular, sin que las autoridades o las corporaciones policíacas ni estatales ni federales se hayan percatado de ello? Se entiende que en los cuerpos de seguridad existen instrumentos para intervenir comunicaciones telefónicas y conversaciones privadas, pero además se cuenta con equipos sofisticados para vigilar el territorio oaxaqueño. Son pues interrogantes que seguramente irán teniendo respuestas en los días siguientes, aunque llama la atención el silencio oficial luego de que los sujetos detenidos con las armas hubieran sido exhibidos en las redes sociales y en portales de internet. ¿No era el momento de declarar que serían puestos a disposición de la Fiscalía General de la República? Hay pues mucho misterio en este asunto, además por supuesto de la resistencia de los comuneros de San Dionisio para entregar a los 16 retenidos.