Austeridad ficticia
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Editorial

Austeridad ficticia

 


La semana pasada, con bombo y platillo senadores por Oaxaca festinaron la aprobación de la Ley de Austeridad Republicana en el Senado de la República. Tanto el legislador por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Raúl Bolaños Cacho Cué como el del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Salomón Jara Cruz, echaron loas y panegíricos a las bondades de dicha ley, la cual, dijeron cada quien por su parte, habrá de contribuir a la lucha anti-corrupción, evitar gastos excesivos y usar los remanentes para apoyar las causas sociales. Pese a las inconformidades e inercias todo apunta a que dicha ley va, con sus contadas y señaladas excepciones. Oaxaca, por ejemplo. Tal parece que aquí dicha ley sencillamente no pasará, al juzgar las complicidades tejidas en la LXIV Legislatura del Estado para seguir manteniendo en la congeladora la iniciativa que desde el mes de noviembre hicieron al menos siete diputados y diputadas de MORENA. La no aprobación de dicha iniciativa ha permitido el relajamiento en el gasto público, sobre todo en el ejecutivo, en donde hay gastos excesivos en giras de trabajo y en boletos de avión, sin que nadie llame la atención sobre este tema.

Los mismos diputados y diputadas no quieren tocar el tema. Saben que será una especie de camisa de fuerza que, obviamente, impactará de manera negativa en sus ingresos y en la discrecionalidad con la que se ejecuta el presupuesto en el Congreso del estado., en donde se otorga una cuota millonaria a cada legislador. Nada raro en nuestros (as) legisladores (as), siempre tan atareados en ver por su propio beneficio. Lo que hay que destacar es que mientras nuestros legisladores en la Cámara Alta festinan la aprobación de la citada Ley de Austeridad, aquí la misma sigue durmiendo el sueño de los justos. O más bien, como dice un dicho vulgar: que se haga la austeridad en los bueyes de mi compadre. Porque algo que no ha pasado desapercibido para el pueblo oaxaqueño es que en MORENA se practica un doble discurso: se simula estar al tenor de las políticas que ha emprendido el presidente Andrés Manuel López Obrador y por otro lado, se hace exactamente lo contrario. La austeridad es hasta hoy en Oaxaca sólo una ficción, hasta en tanto los representantes populares no se pongan a trabajar para emular –no simular- que en su partido hay una concepción respecto a la corrupción y el dispendio, y que hay que mantenerse en esa línea no sólo la conveniencia personal.

Paridad: Sólo discurso

Durante la visita de la titular del Instituto Nacional de Mujeres (Inmujeres), Nadine Gasman, hace poco más de una semana, el ejecutivo estatal, Alejandro Murat, ratificó su compromiso en el empoderamiento de las mujeres durante su gobierno. En efecto, ha sido una constante durante su gestión el tema de las mujeres, aunque en la práctica no se ha cumplido con el rubro de la paridad. En el gabinete estatal siguen prevaleciendo el sexo masculino en los cargos públicos. He ahí el por qué hace unas semanas, a raíz de la designación y reajuste en su gabinete, un grupo de diputadas federales y locales publicaron un documento de reclamo a la exclusión de las mujeres en dichas designaciones, en igual proporción que los hombres. Situación que -anécdota aparte- despertó la ira de una funcionaria de derechos humanos del gabinete, quien arremetió en contra de las legisladoras que protestaron. Si bien es cierto que al inicio de su mandato el ejecutivo estatal ofreció un gabinete de paridad, éste, obviamente, no ha cumplido a cabalidad. En términos llanos: del dicho al hecho hay un gran trecho.
Y es que el tema de la igualdad, equidad o paridad de género va más allá del afán discursivo. Es un asunto cultural y de la visión que los gobernantes tengan respecto al papel de la mujer en la vía pública. Hace unos días las redes sociales mostraron con frialdad el desalojo de una oficial del Registro Civil en un municipio de San Luis Potosí, a golpes y empellones. Algo similar ocurrió con el despido injustificado de una trabajadora de la Agencia Noticiosa del Estado Mexicano (Notimex), que dirige una mujer, que fue desalojada de su lugar de trabajo. Al menos en el gobierno federal no puede hablarse de equidad o empoderamiento de las mujeres, pues sigue existiendo un trato de discriminación hacia el trabajo que realizan o el papel tan importante que desempeñan en la sociedad. En México –y en Oaxaca, por supuesto- hace falta mucho para crear conciencia en la sociedad respecto al papel de las mujeres, su liderazgo y capacidad para ubicarse en el contexto de una comunidad que sigue privilegiando lo masculino. Un análisis de la composición del gabinete estatal nos da una idea de esta situación y de la forma en la que habrá de cambiar radicalmente el discurso de la paridad, hacia escenarios reales y no ficticios. Para ello, habrá que crear cultura desde la cúpula hasta las bases. Y no al revés.