Preocupante renuncia
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Opinión

Editorial

Preocupante renuncia

 


Hasta los fanáticos más obtusos e irracionales del gobierno de la Cuarta Transformación y del presidente Andrés Manuel López Obrador, no pueden echar en saco roto la preocupante renuncia de quien fuera titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP), Carlos Urzúa Macías, ayer por la mañana. El contenido de la carta con la que lo anuncia, augura momentos difíciles para el país, habida cuenta de que deplora de decisiones personales que desconocen no sólo los ejes fundamentales de la política económica, sino la toma arbitraria de decisiones sin el sustento necesario. No se trata de cualquier renuncia, sino de un funcionario sobre quien se descargó parte de la responsabilidad de dar orden a las finanzas públicas y racionalizar el presupuesto destinado al manejo del Poder Ejecutivo. “Estoy convencido –dijo Urzúa- que toda política económica debe realizarse con base en evidencias, cuidando los diversos efectos que ésta pueda tener y libre de todo extremismo, sea éste de derecha o de izquierda”. Además de criticar la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la hacienda pública.
Los efectos de la renuncia se resintieron de inmediato en una pérdida del peso mexicano frente al dólar de 35 centavos, además de la inminente caída en la imagen del presidente de México en la percepción de la sociedad. Los analistas más avezados ven en ello el inicio de una crisis, no sólo de credibilidad de nuestro país en los mercados internacionales, que ya existe, sino la imposición de normas financieras, fiscales y hacendarias que distan mucho de la realidad que vive México en un entorno global. En poco menos de siete meses de gestión hemos visto la imagen de un mandatario que camina lentamente hacia el desgaste de un discurso neo-populista que ya no tiene cabida en el país, además de un culto a la personalidad que puede traer consecuencias funestas. No querer ver esta realidad puede llevar al país al colapso económico, habida cuenta de que como lo han señalado las calificadoras no sólo no habrá crecimiento económico sino que como están las cosas puede darse una terrible recesión. De no corregirse el rumbo, de no emprender con mesura y sabiduría acciones hacia la modificación de patrones personales y la aceptación de que las medidas económicas no deben ser producto de ocurrencias, el país puede estarse encaminando a escenarios que jamás hemos visto. Al tiempo.

Puras promesas

Hay funcionarios del gobierno estatal que al pronunciar un discurso o dirigir un mensaje a determinado público, asemejan estarlo haciendo ante entes imaginarios, sin razón o simples marionetas, fácilmente manipulables. Hace unos días, por ejemplo, en ocasión de la celebración del “Día Nacional del Ingeniero”, el titular de la Secretaría de las Infraestructuras y Ordenamiento Territorial Sustentable (SINFRA), afirmó que este gobierno trabaja de la mano “con el presidente Andrés Manuel López Obrador para concretar los proyectos de gran calado que van a transformar de manera definitiva a Oaxaca y que tendrán un gran impacto social y económico a mediano y largo plazo”. Y en presencia de decenas de organismos que aglutinan a dichos profesionistas, mencionó una serie de obras, entre ellas las postergadas súper carreteras a la Costa y al Istmo, además de afirmar estar trabajando en otros en la Zona Metropolitana, como es el caso de Libramiento Sur, que en nuestras páginas hemos abordado como un proyecto que se encuentra materialmente olvidado. Mencionó asimismo, el Programa Metropolitano de Ordenamiento Territorial, que si existe jamás se ha aplicado ni, mucho menos, está en los planes del actual gobierno.
Cualquier ciudadano puede constatar que en los dos años y siete meses que lleva el gobierno de Alejandro Murat, no hay obras de trascendencia dignas de mencionar. No existe un programa de obras públicas que se pretenda ejecutar en lo que resta de la actual administración. No se trata de ser fatalistas, simplemente de decir lo que es y no simular. Con material gráfico y notas informativas hemos dado cuenta del olvido en que se encuentra el citado Libramiento. No se le ha puesto una sola piedra. Por tanto es un proyecto con el que sólo se le da al ciudadano “atole con el dedo”. Murat Hinojosa se encamina ya a concluir su tercer año de gestión. A lo largo de la historia política del estado, es un caso único de quien llega a la mitad de su gobierno sin nada trascendente, al menos en obras, dignas de mencionarse. Hay tiempo, en efecto, de llevar a cabo algunas, pero no aquellas “de gran calado” que se mencionan y son las obras que ya están, sólo que su terminación ha sido diferida por no menos de tres años más. Es importante la mesura en aquellos que desde los pasillos del poder público nos pretenden sorprender. El pueblo ya no es el ente ingenuo de antes. Desde hace mucho despertó.