Aniversario del Patricio
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Opinión

Editorial

Aniversario del Patricio

 


La figura del Benemérito, del Patricio o el Coloso de Guelatao, don Benito Juárez, ha sido a lo largo de la historia del país un ícono de libertad, autonomía, respeto a la ley. Hoy vuelve aparecer como uno de los emblemas del gobierno llamado a sí mismo, de la “Cuarta Transformación”. Juárez nació en San Pablo Guelatao, distrito de Ixtlán, un 21 de marzo de 1806. Se cumplen pues 213 años de ese acontecimiento. Para celebrar este evento, se ha anunciado desde hace un par de semanas la visita del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador a Oaxaca, en el marco del citado aniversario. En el pasado, era obligada la presencia del presidente en turno a la ceremonia de Guelatao, en compañía del anfitrión, el gobernador del estado. Sin embargo, desde que el magisterio hoy afiliado al Cártel 22 tomó dicha fecha y lugar para boicotear todo acto oficial, las ceremonias se han suspendido o cambiado de horario. Más allá de mitos o íconos, Juárez ha sido para los oaxaqueños el más universal de sus héroes locales, pero además, el promotor de la construcción del México moderno. El creador del marco político que pudo separar la Iglesia del Estado y darle fortaleza a los organismos civiles.

Hoy en todo el estado habrá ceremonias, discursos y arengas al Patricio de Guelatao. Juárez el Inmortal, Juárez el Inmenso y muchos otros calificativos, algunos exagerados que le han puesto muchos de quienes han intentado hacer su biografía. Lo que vale la pena destacar es que nuestro ícono histórico fue un caso excepcional del esfuerzo propio, de la lucha del indígena por remontar los obstáculos de un Siglo XIX lleno de prejuicios y discriminación; de tabúes y religiosidad extrema. Formado en las aulas del glorioso Instituto de Ciencias y Artes del Estado y primero en el Seminario de la Santa Cruz, cruzó los umbrales que entonces estaban sólo dispuestos para blancos y mestizos, hasta llegar a ser maestro, rector de dicha institución, gobernador del estado, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y presidente de la República. Juárez consolidó a toda una generación de liberales y sobre todo, a una pléyade de oaxaqueños que lucharon a su lado durante su gobierno itinerante y en la trinchera en contra de la Intervención Francesa. La derrota del invasor permitió a México consolidarse como Nación soberana.

AMLO y el fanatismo magisterial

El magisterio oaxaqueño afiliado al Cártel 22, ha llegado extremos intolerables de manipulación y fanatismo. Un ejemplo de ello fue lo que circuló en las redes sociales hace unos días, en los que la dirigencia delegacional de la Sierra Norte, instruía a los mentores regirse con absoluta devoción durante la visita que hoy hace a San Pablo Guelatao, el presidente Andrés Manuel López Obrador. Envió a sus correligionarios un decálogo de buen comportamiento, en el que asimismo les obligan a aprender de memoria desgastadas consignas callejeras como “Es un honor estar con Obrador” y “AMLO, amigo, la Sierra está contigo”. Más aún, hay un punto en el que sugieren a sus compañeros (as): “absténgase de abrumar al compañero López Obrador e intentar saludarlo de mano o insistir en tomarse una selfie”. Una postura absurda y torpe, habida cuenta de que se trata del presidente de México no de una divinidad como el tlatoani azteca. Sin embargo, por otra parte, el citado gremio afiliado a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), busca de manera insistente echar abajo la propuesta de Reforma Educativa que ha propuesto el presidente, en el que el Estado conserva la rectoría de la educación pública en el país.

No se trata de algo fortuito sino de un empecinamiento de la dirigencia de que la Sección 22 recupere la directriz de la dependencia que rige la política educativa en el estado: el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO). Adicionalmente, nada les parece. La idea es torpedear la propuesta de Reforma para imponer al mamarracho que ellos conocen con el nombre de Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO). He ahí el porqué dos de los alfiles del Cártel 22, Azael Santiago Chepi e Irán Santiago Manuel, ambos diputados federales, emanados de las filas de la CNTE/Cártel 22, han sido los principales operadores que han tratado de torpedear la citada Reforma Educativa. El presidente de México ha insistido una y otra vez en la cerrazón de los maestros disidentes. Pero hay con ellos un compromiso velado que le impide que se aplique la ley. Nada hay en el horizonte que permita atisbar siquiera que habrá una mejora en la calidad de la educación, por el contrario, se trata de dejar las cosas como están, total, lo que importa es que los maestros fanáticos y sin ideas sigan asumiendo que la educación es un coto de poder y no el pivote del desarrollo del país.