Chapulines saltando
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Chapulines saltando

 


Oaxaca es una tierra en donde se come chapulines, pero los políticos quieren copiar los saltos que hacen los ortópteros y los puestos públicos se han vuelto un trampolín para el siguiente nivel, los representantes del pueblo no quieren permanecer en el cargo que están por elección popular o por designación administrativa.

Tal parece que los representantes de los gobiernos locales se han distraído tanto que no tienen organigramas ni manual de funciones o si los tienen no los usas, no revisan la bibliografía de las dependencias que nacieron antes que ellos, y no saben qué hacer o no les interesa aprender.

Todos llegan al puesto y haciendo un símil con el Yankicentrismo, imitan a Trump, el cual tiene su electorado caído, que apenas llegó a la presidencia y ya está organizando eventos para recabar fondos para su reelección.

Por ejemplo, nuestros políticos toman posesión en un sitio de la administración y ya están pensando en escalar, sin cumplir cabalmente con sus funciones, las ambiciones personales superan a la representación de los partidos políticos, muchos de los servidores públicos no entienden su principal función, servir a la ciudadanía y al Estado.

Me da la impresión que muchos secretarios, subsecretarios, directores y hasta jefes de área creen que fueron seleccionados para trabajar en el puesto en el que están, sólo como una plataforma para obtener uno mejor.

Muchos han dejado de asistir a sus oficinas o ni siquiera han trabajado de forma responsable en las actuales administraciones, la foto en las redes sociales les importa más, el estar en campaña constante los ha cegado.

Muchos dirán que “una imagen vale más que mil palabras”, pero si estos personajes de la política mexicana actuaran de forma congruente con las fotografías que muestran en sus redes personales y las de las instituciones en las cuales laboran, otra cosa sería.

El trabajo no sólo es un papel y una foto, hay que dejar precedente y cumplir con las funciones, sin importar que se esté un día o seis años en un puesto, ser un servidor público no es ser parte de la corte imperial, en la que los plebeyos no importaban.

Es muy divertido ver a los que están en constante campaña sonriendo hacia cualquier cámara o celular, y pavoneándose tal cual guajolotes por todos lados, estén o no en una comisión, tomándose fotos que según ellos ganan aceptación.

Recuerden qué por la orografía de nuestro estado, ha sido imposible hasta la fecha, el tener una excelente cobertura de comunicaciones, no todos tienen acceso a internet y tampoco tienen cuentas en redes sociales que puedan estar checando a cada rato.

Aunque pareciera que el foco principal son los jóvenes, porque Facebook, Twitter e Instagram son las plataformas preferidas para mostrar el arduo trabajo que realizan nuestros funcionarios públicos, la realidad es otra.

Recuerden que el electorado decidirá en las urnas del próximo proceso electoral quienes serán los próximos representantes; los políticos o “cortesanos” creen que sólo hay que atender y tener contento al que sea la cabeza del organigrama, pero se olvidan que cada quien tiene una función y que nadie es imprescindible.

Se debe trabajar por el bien común y no sólo para obtener votos, porque el poder es una encomienda que da el pueblo, y los recursos provienen de los impuestos que paga la ciudadanía, y se deben utilizar en pro de todos, no son el patrimonio familiar de los servidores públicos ni de los grupos que están en el poder.

Ayer, el panorama político de Oaxaca, parcialmente cambió, al aprobarse el quitar el fuero constitucional, porque los políticos podrán ser juzgados y acusados penalmente aun estando en funciones, por eso deben trabajar por todos y no sólo por sus conveniencias personales.

Hoy, será otro día y veremos cómo intentan saltar nuestros chapulines oaxaqueños, que sólo se publicitan en lugar de trabajar.