Bailando con los candidatos
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Bailando con los candidatos

 


La danza primaveral por conquistar votantes ha comenzado, pero de una manera irónica, los que antes bailaban al color del PRI, ahora son azules, los del PAN pasaron a ser del Sol y los independientes, supuestamente, son incoloros y algunos insípidos. Y así sucesivamente todos los que lograron colarse como candidatos a las presidencias municipales, las cámaras y, por supuesto a la presidencia de la República, tienen dos objetivos fuertes: que el electorado les crea y que vote por ellos.
En estas elecciones participarán más de 88 millones de personas que podrán sufragar su voto, claro salvo los que sus credenciales ya estén comprometidas, los demás sí podremos asistir a las urnas a votar por el candidato que mejor propuesta nos ofrezca, aclaro no significa que sea el mejor, porque ninguno de los que pretenden ser presidentes, por ejemplo, se presenta con una imagen impoluta.
Sería absurdo pedir un político con tablas sin antecedentes de corrupción, ya que estamos tan acostumbrados a tener representantes políticos envueltos en la corrupción, en el enriquecimiento ilícito y, obviamente, hemos aceptado socialmente que el político mexicano sea un personaje el cual siempre traiga una cauda que le pisen.
Es “parte de la cultura mexicana”, que los políticos que tengan un puesto de representación popular sean omisos o demasiado astutos como cacomixtles, y que se lleven el dinero de las arcas públicas a sus propias cuentas.
Yo no dudo que haya candidatos que realmente quieran dejar una huella social y productiva, pero creo que socialmente hay una incredibilidad hacia los partidos políticos y las instituciones públicas, y obvio, al gobierno federal en general y más a los estatales, en los que los cacicazgos políticos siguen reinando como en la época colonial. En donde se heredaban los cargos, tal cual Veracruz que, entre tíos y sobrinos, primos y hermanos se rolan la bolita de los cargos públicos y principalmente el de gobernador, o en otros escenarios en donde las esposas son las candidatas ahora.
Es difícil ver fríamente que muchos de los candidatos sólo estuvieron saltando de partido en partido hasta que les dieron una nueva oportunidad, quiero tener esperanza de que si ganan ahora sí trabajarán.
Los jóvenes están teniendo oportunidades para contender, pero algunos que van para el senado no tienen herramientas ni trabajo que los sustente, entonces quizá dando el beneficio de la duda, sí podrán trabajar porque no están “amañados” pero, a veces, las mañas se heredan y así lo vemos con los juniors de la política actualmente, quienes sólo son figurines de revista de corazón, ojalá que apostándole con la fórmula de candidato guapo=voto seguro, les vaya bien.
De algo sí estoy segura es que en los siguientes 90 días habrá de todo, campañas oficiales, sucias y miles de sorpresas, el circo romano sería un buen referente para este proceso, habría gladiadores fuertes y débiles también, las bestias no serían de cuatro patas y con colmillos, sino que caminarían en dos piernas y quizá sí rebuznarían.
Los preparativos de la carrera comenzaron “oficialmente” desde septiembre de 2017, y hoy comienzan a correr, caminar y otros a gatear para llegar a la meta, sabemos de antemano que algunos, aunque no lleguen, tendrán premio de consolación, así es esto a veces se gana oficialmente y a veces por imposición o fraude.
Están en juego 128 cargos en la senaduría, aunque muchos ya saben que gane o no gane su partido, 500 cargos en la Cámara de Diputados, y obvio un presidente, todos durante tres meses nos inundarán con una narrativa de cambio y de varita mágica para resolver la pobreza, la miseria, el hambre, la desigualdad.
Sabemos que las políticas públicas encaminadas a la lucha contra la erradicación de la pobreza sí funcionaron a medias, con base en datos de Coneval la pobreza extrema disminuyó para 2.9 millones de personas, pero aumentó la pobreza en 3.9 millones de personas y con respecto al empleo los jóvenes entre 15 y 29 años, no tienen acceso a empleos formales, en 2017 casi el 60% de la población joven fue reportada en empleos informales.
La verdad hay mucho por hacer y ojalá dejaran los discursos y sí se pusieran a trabajar, pero es difícil que acepten lo último, el trabajo en si se ha quedado en el discurso. Disfruten sus vacaciones.
@fuaper