Otra realidad u otra imagen

Repentinamente a partir del 1 de enero de 2019 México entró en una espiral descendente y empezaron aparecer malas noticias en los diarios. La violencias se expresó en los en los medios y de repente nos dimos cuenta de que vivíamos un México violento sin ley y sin asalto robos, fraudes y la ausencia de un gobierno. México, de ser un país excelente para los negocios y la inversión, están Lleno de gente trabajadora y constructiva tener grandes proyectos nacionales e internacionales se convierte en una aldea violenta y sin ley.

¿Que había pasado?. ¿Cómo es posible que un país cambie de la noche a la mañana?. 180 grados, ¿como es posible que de repente los noticieros de radio y tv y periódicos se conviertan en notas rojas, noticieros de escándalo. Como Ciro Gómez Leyva, sin dejar de ser un buen periodista, se ha convertido en el director en un periodista de nota roja.

Repentinamente los parámetros de la información empiezan a mandar otras señales y del país próspero, con crecimiento económico, con una iniciativa privada feliz y consentida, que ocultaba las notas violentas o poco constructivas y nos ofrecía a los mexicanos la imagen de un país feliz, casi el paraíso, se transforma en un mundo subdesarrollado, violento, lleno de sangre, sin inversiones extranjeras y en donde una de cada cinco mexicanos mata a otro en forma violenta. ¿Qué fue lo que pasó?

En una de las conferencias denominadas “Mañaneras”. Se nos informa que los montos de publicidad que paga el gobierno a las empresas noticiosas, televisión y radio se han reducido drásticamente, que no se dará a ningún periodista dinero como “embute”, “sobre” o “iguala”. Como se acostumbraba en el pasado, que se terminan los contratos privados que se tenían un grupo privilegiado de comunicadores

Más adelante una persona solicitó a la oficina de información del gobierno federal, los últimos contratos que habían tenido una serie de periodistas que formaban la élite de los comunicadores de México Joaquín López Dóriga, Carlos Loret de Mola, el “gordo” Rivapalacio y un serie de amigos y seres privilegiados por la amistad y el interés de administración pública. Los contratos eran millonarios, el mas inteligente y con el mayor volumen de contratos y precios era Joaquín López Doriga. Seguido por Loret de Mola. Las sumas son importantes mas de un billón de pesos, en algunos casos durante este último año. Peña Nieto compró seguridad y protección, pago por anticipado sumas fabulosas, con dinero que no era de él, sino del erario público.

Es evidente, que con el andamiaje jurídico del la República no se cometía ningún delito, ellos tenían una empresa de comunicación y el gobierno los contrataba. Pero esa relación era una relación pervertido porque obligaba a los comunicadores que tenían que decirnos la verdad periodística a darnos una versión oficial que querían los gobernantes. Había una corrupción estructural entre este grupo de comunicadores con el gobierno. El pueblo y los contribuyentes pagaban este formidable aparato publicitario para que los engañaran.

La llegada de Andrés Manuel López Obrador, que según mi leal saber y entender no piensa mover para nada las reglas económicas del neoliberalismo, su lucha es porque el sistema opere sin corrupción y sin impunidad. Cosa bastante difícil de realizar pues el neoliberalismo en forma pura como lo aplicaron los Chicago Boys mexicanos lleva implícita prácticas corruptivas, disminuyó los montos de publicidad a los medios. Con lo cual hizo un boquete a las finanzas de estas empresas, ya que solo el Norte y Reforma que forman parte de grupos financieros e industriales de Monterrey pueden mantener sus publicaciones, si la publicidad oficial. Después a los comunicadores con más auditorio, les quito los contratos privados que tenían.

Las venganzas no se hicieron esperar, los comunicadores afines al régimen anterior y al gobierno, al ver suspendida su cuota económica iniciaron una campaña para publicitar todo lo malo que puede existir en el país, llenar sus comentarios de sangre y violencia y demostrarle al nuevo gobierno que ellos podían conformar una imagen pública adecuada a las nuevas políticas. Todo parece indicar que sus amenazas y negociación fracasaron, no fue posible torcerle la mano a un hombre que tiene 30 millones de seguidores y que un 70 por ciento de la opinión pública apoya sus acciones de gobierno.

Esa es la razón de que ahora veamos en la prensa que antes nos orientaba y nos mostraba un país feliz a otro México, el que siempre ha existido, con violencia miseria, injusticias, desigualdades. Un México que el Presidente trata de moralizar y en las áreas que le competen lo está logrando, los mercaderes del poder público han disminuido y cualquier transformación tiene que pagar un costo de imagen.

Todo parece indicar que los ingresos de esa lista de periodistas no han disminuido, nada mas que ahora les pagan los empresarios y organizaciones que están librando una batalla feroz en los medios contra AMLO. Fin. www. debates y deslindes.com