2017: Un año perdido
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Opinión

De Paradojas y Utopías

2017: Un año perdido

 


1).- Sólo un recuento de daños

Ningún gobernador, en la época contemporánea, ha tenido un destino tan adverso como el que le ha tocado vivir a Alejandro Murat. Nadie medianamente cuerdo –estoy seguro- querría estar en su papel. Le ha tocado bailar con la más fea. No ha disfrutado el poder. En realidad lo ha padecido. Un arranque inédito. El erario vacío. Miles de millones de adeudos. Una administración colapsada económica y políticamente. Herencia del gabinato. Cientos de organizaciones sociales, parásitos perpetuos del presupuesto, alargando la mano. La indolencia y estupidez de un Cártel-22 aferrado a seguir medrando del estipendio quincenal, asumiendo posturas absurdas, propias de orates. Y uno y mil problemas: sequía, inundaciones, sismos, inseguridad, violencia, presión social. Golpe tras golpe. Una onerosa reconstrucción. Sólo el Istmo costará más de 8 mil millones. Adiós a las Zonas Económicas Especiales (ZEE). Y a los grandes proyectos de inversión. Al menos por ahora.

2).- Bogando en aguas turbulentas

En la conciencia colectiva de los oaxaqueños hay un punto de coincidencia: Murat es un joven político con nobles propósitos; con deseos de hacer bien las cosas. El golpe a unos de los dirigentes de la CTM, más empoderados, así lo demuestra. Pero no lo dejan. Está como atado de manos. Las inercias, los vicios y la gravitación del pasado han obstaculizado cualquier proyección a futuro. Transita entre un equipo de yupies fuereños y locales, que salvo contadísimas excepciones –dos o tres- ni saben, ni conocen, ni tienen la sensibilidad que requiere Oaxaca desde el gobierno, y viejos lagartones fogueados en mañas. Un Parque Jurásico omnipresente, por sí o a través de otros especímenes. Aquellos, insuflados, frívolos y superficiales, los dinos, calculadores, parsimoniosos, pero letales.

La lucha entre la camada del nouveau, con thewalkingdead del ancienrégime, es cada vez más evidente. Un evidente conflicto generacional. Unos que no saben cómo desenhebrar el quesillo; los viejos, que son expertos en enredarlo. Un tercer grupo lo forman los compromisos políticos. Ahí prevalece la incompetencia, la grilla y la mediocridad. Los caminos y las visiones se bifurcan. Entre esas tres fuerzas -¿o debemos decirles lastres?- AMH no ha podido asir el poder estatal, el que le otorgó el voto ciudadano, en plenitud, aunque en el fondo lo padezca.

3).- Primer informe, ¿de qué?
Así, en un mar de presiones, chantaje y jaloneos por dentro y por fuera, el joven ejecutivo llega a su primer año de gestión. Carga tras de sí un Plan Estatal de Desarrollo (PED), hecho sobre las rodillas. Planes sectoriales y ejes temáticos utópicos, producto del trabajo superficial de algunos colaboradores, que no han respondido a su confianza. En COPLADE, por ejemplo. Y lo más grave, en septiembre nos ganó la desgracia y la tragedia. ¿Cómo hablar de obras, con esta pobreza presupuestal; con una naturaleza adversa, así como la rapiña y el saqueo de desleales, que en nada envidian los buitres del pasado? La tragedia humanitaria ha sido para muchos un verdadero botín.

Ni las ZEE ni las carreteras a la Costa y al Istmo. Una economía en espiral descendente; una industria sin chimeneas a la baja. Inversiones ficticias o esporádicas. Sólo los valientes invierten en esta tierra de nadie. Rehén permanente de maestros, normalistas, vándalos, comuneros, organizaciones sociales, dirigentes sin escrúpulos y pobres diablos. El bloqueo nuestro de cada día. Un sistema de transporte podrido, con liderazgos criminales: CTM, CNP, FESO, Libertad. Pero además con una inseguridad galopante. La presencia ineluctable del crimen organizado y corporaciones contaminadas hasta el tuétano.

4).- La calentura del 2018

A casi un año de gestión, AMH debe haber cumplido muchos compromisos. Es tiempo de asir el timón. Firme. Sin vacilaciones. Hay que tirar el lastre. Varios kamikazes buscarán las diputaciones federales o locales, por el PRI. Directo a hacerse el seppu-ku. Uno o dos se salvarán. El tricolor oaxaqueño está en actus mortis. Es un cadáver insepulto. El pueblo oaxaqueño urge de un gobierno de mano firme. De una administración que no ceda al chantaje y gobierne con la ley en la mano. No más gobiernos que operan con la candidez del pavo, que amainan su plumaje al primer ruido.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

-Ceder un ápice ante ese Cártel cuasi criminal llamado Sección 22 y sus sicarios de la CENEO, será un duro revés a la sociedad oaxaqueña, en indefensión total, ante regímenes complacientes, fanatismo e impunidad. Será escribir un nuevo capítulo en esa historia plagada de truculencias y entrar por ella por la puerta trasera. Aún es tiempo de rectificar.
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