#Oaxaca lo tiene todo
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Opinión

De Paradojas y Utopías

#Oaxaca lo tiene todo

 


1.- Nuestro rico legado
Oaxaca es una gran paradoja. Es un estado con una extraordinaria riqueza multiétnica y pluricultural. Además de 16 etnias y sus variantes lingüísticos, cuenta con una tercera raíz: la población negra. Una historia milenaria indígena y española, cuya herencia aún la podemos disfrutar en zonas arqueológicas y la arquitectura novohispana. Gastronomía, artesanía, bellezas naturales, folklore, música, biodiversidad, más de 600 kilómetros de litoral en el Pacífico mexicano, ecosistemas excepcionales, etc. Cuna de grandes hombres, forjadores de la consolidación de México como Nación. De grandes artistas: Tamayo, Toledo, Morales y toda una generación de maestros del arte pictórico. Nuestro estado es depositario de reconocimientos internacionales como los sitios, “Patrimonio Cultural de la Humanidad” de la UNESCO: Oaxaca de Juárez, Cuilápam de Guerrero y la Zona Arqueológica de Monte Albán. Un geo-parque en la Mixteca; la Reserva de la Biósfera Teotitlán-Tehuacán y las Cuevas de Yagul, con pinturas rupestres y huellas de la domesticación del maíz, desde hace al menos 10 mil años. Ninguna entidad tiene tantos y tan variados reconocimientos del organismo internacional.
Contamos con uno de los sitios más estratégicos de la geopolítica mundial: el Istmo de Tehuantepec. “La cintura de México”. Y una riqueza única en Latinoamérica: el potencial eólico. Uno de los yacimientos de hierro más grandes del país, aún no explotado de Zaniza-Amoltepec. Impresionante variedad forestal. Riqueza minera indiscutible. Tierra de una de las bebidas más apreciadas hoy en el mundo: el mezcal. Nuestra capital es de las ciudades más bellas de Latinoamérica y del mundo. Cada región, cada comunidad es un universo de tradición y cultura. Somos únicos y excepcionales. Para la fiesta nadie los gana. Aquí hasta los perros bailan, como “Mazapán”. Mayordomías, calendas, convites. La Guelaguetza, nuestra fiesta máxima le dicen. La confluencia de bailes, tradiciones y costumbres en un solo evento. Somos, como alguien lo dijo: la reserva espiritual de México. Como Oaxaca no hay dos.

2.- Nuestros ineluctables contrastes
Sin embargo y como hace tiempo lo dijimos, hay algunas interrogantes: ¿Por qué con todo el potencial que tenemos estamos tan jodidos? ¿Por qué esos grandes contrastes, con los municipios más pobres del país, Yucuná y Zaniza; el rezago educativo; uno de los ingresos per cápita más bajos; la protesta perpetua y altos niveles de pobreza diseminada en miles de comunidades refundidas en la agreste orografía? Pareciera que un mal fario nos persigue. Cada gobierno es un experimento. Vivimos entre buenos propósitos y ocurrencias; entre ambiciones y debilidades. Entre nobles propósitos y una realpolitik torcida. Unos más, otros menos, pero el saqueo perpetuo de nuestras miserias no falla. Los pobres son ingrediente del discurso. Como dijera Carlos Fuentes: “somos de una estoicidad infinita. No sólo soportamos sismos y tragedias, sino hasta malos gobiernos”. Tanto que sólo nos han salvado las bendiciones de Mamá Chole y la Virgen de Juquila.
A casi la mitad del camino, el gobernador Alejandro Murat debe retomar los principios y promesas de campaña. Recapitular los ejes del Plan Estatal de Desarrollo, 2016-2022, del que ya nadie se acuerda. Ni de los ejes básicos ni de los transversales. Obras y programas sociales es lo que hace falta. El tiempo se agota y en este gabinete –de cambios y recambios- hay la idea de que la única que trabaja es la señora Ivette Morán y su equipo de desarrollo social. Hay en ciertas áreas una parálisis injustificada. Hace falta compromiso y amor por Oaxaca. Es cierto, con los yupieses como pedirle pera al olmo. Una estructura administrativa y normativa anárquica. No todo es Guelaguetza ni las fiestas de julio, Semana Santa, Muertos y Noche de Rábanos. Oaxaca es mucho más. Tampoco son maratones o triatlones. Es necesario dar una lucha frontal contra la pobreza, la inseguridad y mantener firme el timón al tenor del Estado de Derecho. Oaxaca merece otro destino. El camino no es fácil. Ése es justamente en desafío.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— El abominable oportunismo se hizo presente en este mes de festejos. Hasta el más idiota bloqueó calles y carreteras; el tiradero municipal y hasta las vías del tren. La idea no es otra más que darle en la madre a Oaxaca y al turismo.
— La “Estancia Fraternidad” pasa por una de sus peores momentos. El albergue, en donde por una mínima cuota reciben techo y comida, familiares de enfermos del Hospital Civil “Aurelio Valdivieso”, está a oscuras. Su pobreza es tal, que los que administran no tienen para pagar el recibo. Sobreviven sólo de los apoyos de almas caritativas.

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