Arrancan candidatos
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

De Frente y de Perfil

Arrancan candidatos

 


Ocurrió ya el arranque de las campañas presidenciales (aunque insistan en llamarlas precampañas de precandidatos) y con ello el escenario político se transforma en magnificar ocurrencias de cada uno de los aspirantes y contar con una lluvia de spots en cuanta cosa propongan.
Son tres los aspirantes presidenciales, todos ellos varones y aunque todos los partidos pregonan la equidad de género y otras lindezas no se atreven a postular a mujeres como candidatas presidenciales.
Los tres (pre)candidatos de la actualidad cuentan con tres partidos cada uno que los respalda en su propósito y están a la espera de saber si serán los únicos contendientes presidenciales o si finalmente se le suman un par más que vendrían por la vía independiente.
Con todo y ello, tres o cinco, la disputa por el voto ciudadano se centrará en estos tres personajes que proponen los partidos políticos (nueve en total) que en múltiplos de tres se asociaron para abanderar a cada uno de esos tres personajes.
A partir de hoy y hasta tres días antes de que los electores concurran a las urnas, los contendientes se dirán de todo y se acusarán de cosas terribles, irrisorias y usarán la guerra sucia, la presentación de pruebas y todo lo que se tangible para mostrar que su adversario es un riesgo para la estabilidad del país.
Las propuestas quedarán de lado, ya que es más importante (para ellos) mostrar las deficiencias del rival que presentar programas que pudieran sacar al país de su atolladero.
Cada equipo de campaña diseñara estrategias que son copiadas de sus adversario o que ya fueron usadas en el pasado, algunas de ellas exitosas y otras que, simplemente, fracasaron.
En medio de esta vorágine desatada desde hoy y hasta el 27 de junio se encontrarán tres debates, donde los candidatos participantes podrán exhibir sus deficiencias y capacidades de discernir y de comunicarse con los ciudadanos.
Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade Kuribreña y Ricardo Anaya Cortés, son los tres aspirantes presidenciales que ya desde ayer iniciaron hostilidades con vías a conseguir el respaldo ciudadano. Tiene desde ahora hasta febrero recorrer el país, aunque no para pedir el voto, sino solamente para que sean vistos por los potenciales electores.
López Obrador inicia como favorito, aunque los números se irán cerrando conforme avancen los tiempos electorales y se acerque la fecha de los comicios.
Cada uno de ellos trae su estilo propio de hacer política, aunque el método usado para ser candidato fuese similar. Dos de ellos provienen de la dirigencia nacional de su respectivo partido y el otro surgió como candidato de un partido en que ni siquiera milita, pero donde el gran elector lo seleccionó a él.
¿Métodos democráticos? En ninguno de los tres prevaleció, por el contrario se recurrió al tradicional sistema de la designación, sin rubor de ninguna clase.
Para llegar a la presidencia del partido, López Obrador desplazó al entonces dirigente nacional, Martí Batres Guadarrama, al que envió como dirigente del partido en la Ciudad de México, mientras él asumía la presidencia nacional del partido, aprovechando los miles de spots disponibles para cimentar su popularidad.
Con Ricardo Anaya Cortes sucedió algo similar. Asumió como dirigente de su partido y sintió que era el punto ideal para construir una gran alianza de partidos que lo arroparan con rumbo a la elección presidencial.
Desde que asumió la dirigencia nacional del partido, la fijación de Anaya Cortés fue la de convertirse en candidato presidencial, para lo que diseñó una estrategia ventajosa, la alianza con el PRD, partido con el logró varios gobiernos estatales en los comicios de 2016.
Con esos logros bajo el brazo, amplió su oferta hacia MC un partido que no representa gran cosa para los electores, pero que los pocos puntos que proporcione pueden hacerlo la diferencia en el resultado electoral.
El ahora expresidente de Acción Nacional logró deshacerse de sus principales adversarios y construyó un andamiaje al interior del partido, supo atraer a las principales figuras del partido y aprovechó la división generada por los escasos calderonistas que continuaban dentro del organismo político.
Su rompimiento con Calderón Hinojosa y con Margarita Zavala le permitió hacerse de su propio grupo y orientar la selección del candidato presidencial favorable para él.
Con José Antonio Meade Kuribreña las cosas no fueron así, ya que el no presidía ningún partido político, porque ni siquiera tiene militancia en alguno de ellos, aunque ha sido proclive a panistas y priistas.
Como parte de dos gabinetes presidenciales Meade Kuribreña fue considerado como presidenciables hasta esta administración, sin ser militante del partido que lo postuló.
Se supo que sería el candidato presidencial del parrido en el poder desde el momento mismo en que se reformaron los estatutos del partido que ahora lo postula, para aceptar candidatos que ni siquiera fueran militantes.
En este caso, el abanderado del PRI no tuvo necesidad de pasar por la presidencia de su partido y desde ahí asaltar la candidatura presidencial, ya que el verdadero dirigente del partido es el presidente de la República y quien definió su postulación fue el mismo Enrique Peña Nieto.
Después de eso y al margen de sus métodos de selección, los tres llevan un propósito en común, ganar los comicios del primero de julio, sin importar si la contienda se da entre tres, cinco, seis o los que logren concentrar el respaldo ciudadano y puedan sumarse desde la vía independiente.
Por lo pronto son tres, Andrés Manuel, José Antonio y Ricardo y tal vez se queden así compitiendo entre ellos.

Email: [email protected]