A seis meses de gobierno

En la reunión del Peje con el SNTE y la CNTE, estos últimos irán encapuchados, con palos y piedras en las bolsas
-El Mapache Guasón

A casi seis meses de ejercicio del actual gobierno federal, las tareas por realizar son claras.
En primer lugar destaca la inseguridad y el aumento de los ejecuciones: el Estado de Morelos, Veracruz y la CDMX como casi nunca en la historia.
No se conoce un plan de seguridad claro, salvo la creación de la GUARDUA NACIONAL, en la cual se han depositado todas las esperanzas de solución y se esperan las cuatro leyes reglamentarias de la reforma constitucional al respecto, entre otras cosas para conocer si el mando será asignado a un civil.
Presente en forma ominosa, destaca sin lugar a dudas la inmigración ilegal, que en su afán de entrar a los Estados Unidos de América, está convirtiendo el norte de nuestro país en un inmenso campamento.
Por otro lado, el activismo de la autodenominada Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, por sus iniciarles CNTE, sigue siendo una muy molesta piedra en el zapato izquierdo del señor presidente López Obrador, más que nada por su activismo violento e intransigente que por su importancia numérica.

En efecto, los miembros del Sindicato Nacional de Trabajadores la Educación, SNTE, no militantes de la CNTE son inmensa mayoría silenciosa, más de un millón de mentores que sin embargo se ven opacados por el intransigente , repito, activismo de unos cuantos miles de miembros de la CNTE, al grado que son invitados mañana lunes junto con la directiva del Sindicato, a platicar con el mismísimo señor presidente.
Es claro en este renglón, que les molesta que el Estado conserve la Rectoría de la Educación, el control del presupuesto y manejo de plazas, que quisieran ver en sus manos.
Ahora bien, aprobada, publicada, em vigor pues, la Reforma de la Reforma Educativa, solo queda ver si se les cede algo más en las leyes reglamentarias por venir, que aunque tarea puramente legislativa, es natural que la iniciativa al respecto sea preparada y presentada al Congreso de la Unión por el Ejecutivo, y allí precisamente, veremos si López Obrador se mantiene firme o dobla las manos ante una minoría agitadora, y se espera también saber si Elba Esther Gordillo regresa por sus fueros, o es tragada por la vorágine de maestros en pugna por el control del sindicato mayor, el SNTE.

Esperemos.
La obra pública tan anunciada aún no se inicia, y este rubro se encuentra en suspenso por conocer los montos a invertir, ya sea directamente por el Gobierno, -PEMEX, Ejército- o contratando a la iniciativa privada ya extranjera ya mexicana en el aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya, Dos Bocas y alguna otra más, aspecto en el cual, también no nos queda más que esperar.
Acierto y mayor, el combate al Guachicol, que ha disminuido el robo de combustible, lo que permite un respiro a las finanzas de PEMEX, tan necesitado de recursos.
Por lo que se refiere al combate a la corrupción, hasta hoy solo hemos escuchado palabras pero faltan los hechos contundentes de aplicación de la LeY.
Por último es claro ya el estilo personal de gobernar de AMLO: centralizar la información, crear polémica y provocar el debate sobre asuntos distractores, y por sobre todas las cosas destaca que se siente bien, a gusto, en la plaza pública antes que en la oficina de Palacio Nacional.
Por favor que la policía y fuerzas armadas se den a respetar, e impidan que cualquier hijo de vecino les grite y los maltrate

Yo también soy pueblo.
Por allí nos encontraremos.