Drogas. Reaparición de Zedillo
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Columna sin nombre

Drogas. Reaparición de Zedillo

 


En estos días en la Cámara de Diputados Federal se escucha uno que otro rebuzno.
-El Mapache Guasón

Respecto al quincuagésimo aniversario de la «Noche de Tlatelolco», dos de octubre de 1968, estimo que todavía no es tiempo de escribir la historia con imparcialidad. Siguen vivos muchos de los protagonistas, tanto del sector gubernamental, como del estudiantil y personas de algunas facciones radicales.
Diversos intereses, pasiones y resentimientos lo impiden.
Quizás en el 2068, muertos todos, los historiadores puedan acceder a las fuentes sin experimentar ninguna presión, y producir un texto imparcial.
Por otro lado, sorprende la reaparición del señor Ernesto Zedillo Ponce de León, ex Presidente de México, quien manifiesta abiertamente un error cometido y se inscribe entre quienes aceptan la «regulación de las drogas».
Simultáneamente el señor presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, celebra el hecho y a mi juicio, se manifiesta virtualmente a favor de la idea expuesta por Zedillo, es decir la regulación de las drogas.
Expresó Zedillo que el haber adoptado durante varios sexenios una posición «prohibicionista», fue un error que nos ha llevado a la situación de violencia extrema en que vivimos.
Estoy de acuerdo en lo general.
Por lo que se refiere a la Mariguana, casi es un hecho que será «legalizada» en breve, cuando se otorgue por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el quinto amparo para ser usada con fines lúdicos, (me choca la palabreja) es decir recreativos, con lo cual se conseguirá lo que se llama Jurisprudencia de la Corte y entonces será ley suprema de nuestro país.

Sus efectos permitirán sembrar, cosechar, transportar, comerciar y usa la yerba sin temor a ir a la cárcel.
Los adictos y campesinos presos, saldrán casi automáticamente libres y veremos florecer el comercio lícito de Doña Juanita, al igual que en muchas partes del mundo y de los Estados Unidos de América. No saldrán libres quienes en el trasiego de la Mota, cometieron homicidios y otros delitos.
Ahora bien. Falta considerar otras sustancias prohibidas como las opiáceas, -opio, morfina y heroína- cocaína, drogas sintéticas como las anfetaminas y las drogas naturales como los hongos alucinógenos y el Peyote entre otras.
Es claro que el contexto de cada mercado es diferente, y habría que estudiar la liberación y regulación, así como la despenalización de cada una de las actividades conexas con esas drogas, y por supuesto dejar de criminalizar a los simples consumidores, sobre todo los adictos, a quienes en mi opinión se deben considerar enfermos.
Será una tarea ardua del Gobierno y de la Sociedad entera, sobre todo de los padres de familia.
Por otro lado, estimo que los delitos cometidos por la delincuencia organizada, los narco traficantes e incluso por menudistas disminuirán notablemente.
Es obvio que los grandes narcos son personas inteligentes, de eso no tengo la menor duda, y opino que al ofrecerles la posibilidad de convertirse en empresarios legítimos: agricultores, industriales y comerciantes, optarán por el camino de la ley.
En esa forma sus costos de operación actuales desaparecerían como por arte de magia, en efecto, no tendrían que comprar costosos armamentos, no necesitarían mantener ni contratar sicarios en abundancia, no habría necesidad de infiltrar y comprar a un costo muy elevado a policías de los tres órdenes de gobierno, y por sobre todas las cosas no tendrían que vivir a salto de mata y enfrentarse a muerte con las fuerzas armadas, o en otras palabras, llevarían la vida intensa desde luego de un gran empresario.
Por supuesto que pagarían impuestos, pero las sumas a pagar, estimo que serían infinitamente inferiores a sus gastos actuales.
Todo lo anterior se va a lograr, primero, si el Gobierno Federal entrante razona el problema, lo plantea adecuadamente y lo resuelve claro, en varios años, porque se involucran aspectos legislativos, administrativos, morales, éticos, sociales, médicos, sanitarios, penales y de finanzas.
Debo decir que si se logra lo anterior, entonces sí estaríamos en la cuarta transformación de nuestro país.
En ese orden de ideas, otra de las incógnitas del próximo uno de diciembre es saber si AMLO decide entrarle al toro por los cuernos.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.