Visión equivocada
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Editorial

Visión equivocada

 


En materia de seguridad, durante el actual régimen, tal parece que se finge demencia, hay supina ignorancia o simplemente se trata de sorprender la buena fe de la ciudadanía. La semana pasada, luego de comparecer ante el Pleno de la LXIII Legislatura del Estado, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, José Raymundo Tuñón Jáuregui, hizo una afirmación temeraria cuando se le preguntó sobre la presencia del crimen organizado en Oaxaca. Respondió que en torno a ese tema no había que especular. Sin duda, los cientos de ejecuciones que se han dado en la región del Papaloapan o el Istmo de Tehuantepec, han de ser operaciones delictivas de otro calado o de la contaminación policial con grupos delictivos. Todo apunta a que el funcionario ya se olvidó de la penosa incursión de patrullas y al menos dieciséis elementos de la Policía Estatal en el rancho “La Engorda” de Loma Bonita, en donde fueron video grabados cuando saqueaban la propiedad, llevándose hasta los loros de los propietarios. Por fortuna, todos ellos están vinculados a proceso. Según datos obtenidos, el operativo fue encabezado por un oficial de la Marina/Armada de México, institución que, por si no fuera suficiente, volvió a estar en boca de todos, cuando un noticiero televisivo a nivel nacional, dio cuenta del secuestro de un empresario por parte de elementos de dicha institución castrense en la Ciudad de México.

Es importante subrayar que el jueves 30 de noviembre, en menos de veinticuatro horas, se suscitaron hechos en la zona limítrofe con Chiapas, en los que al menos se registraron cinco ejecuciones. En efecto, se habían localizado cuatro bolsas conteniendo un igual número de cadáveres, tres de ellos vecinos de Chahuites. Al mediodía de esa misma fecha, un sujeto, apodado “El Cóndor”, fue ultimado en el interior de una farmacia de dicha población. Hace unos seis meses, un comando armado asesinó a cuatro personas del sexo masculino en la misma comunidad, cuando se encontraban afuera de un taller mecánico. Y así como este caso, hay muchos más. En Juchitán de Zaragoza los crímenes vinculados a grupos delictivos siguen manteniendo en zozobra a la población, que no se repone aún de la tragedia generada por los sismos del 7 y 23 de septiembre. Y esto no es especular, sino la cruda realidad en la que viven nuestras comunidades. ¿Se trata de una limpia de delincuentes? Es posible, pero de que hay delincuencia organizada en Oaxaca, eso nadie lo duda.

Comercio informal: Medida esperada

El desalojo y desmantelamiento de puestos fijos y semi-fijos de las calles del Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca, fue una medida aunque dolorosa, enérgica de parte del Cabildo Municipal, habida cuenta de que centenas de familias viven del negocio. Sin embargo, esta medida tuvo como respuesta la actitud beligerante y violenta de la lideresa, Carmela Luján, que desde su cómoda posición de negociar políticamente, ha tenido y fomentado la irregularidad de cientos de puestos del comercio informal. La actitud violenta de esta mujer no se hizo esperar. Y el viernes primero de diciembre, acompañada de golpeadores del Sindicato “Libertad”, arremetió a golpes en contra del administrador de mercados, Melitón Lavariega, quien tuvo que ser trasladado a un hospital. No es la primera vez que los comerciantes y sus dirigentes reaccionan de esta manera, lo que significa que se ponen al filo de la ley y en actitud de que la autoridad pueda proceder en contra de los que violentan la norma. Los dirigentes están perfectamente identificados y algunos de ellos –se sabe- están desde hace mucho trabajando para grupos delictivos, pues son los que cobran derecho de piso y cobran extorsiones. Nada de eso ha sido ignorado por las autoridades.

Esperemos que las reacciones del cambio del tianguis que se ubicaba en el Paseo Juárez “El Llano” no sean las mismas. Desde hace mucho no solamente los vecinos de esa zona de la capital habían exigido el cambio de dicha vendimia, justamente porque los comerciantes generaban un verdadero caos. No solamente las calles, Pino Suárez, doctor Liceaga y Avenida Juárez, eran casi de su propiedad, sino las de al menos cinco cuadras a la redonda. Las citadas avenidas eran invadidas por vehículos que se estacionaban en doble fila, generando un espantoso caos vial. La escena se veía dos veces al día: por la mañana, cuando llegaban los comerciantes a instalarse y por la tarde/noche, cuando recogían sus mercancías. Adicionalmente, los servicios de limpia no eran suficientes. El sábado por la mañana se mostraban visibles las huellas del deterioro de uno de los pulmones favoritos de los oaxaqueños. Basura, grasa, diversas materias nocivas, etc., ello sin contar con el peligro que implica el manejo de sustancias como el gas doméstico y el robo de energía. La nueva ubicación, sin duda, será la mejor alternativa. Empero, aún falta la respuesta de los dirigentes, que no se asumirán satisfechos con la medida del gobierno de la ciudad.