Inicia el segundo año
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Opinión

Editorial

Inicia el segundo año

 


Ha trascendido que al menos la mitad del gabinete de Alejandro Murat tiene lista la renuncia. Unos porque participarán en el proceso electoral de 2018 y otros porque a un año de distancia no han dado los resultados esperados. Un balance del rendimiento del gabinete muratista daría mucho qué desear. Hay funcionarios que se han dedicado a promoverse políticamente, dejando de lado su quehacer institucional. Es evidente la incapacidad y la inexperiencia de al menos tres miembros del gabinete legal. Desde hace meses ha sonado con insistencia la existencia de vacíos en diversas áreas. Es importante reconocer que la novatez y el desconocimiento de las tareas de gobierno han llevado a algunos a dar bandazos, afectando seriamente el trabajo de Murat Hinojosa, que ha mostrado excesiva tolerancia. Estamos pues en vísperas de renuncias y nuevas designaciones; de enroques y cambios. El gobernador está iniciando su segundo año de gestión, por lo que, a un año de haber comenzado su administración, tiene ya a estas alturas el panorama claro de lo que Oaxaca y los oaxaqueños reclaman de su gobierno. Ya no basta echar la cinta atrás y culpar de todos los males al gobierno de Gabino Cué, sino de mirar hacia adelante y plantear metas susceptibles de ser realizadas.

Es tiempo ya de delinear las prioridades que tiene esta administración en la agenda; los pivotes existentes en el Plan Estatal de Desarrollo, 2016-2022 y los ejes sobre los cuales habrá de caminar esta administración para configurar el “gobierno de resultados” que ofreció Murat en su campaña para la gubernatura. No hay que olvidar que los oaxaqueños tienen presente que una de las promesas fue concluir las vías carreteras al Istmo y a la Costa, en quince meses. Es cierto, las circunstancias han sido adversas. La actual administración recibió un erario saqueado y una entidad al borde del colapso social, que aún no ha encontrado la paz. Junto con la escasez de recursos existe como Espada de Damocles, una soterrada protesta social manejada por sujetos sin escrúpulos y voraces. El mejor ejemplo de ello son los dirigentes de la Sección 22, que se pasan todo el año lectivo protestando y exigiendo el oro y el moro, sin responder a sus tareas docentes. Han encontrado en la protesta callejera su modus vivendi, al igual que muchos falsos redentores sociales que lucran con la necesidad de la gente, pero medran de los recursos que se destinan a los pobres.

UABJO: Rehén de grupos y sindicatos

No obstante los llamados urgentes del rector Eduardo Bautista Martínez a los poderes Ejecutivo y Legislativo, para considerar el presupuesto tan raquítico que recibe la institución, existen intereses oscuros que se empecinan en ver a la institución en completa anarquía y sumergida en la violencia. Los sindicatos, grupos de porros, viciosos y criminales que a menudo toman la rectoría, escuelas o facultades, también manejan a los alumnos que no aprobaron el examen de evaluación y, por tanto no tuvieron acceso, además de que pretenden seguir medrando con el magro presupuesto destinado a nuestra Alma Mater. Hace unos días fue el STEUABJO, quien paralizó a la institución materialmente, afectando a más de 25 mil estudiantes. El miércoles pasado fue un segmento del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad (STAUO), en protesta porque en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCyA), le dieron “la toma de nota” a otro segmento que nunca ha tenido reconocimiento oficial, con lo cual le otorgan la potestad de ser quien se encargue de ver todo aquello que tiene que ver con el contrato colectivo de trabajo con la rectoría de la UABJO.

Nuestra universidad pública más popular vive hoy momentos críticos de su historia. Su presupuesto, mucho menos que cualquier universidad pública del país e incluso mucho menos del que se le otorga al Sistema de Universidades Estatales de Oaxaca (SUNEO), a pesar de tener una matrícula mucho mayor, sigue estando bajo el acoso de al menos seis sindicatos que cada revisión salarial y sin temor alguno, exigen más y más prebendas. Es más, los cacicazgos, que no han dejado desplegar a la institución su capacidad formativa y profesional, sigue obsesionados en sangrar aún más el magro presupuesto oficial. Hace al menos un par de meses estuvo en la Máxima Casa de Estudios el gobernador Alejandro Murat e invitó a los universitarios a contribuir a levantar a la institución y hacerla como hace décadas, una de las mejores del país. El rector Bautista Martínez ha hecho cabildeo ante la LXIII Legislatura federal, para considerar un presupuesto más racional para la UABJO, habida cuenta de que al paso que se va, en breve no le alcanzará para cubrir sus necesidades y compromisos más necesarios. Hay que salvar a nuestra universidad pública antes de que caiga en manos de porros, malvivientes o sumergida en la pobreza y el abandono.