Con tratado o sin tratado
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Debates y Deslindes

Con tratado o sin tratado

 


¿Revolución o involución?

Hace 25 años cuando Carlos Salinas de Gortari inició las negociaciones para el Tratado de Libre Comercio un grupo de economistas preocupados por lo que le pasaría a la economía mexicana anunciaron que este tratado solo beneficiaría a las grandes transnacionales quién encontrarían mano de obra barata en México, de Gortari saco adelante la negociación con el gobierno de Canadá y de los Estados Unidos y el Tratado de Libre Comercio se estableció como una zona de gran tolerancia y desarrollo para las compañías transnacionales armadoras de automóviles y grandes empresas que necesitaban lugares para producir sin tanto requerimiento sanitario, de calidad y sobre todo con bajos salarios.

El tratado en esos términos fue un éxito, creo empleos y los estados del norte y centro de la República recibieron a las maquiladoras de todo tipo, se diversifico la marca de vehículos y nosotros empezamos a consumir artículos de otras latitudes.

Le economía de los pequeños agricultores quedó devastada, sólo los grandes productores de artículos agrícolas y las empresas armadoras recibieron íntegramente y lograron utilizar los beneficios del tratado para penetrar al mercado americano. A pesar de las ventajas que representó para la economía de México, no crecimos más allá del tres por ciento anual y la política del Banco de México de mantenerse como una institución niveladora del tipo de cambio dio resultado.

Sin embargo a pesar del tratado, de haber entrado a la OECD y de miles de piruetas y explicaciones que han dado los neoliberales seguimos formando parte del populoso escenario del subdesarrollo, antes tercer mundo.

La llegada de Donald Trump nos amenaza con que se acabe ese tratado, de nada ha servido desgarrarse las vestiduras, nuestras autoridades económicas han empezado a decir sí a todo que quiera el grupo de negociadores americanos. Se busca que no se acabe el tratado bajo ninguna condición, unidos hasta la ignominia. Qué más pueden hacer unas autoridades que le han dado todo a los capitalistas foráneos, les regalamos el petróleo, abrimos nuestras fronteras a sus productos, mantenemos los sueldos más bajos de toda la región, de Asia y África con mano de obra bien calificada y estamos básicamente al servicio de la administración Republicana de Trump.

Nos han pasado tantas cosas que es difícil que se escape alguna de las malas rachas que azotan a los países y a las personas, que se acabe el tratado es lo menos malo que nos puede pasar después de temblores, amenazas del presidente de los Estados Unidos, malos gobiernos, descubrimientos de corruptelas y un tapado que aunque destapado todavía no está seguro, con tratado o sin tratado seguiremos igual de fregados.

20 de Noviembre

Si me preguntan. Que es la revolución, les diré que la revolución, es la revolución. Les diré también que en estos días festejamos un aniversario más de que se inicio la bola, el 20 de noviembre de 1910, aunque los hermanos Serdán o se equivocaron de fecha o trataron de robarse la prima plana de iniciadores y se levantaron en armas el 18 de noviembre, en nuestro vecino estado de Puebla, ahora tan criticado por aquello de que ahí existen los mayores y mejores ladrones de gasolina de PEMEX, en contubernio claro, con empleados de esa empresa para estatal.

Hace unos días con motivo de estas fechas, don Manuel Planas, un español avecindado en Florencia, Italia, que ese uno de los hombres más serios en materia de investigación histórica y mas sabe sobre don Venustiano Carranza y el Estado de Coahuila, escribió un extraordinario ensayo sobre El Algodón en la Laguna, presentó un libros más de su larga. Colección sobre Venustiano Carranza, subtitulado El proceso revolucionario en México ante la disolución de las instituciones” que analiza la situación de Carranza de 1914, hasta la convocatoria del Congreso constituyente de 1916/1917. El libro al ojearse, deja un sabor de boca agradable ante una investigación seria y cierta. Planas, con la lejanía que le da su nacionalidad y ubicación geográfica donde vive, nos muestra más a un Carranza de carne y hueso, dejando en suspenso la pregunta sobre si – Carranza era un revolucionario o era un político habilidoso que le quito a los villistas y zapatistas las banderas sociales para sacar adelante la constitución y pasar como revolucionario, siendo en realidad un político sin una ideología definida, si acaso fue un reformistas.

Hace mucho que yo escucho esa pregunta en distintos foros, si Francisco I. Madero y Venustiano Carranza a quienes seguían en un principio y siempre pequeños propietarios, dueños de ranchos, tenderos, profesionistas y algunos militarse, eran revolucionarios o no. Yo creo que esa es una pregunta tan ociosa como la que tenían los cardenales en la Edad Media sobre cuantos ángeles caben en la cabeza de un alfiler. De nada sirve saber ahora si eran o no revolucionarios, pero con sus movimientos reformistas o legalistas encendieron la chispa y aglutinaron a los revolucionarios de ese momento, para llevar a cabo la primera revolución que al triunfar incorporó al andamiaje jurídico del país los derechos sociales, la educación pública y gratuita, el artículo 123 constitucional y el 27 que garantizaba la propiedad de la tierra para el que la trabaja.

Desgraciadamente de esa constitución no ha quedado nada, se han reformado 607 artículos y las últimas propuestas de Enrique Peña Nieto acabaron con lo poco que quedaba sobre los recursos naturales y energéticos. Un siglo es mucho tiempo, suficiente para cambiar millones de vidas y a un país que ha perdido la memoria. Fin.

Disfrutemos este largo fin de semana y la corrida de la plaza México que presenta como cartel un mano a mano del Juli con Joselito Adame. Fin.