La noche del lunes 6 de noviembre, la Fiscalía General del Estado ejecutó una orden de aprehensión en contra de Marco Antonio Sánchez Cruz, Secretario de Finanzas de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en Oaxaca y cabeza visible de un poder cifrado en el transporte, en donde se convirtió en líder de horca y cuchillo, teniendo bajo su control a cientos y cientos de organizaciones de camioneros, taxistas, moto-taxistas, es decir, un poder fáctico cuasi criminal, arropado por cientos de pistoleros y sicarios. La orden girada por la autoridad, que representa un reconocido golpe de timón de la administración del gobernador Alejandro Murat, fue como probable responsable en la comisión del delito de homicidio calificado con las agravantes de premeditación y ventaja, en hechos suscitados el día 13 de junio del año 2013, cuando el ahora detenido efectuó disparos de arma de fuego desde un vehículo de motor, privando de la vida a 5 personas. Es importante subrayar que para poder cumplir con la orden de aprehensión, elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), tuvieron que sortear la respuesta violenta de los escoltas del detenido.

Hace poco más de una semana, el dirigente de la Sección 27 del área de transporte de la CTM, Álvaro Reyes Sánchez, instruyó a sus seguidores a bloquear decenas de cruceros en la ciudad y el área conurbada. Su propósito era chantajear al gobernador Murat Hinojosa para ceder ante la presión de la CTM y entregarle la concesión exclusiva del transporte en las tareas de reconstrucción. Este sujeto y el ahora detenido acumularon tanto poder que sólo un acto de autoridad y el desconocimiento de la central obrera, podían detener. Reyes Sánchez fue desconocido por el dirigente nacional, Carlos Aceves del Olmo, por lo que ha quedado sin liderazgo ante las autoridades. Desde la detención de Sánchez Cruz, de inmediato transportistas leales al mismo secuestraron a la ciudadanía. La exigencia ciudadana al gobernador de acotar a estos grupos criminales escudados en los sindicatos del transporte, camina sobre pasos firmes. El mismo rasero debe aplicarse a la Sección 22 y a sus sicarios: la CENEO. Ya basta de tanta impunidad. Oaxaca no podrá salir del marasmo hasta en tanto no se restablezca el Estado de Derecho. Es necesaria la fuerza del Estado. La tolerancia se ha agotado.

Ofensa a la mujer oaxaqueña

El reconocimiento a la escritora Elena Poniatowska, en el marco de la Feria Internacional del Libro Oaxaca (FILO-2017) se desdoró por completo con las imprudentes declaraciones de la aludida en torno a la mujer juchiteca, al afirmar que tanto Tina Modotti como Graciela Iturbide, habían fotografiado a mujeres delgadas y esbeltas, porque hoy las mujeres juchitecas, por tanta cerveza, “están bien panzonas y mensas”. Se trata, desde luego, de una afirmación muy desafortunada que dicho en nuestra tierra, bien merecía una disculpa pública, pero además, se trata de un señalamiento temerario, irrespetuoso y discriminatorio, que no va con la experiencia y reconocimiento que se ha ganado la aludida escritora. Las redes sociales dieron cuenta de inmediato de esta declaración ofensiva no sólo para nuestras mujeres de Juchitán sino para la mujer oaxaqueña en general. Si bien es cierto que lo dicho fue a título personal que en nada empaña la realización de un evento tan importante en el ámbito cultural, como es la FILO-2017, también es cierto que esta experiencia puede ayudar a que en el futuro, se tenga mayor cuidado en la entrega de reconocimientos a quienes hacen declaraciones tan imprudentes y desafortunadas.

Los oaxaqueños no debemos permitir que nadie venga a pretender humillarnos. Existe en la mujer oaxaqueña y particularmente istmeña, un orgullo ancestral, que contrasta con afirmaciones que en ese tono, muestran la bajeza de quien lo dice. Hoy, que la naturaleza se ha volcado sobre la región istmeña y existen miles de damnificados que perdieron su vivienda, su patrimonio, su legado familiar y hasta su manera de supervivencia, lo dicho por Poniatoswka caló en lo más profundo de nuestra identidad originaria. Se pondera el traje típico y multicolor, pero se humilla a quienes lo portan, no sólo para ceremonias o como un esnobismo, sino como parte de una cultura ancestral que es reconocida en México y el mundo. Es triste saber que pese a sus años nuestra laureada escritora no conozca a fondo la idiosincrasia y la verdadera naturaleza de nuestras mujeres. La celeridad o querer hacerlo de manera irónica y en público, ha creado entre nosotros un sentimiento de aversión y reprobación ante lo que todo mundo ha calificado como vil discriminación. Qué pena que el reconocimiento que le otorgaría u otorgó el pueblo oaxaqueño, a través de los organizadores de la FILO-2017, haya sido igualmente desafortunado.