El dinosaurio vive
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Opinión

De Frente y de Perfil

El dinosaurio vive

 


Todo parecía preparado para que el dinosaurio recibiera la última estocada y rodara muerto por el suelo, pero quienes le tenían preparada la muerte, actuaron en forma contraria reviviéndolo.
Los comicios del cuatro de junio estaban diseñados para que el PRI cavara su tumba y dejara de soñar con preservar el poder en México y hasta pasara, con todo y sus aliados, a un tercer lugar.
El escenario adelantaba la posibilidad de perder los tres gobiernos estatales en disputa y quedar reducido al tercer lugar en los comicios municipales de Veracruz, pero sus propios adversarios se encargaron de darle el oxígeno requerido para revitalizarse y presentarse como una opción más para la presidencial del 2018.
Era el estado de México el principal objetivo a atacar para disminuir la fuerza del otrora poderoso partido tricolor.
La mesa estaba puesta. La inconformidad ciudadana hacia el Partido Revolucionario Institucional es manifiesta; grande el deseo de cambio; hartazgo porque el priismo sigue nutriéndose de las familias que detentan el poder desde hace largas décadas.
El rechazo a la figura presidencial y todo lo que de ella emane, hacia ver que el candidato al gobierno mexiquense pasaría grandes apuros por ser un miembro de la realeza mexiquense, proveniente del Grupo Atlacomulco y que además e encuentra emparentado con el Presidente de la República.
No es la figura de Alfredo del Mazo Maza la que es repudiada, sino todo lo que representa su partido, su familia y el grupo que representa.
Por el otro lado había una candidata fresca (delfina Gómez Álvarez), con simpatía por su natural desempeño, sin la malicia de los políticos tradicionales, con carisma y hasta un poco ingenua que salía empatada en la mayoría de los sondeos y en otros más, se posicionaba por encima de todos los contrincantes.
Delfina crecía y del Mazo se hundía, los pronósticos eran desalentadores para el PRI y se rumoraba de la posibilidad de que el candidato del PRD se sumara a la candidata de MORENA, lo que finalmente no sucedió.
Con todo y ello, la candidata de MORENA se mantenía firme adelante, aunque la maquinaria priista aceleró los tiempos y dos semanas antes de los comicios metió presión en contra del principal patrono de Delfina, Andrés Manuel López Obrador quien cayó en la trampa.
AMLO lanzó ultimátum a los partidos de izquierda para que se sumaran a la candidatura de Delfina, aunque no lo hizo de manera conciliadora, sino en forma arrogante, lo que no cayó bien entre ellos, ni entre la ciudadanía.
Desde el gobierno se lanzaron con todo en contra de MORENA y su dirigente nacional. Se mostró un video donde una candidata actuaba, supuestamente, con el aval del tabasqueño para recolectar dinero y aunque quedó mostrado que López Obrador no tenía vela en el entierro, el daño estaba causado.
Circulo después supuestas pruebas de la vinculación de MORENA con el gobierno de Venezuela, de Nicolás Maduro, lo que también fue un golpe resentido para la candidata Delfina Gómez, mientras en las redes sociales circulaban datos de otras acusaciones en contra de AMLO que jamás se han confirmado, pero que pegó en su línea de flotación.
Como si fuese poco, López Obrador respondía a todas las provocaciones, deteriorando más su figura, ya que de eso se agarraron sus enemigos, los que no son pocos.
Pero si el dirigente nacional de Morena es uno de los principales responsables del oxígeno recibido por el PRI, los demás partidos fueron comparsas de ello.
Desde las instancias gubernamentales se alentó a que no se formara la alianza PAN-PRD y para que el PRD tampoco se sumara a MORENA, mientras que los priistas traían una colección de partidos políticos rémoras, pero que con sus pocos votos recibidos hicieron la diferencia que favoreció a del Mazo Maza.
Coahuila era el otro escenario en el que los priista no han perdido en toda su existencia el gobierno estatal, con todo y una serie de gobiernos fallidos y hasta abusivos.
Los panistas se regodeaban con la victoria y adelantaban que serían el partido con más gobiernos estatales, rebasando al PRI.
Fallaron los pronósticos y Coahuila y el Estado de México representan esa bocanada de oxígeno que requería el exhausto partido tricolor y que lo sitúa, con posibilidades, mínimas, tal vez, pero que entrará a la disputa presidencial.
Los priistas están conscientes de que para ganar la presidencial les basta con un tercio del total de los votos y hasta pueden ser menos, si los votos se diluyen, para lo que tienen preparada su estrategia basado en su legendario voto duro, más unos cuantos sufragios que les abonen sus rémoras (verde, Panal y PES), además de desalentar las alianzas entre los partidos de izquierda y hasta una probable de izquierda con derecha.
Por lo pronto, la batalla de cuatro de junio no fue tan sangrienta como anticipaban los pronósticos y los priistas se restañan las heridas y se preparan para la madre de todas las batallas, la presidencial.

Nueva distribución en Veracruz

Veracruz fue anticipado como uno más de los triunfos panistas, aunque la realidad dice otra cosa.
Es cierto que los priistas fueron relegados, pero la alianza PAN-PRD ganó el mayor número de ayuntamientos, aunque los principales fueron repartidos con Morena.
De los principales ayuntamientos del estado, la alianza PAN-PRD ganó Veracruz puerto, Boca del Río y Córdoba, pero Morena se quedó con las victorias en la capital, Xalapa, además de los principales centros petroleros, Poza Rica, Minatitlán y Coatzacoalcos, mientras el PRI solamente alcanzó la victoria en Orizaba, dentro de las principales ciudades del estado.

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