Sancionar corruptelas
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

Sancionar corruptelas

 


A poco más de un mes del primer evento sísmico que afectó sobre todo la región del Istmo de Tehuantepec, amén de la serie de anomalías que ha aparecido de las cuales los medios hemos dado cuenta puntual, han circulado ya rumores de negocios hechos desde el gobierno en las tareas de reconstrucción. En principio, se dice que la maquinaria para la demolición de casas y edificios, aún sin certificar, ha sido contratada a empresarios favoritos del régimen y con cuotas significativas. Las facturas se inflan de manera absurda y hasta en un cincuenta por ciento más del costo real. Algunos medios dieron cuenta de un hecho bochornoso: la ex presidenta municipal de Asunción Ixtaltepec, Adelina Rasgado Escobar, junto con su esposo, cobró tres cheques por 120 mil pesos, luego de acreditar tres viviendas, supuestamente destruidas por los siniestros, que –luego se supo- no son de su propiedad. En las notas que circularon al respecto se dijo que era “operadora” del Partido Revolucionario Institucional (PRI), lo cual obligó a la dirigencia estatal de dicho instituto político a deslindarse de la misma y de sus prácticas corruptas. Las prácticas de pillaje político, de verdaderos buitres de la tragedia, han sido algo común en la zona afectada por sismos y lluvias, desde los primeros eventos de emergencia.

El caso penoso del senador del PRD, Benjamín Robles Montoya, quien repartió 25 toneladas de ayuda humanitaria, que fueron recolectadas en la región de La Laguna, por una dama, pero que fueron repartidas en la zona de Matías Romero, supuesto lugar de nacimiento del legislador perredista, como si fuera mérito del mismo, lo cual dio lugar al escarnio público y la descalificación popular. Y es que tal parece que algunos no han entendido ni dados por enterados de la advertencia presidencial y del mismo gobernador Alejandro Murat, de que no se permitirá que nadie lucre con la tragedia que ha enlutado decenas de hogares y ha afectados a más de cien mil damnificados. El proselitismo político encubierto y el pillaje de funcionarios públicos, que a toda costa quieren sacar ventaja política o económica de la desgracia deben ser castigados conforme lo dispone la ley vigente. La Secretaría de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, de la mano de la Secretaría de la Función Pública (SFP), la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y de los órganos oficiales y autónomos de transparencia y acceso a la información, debe verificar el uso correcto de los recursos públicos y no dar lugar a corruptelas y prácticas amañadas y viles.

Como paisaje lunar

No obstante el programa de bacheo que lleva a cabo el ayuntamiento de la capital oaxaqueña desde hace al menos dos semanas, se siguen observando daños graves a la carpeta asfáltica en diversos rumbos y colonias de la ciudad y el área conurbada. La temporada de lluvias prácticamente ha concluido, por lo que se requieren acciones más enérgicas para hacer de nuestras vialidades, algo decoroso. No hay que olvidar que está en puerta la temporada del “Día de Muertos”, cuando arriban a la capital miles de turistas del país y el extranjero y que, con certeza, se encontrarán con un problema adicional: el Panteón General de “San Miguel”, el monumento histórico en donde reposan los restos de muchos oaxaqueños, fue duramente golpeado por los sismos del 7 y 19 de septiembre, de tal manera que por seguridad no se puede ingresar hasta el día de hoy. Si bien es cierto que como lo ha ofrecido el presidente municipal de la capital, José Antonio Hernández Fraguas, dicho monumento será apuntalado para garantizar su consistencia, es posible que los eventos como el concurso de “El altar de muertos” y otros, no se lleven a cabo en dicho lugar.

Siempre lo hemos dicho: la mejor imagen que el visitante puede llevarse de nuestra capital es que haya seguridad, libertad para transitar por calles y avenidas sin problemas y la posibilidad de visitar monumentos y sitios con vialidades en buen estado. Es pues prudente que se atienda ese rubro. No hay que soslayar que las intensas lluvias dejaron pasos y puentes en condiciones deplorables que, obviamente, no son imputables a las autoridades. Asimismo, no hay que olvidar que el apoyo de los elementos de vialidad municipal siempre es factor de comodidad para automovilistas, pasajeros y transeúntes. Y es que su ausencia ha sido notoria en eventos recientes de bloqueos y manifestaciones, en donde el caos vial deviene un infierno para quienes caen en él. Así, si como lo declaró recientemente el edil capitalino la capital oaxaqueña está de pie, hay que hacerlo realidad y promover lo mucho que tenemos para seguir siendo un importante atractivo cultural para el turismo nacional y extranjero. Y en efecto, los festejos tradicionales de los días primero y dos de noviembre, en que se celebra a los difuntos, siguen formando un hito en la tradición del país por su originalidad y forma excepcional respecto a otros sitios turísticos de México.