Viene lo difícil
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Opinión

De Frente y de Perfil

Viene lo difícil

 


Dicen los estudiosos de la Biblia que todo lo que sucede en el mundo, se encuentra escrito en ella y que solamente es cuestión de interpretar lo ahí registrado.
Y es que el mundo se encuentra azorado ante los fenómenos naturales que azotan parte de la tierra y los excesos de fanatismo, algunos religiosos, otros raciales y los grados de locura que producen violencia generalizada en distintos puntos del globo terráqueo.
Lo sucedido es Las Vegas, Nevada, Estados Unidos horrorizó en todos lados, como antes ocurrió con los sismos de México y los huracanes en Puerto Rico y previamente los hechos violentos de Gran Bretaña, Francia y otros rincones del mundo.
Unos y otros son catalogados como tragedias, aunque la de los sismos y huracanes no son provocadas por desquiciados, locos o humanos que pretenden trascender de esa forma, generando muerte y violencia y causando luto en diversos hogares, donde personas sin deberla ni temerla, caen muertos.
Lamentablemente, locos pululan por todos lados y cada vez se atreven a más.
Sin embargo, en el caso de los fenómenos naturales, huracanes y sismos, la mano del hombre colabora en todos sentidos.
La deforestación y otras acciones que provocan el cambio climático son producidas por acciones humanas, lo que contribuye a la generación de esos fenómenos naturales que ya no solamente azotan a las costas de los países, sino que se internan cada vez más en el interior de los países.
En el caso de los sismos, es cierto que esto se derivan de los movimientos telúricos, de los asentamientos que va teniendo la tierra y que se ubican dentro de ciertas zonas con fallas geológicas, pero hay situaciones que se evidencian cuando pasa el efecto del movimiento.
Principalmente en la Ciudad de México se detectó que la frivolidad y la creciente corrupción por parte de algunas autoridades tienen una gran responsabilidad en lo sucedido, especialmente en el número de víctimas ocasionadas por los sismos.
Varios de los desplomes de oficinas, viviendas y colegios, se debe al poco respeto que se tiene de las disposiciones y reglamentos para la construcción.
Con el antecedente de los terremotos de 1985, sucedidos días consecutivos 19 y 20 de septiembre, quedó de manifiesto que la capital del país requería de un nuevo reglamento para la construcción, que considerara las condicione y el suelo donde se asienta la gran metrópoli.
Se procedió a ello y se dieron pasos agigantados en la materia y la ciudad resistió a temblores de no tan alto grado, creyendo que se respetaban los artículos consignados en los reglamentos pero fue el momento de enfrentar la realidad con el movimiento telúrico del pasado 19 de septiembre y nuevamente quedó al descubierto el contubernio de algunas autoridades con los constructores y desarrolladores.
Varios de los inmuebles venidos al suelo se debió a la mala construcción o al uso de materiales de baja calidad que provocó su caída y en algunos casos al no respeto del reglamento que llevó a villar las normas de esos suelos.
Es cierta que algunas de esas edificaciones fueron realizadas con las reglas del pasado, pues tienen vigencia anterior al 85, pero también las hay de edificación reciente.
Se repiten errores del pasado y la versión de que nuevamente un grupo de costureras pagaron el precio de trabajar en esa actividad, que parece en pleno siglo XXI continúa siendo esclavizadora.
Con el paso de los días, la atención de las autoridades ya no parece centrarse en los posibles sobrevivientes atrapados entre los escombros, sino en los que rompieron las reglas y parece que en ese terreno habrá abundancia de datos.
Cuatro jefes delegaciones se encuentran en la mira y deberán responder por algunos de los señalamientos que se les hacen en torno a lo sucedido en sus respectivas demarcaciones.
De esos cuatro (cinco con el de Xochimilco), hay un par que buscan su proyección al cargo inmediato superior quien es el de Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
El Colegio Rébsamen se convirtió en un dolor de cabeza para la aspirante de Morena al gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, por lo que esta deberá llegar hasta el fondo de las cosas para saber si fueron sus colaboradores los que incumplieron o si habría que fincar responsabilidades a los anteriores jefe de la delegación, donde se ubica, entre otros, su exmarido, Carlos Imam.
Ricardo Monreal el jefe delegacional en Cuauhtémoc trae el mismo problema, por algunas irregularidades detectadas en varios de los edificios desplomados el 19 de septiembre. Las colonias Roma, Condesa, Juárez y Obrera, entre otras resultaron de las más afectadas y todas se ubican en el perímetro que gobierna Monreal.
Los dos Sheinbaum y Monreal, desean competir por el gobierno capitalino, aunque ahora se encuentran atados con el compromiso de resolver los asuntos pendientes, dejados por los sismos.
¿Se atreverá alguno de ellos a dejar tirado el quehacer para promoverse políticamente?
Los otros Jefes delegacionales que enfrentan un gran número de problemas dejados por los sismos son el de Benito Juárez, Christian Von Roehrich; Coyoacán, Valentín Maldonado y Xochimilco, Avelino Méndez.
De los cinco Jefes delegacionales con mayores problemas provocados por los sismos, tres de ello militan en Morena (Tlalpan, Cuauhtémoc y Xochimilco), uno más en el PAN (Benito Juárez) y el restante en PRD (Coyoacán).
Pronto se verá cuál de ellos es más ducho para resolver los problemas dejados por la contingencia de septiembre, que generó miles de damnificados, además de la muerte de 200 personas.

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