Quintana Roo, gasto innecesario
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Opinión

De Frente y de Perfil

Quintana Roo, gasto innecesario

 


Qué sucede cuando un gobernante cumple su primer año de gobierno y no cumple con las expectativas ofrecidas y más cuando su queja frecuente es del quebrantamiento de las finanzas públicas, razón que argumenta para no cumplir con sus propósitos.
Sin embargo, realiza una ceremonia fastuosa para festejar su primer informe de gobierno, donde poco o casi nada tiene que decir a sus gobernados, pero asisten personajes públicos que le tributan aplausos, por desconocer la situación de la entidad.
Eso sucedió apenas el sábado pasado en, Quintana Roo, donde Carlos Joaquín González mostró que es más de lo mismo y que primero responde a los intereses de lo que lo llevaron a la victoria.
Resguardado por la fuerza pública, el mandatario quintanarroense tuvo se día de festejo, sin importar los reclamos ciudadanos que le piden actúe con autoridad ante los embates de la delincuencia organizada.
Joaquín González cree haber cumplido con su ofrecimiento de ejercer acción penal contra el corrupto gobierno anterior que encabezó Roberto Borge Angulo, aunque se olvida que el numerito provino del gobierno federal.
El recurso Borge ya se le terminó y los ciudadanos del estado demandan el cumplimiento de sus promesas y no remitir todas las fallas al gobierno anterior y al quebranto de las finanzas públicas por parte de la administración pasada.
El surgimiento de las llamadas autodefensas y los mensajes claros hacia el gobierno estatal se hicieron presentes y las promesas en materia de seguridad no faltaron en el documento condensado por el gobernante.
Y es que con todo y el saqueo que hicieron las autoridades de la pasada gestión, en la presente, la inseguridad y la violencia han propiciado mensajes de alerta a los turistas que visiten las playas del estado.
Quintana Roo es, por mucho, el principal destino turístico por los distintos sitios vacacionales con que cuenta y la afluencia de visitantes extranjeros es notoria, pero las noticias que llegan sobre crímenes y otros delitos ocurrido en esos mismos destinos turísticos hicieron que se prendieran los focos amarillos.
El informe de Carlos Joaquín estuvo marcado por el sentido triunfalista de un político que en terreno de los hechos no responde a lo ofrecido en campaña.
El gobernador de Quintana Roo se ve tristemente apocado, sin rumbo marcado de que quiere hacer en los cinco años restantes y el gobierno lo manejan los dos grupos que dominan al interior de su gabinete.
Se trata de un político pequeño, sin carácter, repelente a las críticas y que basó su triunfo en el hartazgo de la ciudadanía, ante los abusos del anterior mandatario.
Eso y la presentación de un mal candidato por parte del PRI, Mauricio Góngora contribuyeron en gran forma a su victoria, además de que el respaldo económico recibido durante la campaña fue tan grande o mayor que el del candidato priista.
En Quintana Roo, ocurrió un fenómeno que se ha presentado en otras entidades, donde la corrupción de sus autoridades motiva que hasta los militantes de otros partidos opten por un candidato que ofrezca una propuesta distinta o se comprometa a actuar contra el gobernador saliente.
Eso sucedió en Nuevo León, Veracruz, Sonora, Chihuahua, Tabasco y otras entidades en que triunfó un candidato de oposición al que gobernaba, aunque los resultados no han sido tan satisfactorios.
Los quintanarroenses saben que el dominio político del estado se encuentra repartido en dos familias, ambas de Cozumel y nativas, donde familiares de uno y otro lado son candidatos o gobernadores.
Pedro Joaquín Coldwell, actual secretario de Energía, fue el segundo gobernador electo en esa entidad, mientras que su hermana Addy fue candidata en dos ocasiones, una por el PRI, siendo derrotada en la interna por Joaquín Hendricks Díaz, aunque no llegó a la constitucional y la otra participando como abanderada de Acción Nacional, resultando vencida por otro cozumeleño, Félix González Canto, quien sentó su propia dinastía, aunque no familiar, dejando como herencia a Roberto Borge Angulo.
Carlos Joaquín, hermano de Pedro y de Addy es el actual gobernador y mantiene la supremacía de los Coldwell.
Los Borge es el otro grupo predominante en el estado. Primero fue Miguel Borge Martín el tercer gobernador del estado y después su sobrino Roberto (hijo de su hermano), hoy detenido en Panamá y en vías de ser extraditado a México.
De ahí que a Carlos Joaquín le fuese fácil pasarse de un partido a otro en plena elección, con los resultados conocidos.
Joaquín intentó ser candidato a gobernador por el PRI seis años antes, pero el entonces gobernador González Canto impuso a su delfín, Roberto Borge, un joven de 30 años sin experiencia alguna que había sido su tesorero y diputado federal, impulsado desde el propio gobierno.
La decisión no satisfizo a Joaquín González, aunque mantuvo la disciplina, ante el compromiso de que, primero sería senador y después candidato a gobernador, sin que s ele cumpliese ninguna de las dos.
El hoy gobernador fue destinado como subsecretario de Turismo y desde ahí lanzó su red de ser el candidato priista al gobierno de Quintana Roo, sin respuestas de su partido, el que le daba largas, hasta que decidió dar el salto hacia una alianza de la izquierda y la derecha, con él como candidato.
Ganó sin grandes problemas, mostrando quela presencia familiar todavía es representativa.
En el informe del sábado lo curioso es que asistieron personajes de todo tipo en lo que se consideró como un gran despilfarro, sintiéndose la ausencia del secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.

Email: ramonzurita44@hotmail.