Amor es...
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Post Data

Amor es…

 


En los años 60`s, o 70`s, a alguien se le ocurrió la idea de expresar el amor en estampitas de colección que llevaban la leyenda: “Amor es…”, y agregaban una frase agradable dirigida a la persona que se le entregaba: podía ser entre parejas de novios, de amigos, de esposos, y aún los adolescentes, y niños y niñas, las intercambiaban.

Actualmente, parecería que la leyenda pudiera cambiar a: “Odio es…”, porque en el mundo se ha extendido más este sentimiento que el anterior.

Permitan los lectores y lectoras anotar dos definiciones: Hiena: nombre común de los mamíferos carnívoros de la familia hiénidos. La hiena manchada (crocuta crocuta) de 1.30 a 1.70 metros de longitud puede pesar 80 kg y su pelaje es ocre, moteado con manchas oscuras {…} Es muy agresiva.

Hombre: ser animado racional// animado: con alma.

Si tomamos en cuenta que el hombre razona y tiene alma: ánima, aliento, corazón, no podría compararse a una hiena, puesto que ésta es muy agresiva y, por ende, sanguinaria con los demás animales.

Entonces… ¿por qué – preguntamos – ante sus semejantes, el hombre muestra una crueldad que se asemeja a la que la hiena practica? Esto es, el hombre no sólo mata a muchos de sus semejantes sino que también los tortura, con lo cual llega al colmo de la deshumanización.

Podemos mencionar la incontable cantidad de guerras que han provocado en sus pueblos, y contra otros, hombres contra hombres, desde los primitivos, quienes sólo usaban armas sencillas (pero igualmente mortíferas), como lanzas y flechas construidas por ellos mismos. Y las fueron perfeccionando hasta llegar a las actuales que cuentan hoy con un poder terriblemente destructor. Y no sólo las usan quienes están en pie de guerra, sino que en su afán de dominio, matan incluso a grupos de personas que no les causan daño pero sabiendo aquellos que al matarlos infundirán miedo y… odio.

Hay, además, una deficiencia notable en varios de los gobernantes que, de un tiempo a la fecha, han ocupado estos cargos, así como quienes conforman su gabinete, séquito, o como le llamen.

Cabe mencionar a dos presidentes en quienes encontramos una notable cualidad: han encontrado en sus esposas la unión exacta para compartir la responsabilidad de tratar de conducir a los habitantes de sus correspondientes naciones.

Mencionemos primero a Franklin D. Roosevelt: Nació en Hyde Park, N.J. (1882-1945), y era pariente lejano del presidente Teodoro Roosevelt (1858-1919). Se educó en un hogar de familia muy acomodada, y llevó estudios jurídicos en las universidades de Harvard y Columbia. Se adhirió al partido demócrata y ocupó un escaño en el Senado neoyorquino a los veintiocho años de edad. Apoyó al presidente Wilson y su programa reformista del <<New Freedom>> (Nueva Libertad), en las elecciones de 1912, y fue ministro adjunto de Marina en el gabinete de Wilson (1913-1917). En 1920, Franklin D. Roosevelt fue candidato a la vicepresidencia, pero su partido resultó vencido en las elecciones; esto representó un tropiezo de escasísima importancia en su brillante carrera, comparado con la desgracia que hubo de padecer al año siguiente: afectado de poliomielitis, Roosevelt se debatió durante varias semanas entre la vida y la muerte, y permaneció casi dos años inmovilizado. Una prometedora y brillante carrera política parecía truncada para siempre, y se diría que el joven Roosevelt estaba destinado a pasar el resto de sus días en un sillón de ruedas, en su propiedad familiar de Dutchess Country.

Sucedió lo contrario, con ayuda de su esposa Eleanor, Roosevelt se dedicó con toda   energía a sobreponerse a su dolencia e invalidez, y en 1928 un nuevo Franklin D. Roosevelt reaparecía en la vida política norteamericana para asombrar al mundo.

La gran lucha personal que hubo de librar contra su parcial invalidez física le infundió confianza y le proporcionó un optimismo capaz de mover montañas, a la vez que una singular prudencia y una mayor comprensión de los problemas sociales y humanos. Su esposa Eleanor, otra recia personalidad, que se consagró a diversas actividades sociales, le facilitó colaboradores que habían comprobado por sí mismos las miserias ocultas bajo la orgullosa opulencia norteamericana ya antes de la gran depresión {…} En 1928 presentó su candidatura para el cargo de gobernador del estado de Nueva York y fue elegido para el periodo 1929-1933, pese a la intensa marea electoral a favor de los republicanos que aquel año impulsó a Hoover a la Casa Blanca.

Roosevelt, candidato demócrata a la presidencia en 1932, luchó constantemente en defensa del ciudadano modesto frente a la depresión, es decir, a base de la doctrina del “New Deal” – literalmente, Nuevo Reparto -, daba por vez primera un contenido social a la política americana. El New Deal combinaba en conjunto los programas de la New Freedom de Wilson con el Square Deal de Teodoro Roosevelt: igualdad de oportunidades para todos. Roosevelt organizó la lucha contra la crisis y estableció los planes precisos para una reconstrucción económica y social del país, apoyándose en un grupo de especialistas liberales, cuyos colaboradores recibieron el nombre, que luego fue célebre, de brain trust o <<trust de los cerebros>>.

Continuaremos en próxima entrega y queda la que suscribe en espera de sus comentarios, que agradeceré.